__ Quieres cantar - niega - ¿Quieres que cante? Porqué te voy a decepcionar, lo hago horrible. Un día le sangraron los oídos a Elisa por oír una de mis notas altas, sería muy desa...

Una sonrisa asoma. Es precioso. Logro verla y me distrae con esos hoyuelos que se forman al hacerlo.

__ ¿Quieres un pájaro? - mueve su cabeza de arriba abajo frenético. - No tengo aves aquí.

Su gesto decae.

__ Hagamos algo. Si eres un niño obediente te lo traeré. - sus ojos se abren - ¿Trato?

Mira mi mano cuando la extiendo. Le busca explicación y cuando recuerdo que es solo un niño me doy un golpe mental para dejar de hacer el ridículo.

__ Esto es lo que debes hacer. - le enseño tomando su mano con suavidad para dar un leve apretón sellando el acuerdo. Le parece una hazaña sin soltarlo provocando que mis latidos se disparen como un motor fuera de control.

Sus ojos brillan, medio sonríe.

__ ¡Sofía! - los gritos de Dylan logran que me incorpore con rapidez recordando mi compromiso. No debo perder mi estatus dentro del clan Myers

Me sigue hasta la cama en donde le cuesta subir, no quiero tocarlo más de la cuenta. No sé cómo tratarlo y no quiero ser la culpable de una segunda víctima de la saña de otros.

__ Trae galletas con chispas de chocolate y leche. - ordeno arreglando mi vestido. La chica asiente - No te acerques si no lo pide. Le incomoda.

No sé ni para qué digo todo eso. No sé de quién es, solo sé que se trata de otro asunto del que no quiero tener conocimiento porque conozco mis alcances. No podría detenerme, no sabría cómo.

Son una debilidad que no pienso tener ya que en un pasado fue usado para destrozar lo que creí firme. Me vi perdiendo, cayendo y arrastrando mi ser con súplicas que no fueron escuchadas. No quiero regresar ahí, estoy mentalizada a estar en la cima, todo lo que me reste de vida.

Decido que no pensar en eso es lo mejor ya que al bajar del auto me recibe una cantidad de personas enfocadas en crear lazos que les sirvan para solidificar su presencia en un clan lo suficientemente fuerte como para no caer a la primera revuelta. De la mano de Dylan camino entre ellos, sonriendo a cada nada, dando pasos a donde sé quedo en el foco de los presentes para ser vista por el objetivo de esta noche.

Seduzco y obtengo lo que quiero. De eso se ha tratado esto.

__ Blanco fijo. - dice Dylan en mi oreja. Finjo reír de lo que dijo, siendo la esposa linda que muchas miran - Manos a la obra.

__ No te emborraches tanto, eres más idiota en ese estado.

Me suelto de su agarre yendo a saludar a los socios de Abraham, el cual me presenta con un orgullo más actuado que nunca. Con gracia contesto algunas preguntas de los curiosos dejando ver la elegancia que se nos fue inculcado a mi hermana y a mí desde pequeñas.

Raúl se acerca luego de unos minutos, rozo mi brazo con el suyo sutilmente. Sin que note nada de lo que en realidad pasa. El vestido se atora en mi zapato y me agarro de su brazo disculpándome apenada.

__ No pasa nada. ¿Estás bien? - su tono más la mano en mi espalda me da la razón cuando digo que no pierdo cuando mi mente está centrada.

__ Tendré que ir al baño. Creo que oí la tela rasgarse. - actúo con descuido. Busco a Dylan con la mirada sin dar con el idiota. - Dios, qué vergüenza.

__ Si necesita mi saco...

__ Oh no. No quiero dar molestias. - me agarro de su hombro sosteniendo mi papel - Pero...

Contención Where stories live. Discover now