—Vamos a mi casa, no está demasiado lejos. —Él pareció inseguro, claro, se trataba de un señor bueno y mi pinta era de pura anarquía—. Escúchame, Earth, me gustas mucho, lo que quiero ahora mismo es quitarte la ropa y comerte a besos, pero no puedo hacer eso en esta barra, así que la propuesta es esta: Vienes conmigo a mi casa y me dejas quitarte la ropa con mis dientes o nos acabamos la cerveza y eso es todo porque no estoy para tontear o ir a citas al cine y todo ese ritual hipócrita.

     Intimidé a un señor, soy un hombre muy rudo; fue muy divertido verle la cara, se puso rojo como la sangre, pero asintió, así que antes de que pudiera pensar en una excusa, me levanté y lo llevé fuera del bar. Cuando le dije que se montara en Betty Paige abrió los ojos, espantado.

     —No subiré en esa cosa contigo después de que has bebido licor —advirtió señalando mi motocicleta.

     —No es una cosa, es mi bebé, se llama Betty Paige y es muy obediente. Nunca me ha botado, así que puedes confiar en ella.

     —Confío en ella, pero no en ti... —dijo el muy descarado. Cuando lo miré con mi cara de fastidio pareció faltarle el valor—. ¿No podemos... ir en taxi? —preguntó con un chillido. Me acerqué a besarlo y una vez más le apreté su pequeño y firme trasero.

     —Earth, si no te subes ahora, voy a follarte aquí mismo, sobre mi Betty. —Él gimió, pude sentir su pene apretado dentro de sus pantalones. Le ofrecí mi casco y monté a Betty, cuando subió, se apretó fuerte a mi cintura, manejé a toda prisa porque esperaba que él estuviera montando pronto sobre otra cosa. Entramos por el taller.

     —Está un poco desordenado porque todo el día anduve trabajando en este galán, ¿qué te parece? —expliqué bajando de Betty y ayudándole con el casco. Él miró al galán del que le estaba hablando.

     —¡Bastante impresionante!

     —Es un Porsche novecientos once, estoy afinando su motor.

     —¿Trabajas aquí?

     —Este taller me pertenece, Milk es mi socia. Sé que es difícil de creer, pero no me dedico a la música, junto a Tong cantamos como un pasatiempo, él es peluquero. Moriríamos de hambre si tomáramos el asunto de la banda como un empleo a tiempo completo porque la gente de esta ciudad no tiene buen gusto. ¿Quieres un cigarrillo?

     —No fumo, gracias.

     —Eres tan niño bueno...

     —El otro día mencionaste tu edad. ¿Estás consciente de que soy nueve años mayor que tú?

     —Entonces ven —llamé abriendo la puerta de la casa que daba directo a la cocina—, enséñame todas esas cosas de adultos que tú sabes.

     Se adelantó y encontró mi habitación por sí mismo. Observó los pósters de autos y bandas de rock pegados en mi pared mientras se quitaba los zapatos y las medias. Luego, se puso de pie sobre la cama.

     —A ver si es verdad la promesa del bulto en tus pantalones —dijo apartándose el cabello de la frente como toda una diva, se me puso dura cuando percibí el reto en su voz.

     Earth es el tipo más bello que ha estado en mi cama, hablo en serio. Su rostro tiene un toque de androginia aun estando desnudo, su cuerpo es bastante delgado, recuerdo pensar que su cintura parecía la de una mujer, se convirtió en el pasivo ideal por el modo en el que pude acunarlo perfectamente entre mis brazos; me encantó... su olor, su sabor, su temperatura, sus sonidos, todo en él era bastante dulce. Esa noche fue un ángel en la cama, les diré por qué: soy un hombre bien dotado y me gusta presumir al respecto, el bulto en mis pantalones no miente, si acaso disimula la generosa realidad. Cuando Earth me retó, no sabía a lo que le tocaría enfrentarse. Nunca en toda mi vida había logrado penetrar hasta el fondo a ninguno de mis amantes, pero entonces este señor fue sorprendente. Lo había dilatado durante mucho tiempo porque sabía lo que pasaría, cuando empezara a introducirme en él me diría que le dolía y pararíamos en cualquier momento, ya estaba acostumbrado. Además, me bastó meter el primer dedo para notar que ese ano no era follado con mucha frecuencia. Estaba apretado como el de un debutante, así que fui muy cuidadoso porque en verdad quería tener sexo. La punta era la parte compleja, pero él la soportó con un gemido qué sonó casi enojado.

     —¿Estás bien, bonito? —Lo traté con cariño porque no quería espantarlo o que temiera que lo lastimara y se detuviera, si hacía eso yo me moría porque estaba más caliente que lava volcánica.

     —¡Ay, carajo! —se quejó. Me detuve de inmediato— ¡No! ¡Sigue, sigue, sigue!

     Así que continué. Earth temblaba, sudaba y su rostro se empapó de lágrimas, las probé, bebí todo de él hasta que me quedé sin fuerzas. No sé cuánto tiempo estuve empujándolo, pero había sido la follada de mi vida.

     Me desperté a las siete de la mañana porque él me besó la mejilla. Yo era un asco madrugando así que gruñí para indicarle mi molestia, pero igualmente abrí mis ojos y lo vi: despeinado, desnudo, relajado, y fue en ese momento cuando lo comprendí: necesitaba volver a ver a ese señor. Y también necesitaba componerle una canción.

     —Me tengo que ir, dame tu dirección exacta para pedir un taxi.

     —No es necesario que te vayas aún, es muy temprano— dije abrazándolo con posesividad.

     Él rio muy bajito, como un susurro, y sentí mi corazón latir muy rápido como si tuviera taquicardia... Tal vez me había esforzado mucho durante la noche.

     —Tengo una hora para prepararme e ir a trabajar.

     —Auséntate.

     —¿Me mantendrás cuando me despidan?

     —No —Pff, de ninguna manera, viejo vago.

     —Por eso debo cuidar mi trabajo. —Empecé a apartarme.

     —Entonces, ¿vamos a volver a vernos?

     —Eso me encantaría, Santa. Te daré mi número de teléfono.

     Me sentí mal cuando se sentó en la cama y se le escapó un gritillo de dolor, cubrió su boca con la mano derecha y con la izquierda se sujetó la espalda. Se levantó y vistió como en cámara lenta mientras yo lo miraba.

     —Tú dijiste que siguiera...

     —No te estoy reclamando —se apresuró a defenderse.

     El taxi llegó y desde la puerta de mi casa lo vi marcharse. Me gustaba ese señor y tenía su número, lo iba a llamar un par de veces más.

 Me gustaba ese señor y tenía su número, lo iba a llamar un par de veces más

К сожалению, это изображение не соответствует нашим правилам. Чтобы продолжить публикацию, пожалуйста, удалите изображение или загрузите другое.

Santa, Earth

Proyecto Hippocampus [Fanfiction MileApo]Место, где живут истории. Откройте их для себя