1. Heredero

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La luz del sol se filtraba a través de las cortinas entreabiertas, pintando destellos dorados sobre las sábanas blancas del lujoso hotel en Italia. Louis se despertó lentamente, empujando su cara contra la almohada nuevamente; intentando volver a dormir por unas horas más. Su cabeza palpitando con cada latido de su corazón.

La luz le pareció insoportable y la habitación giraba levemente a su alrededor.

Se llevó una mano a la frente, sintiendo la pulsante resaca que se había apoderado de él. La noche anterior se había quedado hasta a tarde en una reunión con unos importantes criminales italianos de la zona. Y por consiguiente, la reunión había incluido algunos, muchos, tragos. De los cuales, definitivamente, se arrepentía.

Louis no quería despertar, él quería dormir.

Sin embargo, la abrumadora sensación de tener responsabilidades pendientes pesaba sobre sus hombros. Tenía cosas relevantes que hacer, él lo sabía.

Responsabilidades.

Las había tenido desde que era muy pequeño.

—¿Finalmente sveglio? (¿Finalmente despierto?)

La manta se movió, revelando la presencia de alguien a su lado. Su corazón dio un vuelco cuando se percató de la figura dormida del omega que yacía junto a él en la cama del hotel. Uno de los tantos omegas con los que había estado conversando la noche anterior, claramente, las cosas no se habían limitado a una pequeña charla.

Aunque la realidad era que, Louis no lo recordaba.

—¿Cosa ci fai qui?— le pregunto adormilado, estirándose y sentándose en la cama. (¿Qué haces aquí?)

—Esta es mi habitación, cariño — le contesta el Omega, sin molestarse en moverse demasiado

—Hmm

Louis no le hizo demasiado caso al chico, ni siquiera se esforzó en preguntarse por su nombre. No le interesaba, así de simple. Era una noche más, algunos recuerdos borrosos de placer, un cuerpo más.

Se movía con cuidado, con una mano presionando su sien dolorida por la resaca, mientras su otra mano rebuscaba entre las prendas de ropa dispersas por el suelo. Mientras maldecía en voz baja su falta de organización, pero su teléfono sonó, rompiendo la monotonía del ambiente. Louis se detuvo en seco, con una chaqueta en una mano y los pantalones en la otra, preguntándose quién podía estar llamando en ese momento.

El sonido estridente de su teléfono lo hizo gruñir con molestia

—¿Qué? —gruñó Louis con voz ronca, apenas reconociendo la voz de Niall al otro lado de la línea.

—¡Louis! — grito el alfa rubio —¿Dónde estás?

Louis apretó sus ojos cuando un fuerte dolor de cabeza se hizo presente, haciéndole recordar que efectivamente estaba crudo, y que definitivamente no tenía ni la más mínima idea de dónde estaba.

—Dame un segundo — le dijo a Niall — ¿Dónde estamos? — pregunto esta vez en dirección al chico desconocido con el que aparentemente había dormido.

—¿No sabes dónde estamos?— le pregunto el desconocido, Louis se encogió de hombros — Hotel Il fiore della vita.

Louis asintió y volvió a darle la espalda

—En el mismo hotel que anoche — le informo a Niall — ¿Por qué?

—Es acerca de tu padre — contesto Niall — Creo que se trae algo entre manos.

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