Hizo suavemente a un lado a Beomgyu, y cerró la puerta abruptamente. Prefería que nadie más aparte de él supiera que Beomgyu estaba en celo.

—¿Supongo que no podemos hablar si estás de esta forma?—.

Yeonjun se rió. La pregunta era obvia. Pero había escuchado de algunos omegas que no perdían la consciencia por completo. Cuando Beomgyu lo miró con ojos perdidos y llorosos, Yeonjun supo que él era más de los que se perdía por completo. Como si fuera droga.

Observó un lugar y sus posibilidades, no importaba cuánto su polla estuviera doliendo, no le haría nada a Beomgyu. Se prometió a sí mismo que podía soportarlo. Podía soportarlo hasta que Beomgyu recuperara la consciencia. No importa cuánto Beomgyu se viera bonito, y susurrara su nombre con dulzura, ni las miradas ansiosas que le dedicaba. Yeonjun no haría nada.

Llevó a Beomgyu hasta lo que parecía la sala de estar, con un sofá largo en el centro. Dejó que se sentara con suavidad. Yeonjun tomó asiento, a unos cuantos centímetros de él. No muy seguro de cuánto espacio poner entre ambos para que nada malo sucediera.

—Bien, te dejaré aquí—. Yeonjun dijo, suspirando—. Supongo que tienes a alguien que viene a ayudarte con tu celo.

Yeonjun sintió una punzada de dolor al pensar en que Beomgyu podría tener a alguien más. Un alfa en quien confiaba por completo para pasar sus días de calor con él. Yeonjun nunca se había sentido particularmente celoso. Pero, mirando a Beomgyu fijamente, siento que se consumía en celos de solo pensarlo. Su alfa molestaba. Tomó a Beomgyu tan rápido como su propia mente, y sin un acuerdo mutuo, proclamó a Beomgyu su omega.

Se suponía que lo era.

Encontró el teléfono de Beomgyu en la mesa frente al sofá, pensó que probablemente podría marcar a alguien para poder irse tranquilo y no hacer nada idiota. Beomgyu estaría bien con alguien que no estuviera pensando en cómo follarlo. Yeonjun lo estaba pensando. Mucho. Demasiado. Estaba asustado de no poder controlarse. Estiró su mano hasta el teléfono, pero Beomgyu lo interceptó.

—Alfa...—murmuró. Yeonjun intentó ignorarlo. Lo miró unos segundos, intentó relajarse a sí mismo y soltar unas cuantas feromonas para que Beomgyu se calmara un poco. Devolvió su atención al teléfono, estiró de nuevo la mano, pero esta vez Beomgyu fue más brusco y tiró de su brazo—. No me ignores.

Yeonjun se detuvo. Él sabía qué le seguía a la frase "no me ignores". Los omegas lloraban todo el tiempo cuando Yeonjun los evitaba por unos cuantos segundos. Cuando miró a Beomgyu lo encontró todo enfurruñado. Yeonjun lo apreció. Se veía bonito y tierno a partes iguales.

—Déjame llamar a alguno de tus amigos, o familiares— dijo, sonriendo suavemente—. Ellos te cuidarán mejor que yo.

Beomgyu soltó un quejido.

—Alfa, duele mucho—. Beomgyu había decidido que sus palabras no tenían importancia y las evitó por completo.

Yeonjun intentó concentrarse en decirle a Beomgyu que debería llamar a alguien y sacar a patadas a cualquier alfa, especialmente a él.

Intentó moverse de nuevo, pero esta vez colmó la paciencia de Beomgyu. Sintió que brazos lo rodeaban. Beomgyu tomó fuerza de los hombros de Yeonjun y tomó asiento tranquilamente en su regazo. A Yeonjun le parecieron agraciados sus movimientos y se había perdido en ellos.

Totalmente idiota. Su polla apretó contra su pantalón cuando Beomgyu terminó a horcajadas sobre él.

Estaba tratando de que nada pasara, pero Beomgyu no lo estaba ayudando.

—No te haré nada, bebé—. Prefirió rendirse, lo había estado intentando fuertemente—. Lamento no poder ayudarte.

Acarició suavemente la mejilla de Beomgyu, sintió cómo se derretía a su tacto. Como un gatito en busca de atención.

La caricia debió haber quedado como una pequeña muestra de cariño, esperando que Beomgyu se sintiera reconfortado en medio del celo. No esperaba que Beomgyu tomara su mano, extendiera su palma y pasara su lengua por sus dedos.

Yeonjun luchó. Realmente lo hizo. Su polla rogaba salir. Miró a Beomgyu, ahora se había llevaba sus dedos a la boca. Yeonjun quería besarlo. Necesitaba reclamar sus labios rojizos.

Hacerlo más suyo de lo que ya era.

—¿Por qué no me harás nada?—preguntó, soltó los dedos de Yeonjun por un momento antes de retenerlos  de nuevo con sus manos.

—No nos conocemos, bebé—. No quería pensar en la probable reacción de Beomgyu, no consideraba agradable salir de un celo y enterarse de que un alfa desconocido se había aprovechado de ti.

—No entiendo—. Los labios de Beomgyu hicieron una mueca—. Yo te conozco desde hace muchos años. Sin falta siempre, siempre estás en el sexo.

Yeonjun pensó en otros alfas jodiendo el bonito cuerpo que tenía sobre sus piernas. No debió sentirse tan posesivo, sobretodo con un omega que no conocía en lo mínimo.

—Además, estás duro—. Beomgyu dijo. No había hecho un gran descubrimiento, Yeonjun sabía que Beomgyu podía sentir qué tan duro estaba justo debajo de su trasero.

—Sí, lo estoy—. Admitió—. Y por eso no haremos nada, ahora, dame tu teléfono y déjame llamar a alguien para que te cuide.

Beomgyu negó.

—No, Taehyun no vendrá.

—¿Taehyun?

Beomgyu asintió.

—Es mi amigo beta, siempre me cuida en los celos.

Yeonjun pensó que Taehyun era particularmente un beta muy suertudo si un omega como Beomgyu le hacía caso.

Él solamente no sabía.

—Le pedí que no viniera esta vez.

Yeonjun frunció su ceño.

—¿Por qué?

Beomgyu lo miró unos segundos. Yeonjun consideró que Beomgyu lo estaba llamando tonto sin necesidad de palabras.

—Porque vendrías—susurró, avergonzado.

Yeonjun no le encontraba sentido. Ningún omega se sumergiría de esta manera tan peligrosa. Yeonjun solo era un desconocido.

—Deberías escribirle, estarás mejor con él—. Acarició la espalda de Beomgyu—. Yo solo soy un desconocido.

Beomgyu negó rápidamente.

—Eres mi destinado.

Yeonjun pensó que estaban yendo rápido, demasiado. Debió tomarlo por sorpresa, pero no lo hizo realmente. Ahora, mirando a Beomgyu fijamente a los ojos pudo sentir que estaba de acuerdo con sus palabras. Eran destinados. No necesitaban muchas más pruebas.

—Está bien, pero no te voy a follar—. Dijo Yeonjun.

Beomgyu soltó un ruidito molesto.

—Alfa estúpido—.

Yeonjun se rió. Probablemente muchos alfas pensarían que era estúpido por no follarse al omega en su regazo y desaprovechar una oportunidad tan jugosa. Él pensó que estaba haciendo lo correcto.

—¿Tienes supresores?—preguntó, esta vez removiendo el cabello de la frente de Beomgyu.

—Sí. ¿Puedes llevarme a mi habitación?—preguntó, jugando con la camisa de Yeonjun—. No tengo muchas fuerza en las piernas en este momento.

Yeonjun no vio por qué responder si solo podía actuar, pasó su brazo debajo de los brazos y piernas de Beomgyu. Y no fue hasta que encontró la habitación y la cama de Beomgyu que notó como todo el pantalón del omega estaba totalmente empapado. Tuvo que respirar fuerte unas cuantas veces para poder seguir estable.

Se sentía al límite.

Beomgyu le dijo dónde se encontraban sus supresores, fue por agua y regresó. Ayudó a Beomgyu a quitarse sus pantalones. No fue fácil. El omega no era ni mínimamente consciente de todo el esfuerzo que conllevaba ayudarlo en su celo.

Cuando lo cubrió con una cobija, y vio la respiración lenta de Beomgyu fue que se tomó un momento para pensar en lo que estaba haciendo. Y observando el cuerpo bajo las cobijas, fue consciente de lo mucho que quería follarlo.

Solo no sería esta vez.

¡Te estoy buscando, Yeonjun! ● yeongyu Where stories live. Discover now