💀Capítulo 31. No te engañes

Comincia dall'inizio
                                    

—Viktor —volvió a llamar, su tono era más suave que el que empleó con Carmilla, pero seguía sin ser la voz de Matthias—. Mírame.

—Jamás —replicó, frunciendo el entrecejo.

—¿Es por la máscara? —cuestionó entonces. No, no era por la máscara, simplemente no quería aceptar que esto era real, que él era real—. Me la quitaré.

«No, no lo hagas». Pensó, sin embargo, la curiosidad lo venció y lo miró con el rabillo del ojo.

El Salvador se quitó la desagradable máscara del doctor de la plaga, dejando libre su cabellera castaña, chamuscada en partes debido a la quemadura que atravesaba la mitad de su rostro, y mostró sus ojos; uno verde como lo recordaba, pero nublado y cansado, y otro enteramente negro y vacío. Conectó su mirada con la de Viktor y a este último lo recorrió un escalofrío, una reacción bizarra para un vampiro, por lo tanto, supo que algo definitivamente no iba bien.

—¿Me prefieres así? —preguntó Matthias—. ¿Te asusto menos?

Viktor bufó, negando con la cabeza. Ahora sí le mantuvo la mirada.

—Tú no me asustas —aseguró—. Eres una farsa y nada más.

Matthias esbozó una sonrisa descompuesta y extendió su mano enguantada hacía él.

—Mi amado Viktor...

Viktor le dio un manotazo, apartando su brazo.

—No me llames así —advirtió.

La revoltosa amabilidad de Matthias desapareció de su rostro, siendo reemplazada por un profundo disgusto. Su mirada perdió todo brillo, de pronto estaba vacío, mucho más que antes. Este no era su Matthias Harker, este era un monstruo.

—Quisiera comprender tu reticencia —comentó Matthias, haciendo de sus manos unos puños a los costados de su cuerpo—, pero la verdad es que soy incapaz de hacerlo, Viktor.

—No hay nada que comprender, es evidente que no te quiero cerca —refutó, tan cruel e indiferente como podía sonar.

—¿No me extrañaste, Viktor? —indagó, ampliando los ojos y acercándose todavía más—. ¡¿No te dolió cuando me viste morir?!

—Tú ya estabas muerto, Matthias —siseó—. Lloré, sufrí tu muerte durante años, pero ya no. Moriste ese día y te superé como debía hacerlo.

—No, tú no me has superado —sentenció, apretando los dientes—. Tú no puedes haberte olvidado de mí tan fácil.

—Nunca me olvidé de ti, pero te dejé ir por mi bien, encontré otra persona y...

—¡Ya cállate! —bramó Matthias, jalando su cabello con una mano y con la otra encajando las uñas en su cicatriz—. ¡No quiero oírte!

Viktor entornó los ojos.

—Pues lo harás, tú me trajiste aquí en contra de mi voluntad y ahora escucharás todo lo que tengo que decir —sentenció.

Matthias lo miró con lágrimas en su ojo verde.

—¿De verdad no sientes nada por mí? —inquirió en voz baja, como un animal herido.

—No —contestó sin vacilar—. No siento nada por esta versión de ti, Matthias Harker.

Matthias soltó un sollozo ahogado y rasguñó la piel de su propio rostro. Sangre escurrió por sus mejillas y sus llantos pronto se combinaron con gritos de agonía. Viktor solo podía mirarlo con horror, ¿en qué clase de atrocidad se había convertido?

Vampire AnomalyDove le storie prendono vita. Scoprilo ora