Capítulo 1

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Lisa Manobal estuvo a punto de casarse con la omega más linda y amable que cualquier persona haya conocido, Park Chaeyoung, era la chica que traía a Lisa suspirando cada tres segundos. Ambas se habían conocido en la universidad, habían pasado cuatro años de novias y cuando por fin decidieron dar ese gran paso en sus vidas, Lisa descubre una terrible noticia.

ㅡEs una Alfa inútil, sólo voy a casarme con ella por el dinero.

Esas fueron exactamente las palabras de Rosé minutos antes de que la menor caminara al altar junto con ella, por desgracia o tal vez suerte, Lisa decidió ir al baño de lo nerviosa que estaba, y cuando estaba por regresar, no pudo evitar escuchar la conversación que su omega tenía junto con sus amigos.

Ese día Lisa decidió abandonar el altar y prefirió emborracharse hasta perder la conciencia, hasta revolcarse con otra omega, así fue día tras día.

Hasta que un día, su hermano BamBam le propinó una cachetada, la cual le dejó una gran marca en su pálida mejilla y le gritó; ¡Se una Alfa y demuéstrale que eres mejor que ella!

Desde entonces, dejó de tomar, dejó de salir con alfas, omegas y betas, y se puso a hacer lo que realmente quería. Se convirtió en una increíble veterinaria, prometiendo jamás volver a involucrarse con alguien más.

Su vida era perfecta, pero una parte de su corazón aún anhelaba el regreso de Chaeyoung, es por eso que siempre llevaba el anillo que supuestamente era el de su compromiso.

Hasta que un día, todo se arruinó.

Jennie es una omega muy linda, cálida y amable, con un agradable aroma a fresas y peonía, a Lisa se le revolvía el estómago cada vez que Jennie estaba cerca, su relación era algo... peculiar

ㅡEstas por entrar en la menopausia

ㅡ¡Lisa! ㅡregañó la omega.ㅡ Por supuesto que no, tengo 32 años, por dios

ㅡSí, 32 años y dos hijos que te sacan canas verdes cada dos segundos.

Jennie lanzó un gruñido a aquella Alfa, avisando que tuviera cuidado de lo que estaba diciendo al momento de mencionar a sus hijos, Jennie odiaba que Lisa involucrara a sus dos angelitos en todo. Pero Lisa sabía que eso la hacía enojar y esa era exactamente la razón por la que los mencionaba.

Jennie era divorciada, había pasado por muchas cosas dolorosas, había conocido a una increíble alfa, el cual le dio amor y cariño todo el tiempo, la hizo sentir feliz y bien consigo mismo, pero no todo siempre es color de rosa.

Con el paso del tiempo aquella Alfa fue alejándose de Jennie poco a poco, comenzó a ser grosera y ruda, comenzó a tratarla mal y a hacerla sentir una completa inútil con sus palabras, y cuando Jennie se enteró que estaba embarazada, decidió que alejarse de aquella mujer sería lo mejor para ella y para sus hijos.

A pesar de que lucho contra todo por la custodia de sus dos hijos, aquella alfa tenía el privilegio de visitarlos o de al menos encontrarse con ellos.
Pero como siempre, esa Alfa nunca llegaba a las reuniones con sus hijos y con el tiempo, esos dos niños se fueron acostumbrando.

Ambas tenían muchas cosas en común, o más bien dicho, un pasado en común que los hizo cerrarse a la idea de buscar alguna pareja. Esa era la razón por la que ambas se llevaban muy bien, fuera de que Lisa siempre solía molestarla, en realidad Jennie a veces sentía que Lisa era muy dulce con sus hijos.

Había veces en las que los dos niños iban a la oficina y se quedaban escuchando las tontas anécdotas de la Alfa, Lisa solía ser gruñona en su trabajo, pero sabía tratar a aquellos dos pequeños.

A ninguno de los dos se les cruzó por la cabeza intentar algo, no al menos hasta ese día.

Lisa llegó como loca al hospital y tras mentalizarse un buen rato, decidió por fin hablar y llevar el control con Jennie.

¡No es mi alfa! | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora