Una Nueva Misión

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—¡Jefe! —Exclamó Chuuya Nakahara hacia Mori quien le había encargado una misión.

—¿Te vas a negar Nakahara? —Preguntó tranquilo el líder de la port mafia.

—Déjame entender... ¿Quiere que vaya a Europa por un usuario de habilidad que probablemente no exista, pero que usted lo tomó en cuenta solo porque el bastardo de Dazai te lo dijo?— Preguntó molesto al borde de la ira, mientras apretaba los puños.

—Si y probablemente sea el remplazo de Akutagawa —Expresó el líder.

A Chuuya casi se le cae el sombrero de lo sorprendido y preocupado que estaba.

—¿Usted está hablando enserió?.

—Claro que si Chuuya.

El usuario que controla la gravedad rápidamente pensó en algo.

—Me niego y como uno de los líderes de la port mafia, asigno este trabajo al mismo Akutagawa, además si usted quiere a ese supuesto usuario vivo, el más indicado sería nada más y nada menos que el perro rabioso...

Mori empezó a reír muy bajo y satisfecho con la respuesta, Dazai le había dicho acerca de esto, que probablemente Chuuya le tenga aprecio a su antiguo subornidado, además que había sido mentira que iba a ser remplazado, ya que el líder de la mafia reconocía lo cuan poderoso, tenaz y comprometido puede llegar a ser Akutagawa.

"Mori, si Chuuya se niega dígale que vas a remplazar a Akutagawa creo pensar que ese enano le tiene alto aprecio al terco de mi antiguo subornidado"

—Muy bien me convenciste, ahora llama al perro rabioso que no mata.

El más bajo salió de ahí no sin antes hacer una referencia, tras cerrar la puerta sonrió de lado y fue hacia el pelinegro.

El manipulador de la gravedad recorrió tranquilamente las instalaciones de su organización hasta llegar a cuarto de entrenamiento.

—Veo que has mejorado esa técnica— Anunció tranquilo con las manos en su bolsillo mientras se acercaba al menor.

Akutagawa como siempre había hecho una reverencia como saludo y volvió a lo suyo. La relación entre ambos era de respeto y admiración, sin embargo ninguna palabra salía cuando estaban juntos.

—Eres muy fuerte Akutagawa.

Esa voz quedó como un fuerte eco una y otra vez en la cabeza del pelinegro, el perro rabioso siempre se quedaba sin palabras ante su superior.

Era por el respeto que le tenía a tal semejante habilidad que poseía el pelirrojo, por ser el antiguo compañero de Dazai, por haber eliminado a un inmenso dragón, por ayudarlo cuando se quedó sin un mentor y convertirse prácticamente en uno.

—He visto los recientes reportes de tus misiones y déjame felicitarte, tu habilidad te hace alguien muy importante en la port mafia.

Akutagawa no sabía que hacer con tantos halagos, se sentia indigno de ellos y sobre todo que no eran los de Dazai, pero poco a poco iba entendiendo que quizá muy en el fondo lo merecía y lo demostraba cuando realizaba las misiones.

Chuuya miró como el pelinegro se limpiaba algunas gotas de sudor de la cara, Akutagawa fue por su característico abrigo negro y se acercó al mayor.

— ¡Bebé esto! —Exclamó el pelirrojo y le ofreció al menor una botella de agua.

Akutagawa tomó entre sus manos la botella y por primera vez en años, más que una simple reverencia y más que un listo Nakahara-Sensei, él habló.

—Gracias Nakahara Sensei— Dijo un poco despacio, pero basto para que Chuuya mostrará una sonrisa.

Calmaré tus pesadillas (Shin Soukoku) Where stories live. Discover now