Volvió a alzar su varita, sin darme tiempo a protestar. Repelí de nuevo el hechizo, no podía pensar en aquel momento. El señor Malfoy se desenvolvía perfectamente, no era capaz de atinarle ni un solo golpe, ni siquiera utilizando los objetos que había a mi disposición. Lancé cualquier cosa contra él mientras intentaba atacarle con un hechizo en un intento fallido de distracción. 

Dos horas habíamos estado sin parar, no podía más. Caí al suelo de rodillas, pero él continuaba atacándome. 

- ¡Pare! - Se detuvo. Aproveché para coger aire y atarme el molesto pelo, ni siquiera me había dado oportunidad de ello. - No puedo más...

- Una alumna tan sobresaliente como usted, pensaba que me daría dolor de cabeza, pero ha sido todo lo contrario. Me he aburrido. 

Había golpeado el orgullo. La verdad es que, lo había hecho tantas veces, que no sabía porqué motivo seguía admirándole. Fruncí el ceño y mordí tan fuerte el labio, que comenzó a brotar un pequeño hilo de sangre. Casi de un salto me puse de pie. Sin pensármelo dos veces, continué lanzándole hechizos, hasta que, uno de ellos, rozó su mejilla, creándole un pequeño corte. Una sonrisa triunfal se dibujó en mis labios, pero duró poco, ya que, el señor Malfoy, contraatacó, haciéndome caer hacia atrás. La espalda golpeó con fuerza la fría hierba, haciendo que dejara escapar un quejido. 

Unos pasos se aproximaban lentamente hacia mí. Tenía la respiración entrecortada, el cuerpo sudoroso y me dolía hasta la última extremidad. La mano enguantada del señor Malfoy me ofrecía ayuda, pero le rechacé girando la cabeza. Una suave risa se deslizó por mis oídos. 

- Es usted perseverante y testaruda. Ha conseguido darme... bien hecho. No pensé que en su primer día lo lograra. Por hoy, hemos terminado, es libre de hacer lo que quiera, sin salir de la mansión, por supuesto.

Se alejó de mi lado, silbando una melodía que se me hacía familiar. Intenté ponerme de pie, pero tenía el cuerpo agotado después del duro entrenamiento. ¿Iba a ser así todos los días...?



Decidí quedarme en la habitación, no quería ni acercarme al señor Malfoy en estos momentos, mucho menos a su familia. Después del denigrante combate, había entrado a la mansión de nuevo, encontrándome cara a cara con su padre y su madre, hablando por lo bajo. Ambos se quedaron callados al verme, pero se aproximaron para saludar y presentarse formalmente. Al menos ya conocía sus nombres, pero, al sentir que molestaba, simplemente di una disculpa y me marché. Parecía un pobre animalillo al que acababan de abandonar, qué vergüenza. 
Por eso, preferí encerrarme. Aunque, tampoco lo consideraba así, ya que, aquella habitación era casi del mismo tamaño que mi piso. Respiré hondo, mirando alrededor, sin poder evitar la humillación que había sufrido hace un rato. 

- ¿De verdad era tan buena...? Solo he conseguido hacerle un rasguño.

Recordé días pasados, donde entrenaba sin descanso, donde estudiaba hasta altas horas de la madrugada, todo para conseguir llegar a ser la alumna sobresaliente, la mejor de la escuela. Todo había sido en vano, el señor Malfoy había derribado las defensas en un abrir y cerrar de ojos. Estaba devastada, cansada... lo peor era que los recuerdos del edificio donde sucedió todo no dejaban de atormentarme en sueños. Por mi culpa... aquella mujer había muerto. 
Inhalé todo el oxígeno de la habitación, entrecerrando los párpados. Comencé a desvestirme, evitando llorar, pero los sollozos se instalaron en mi garganta tan rápido como un río chocando contra las rocas. Odiaba ese sentimiento, no podía reprimirlo. Las pocas veces que el señor Malfoy me había tratado bien, las podía contar con los dedos de una mano y, por desgracia, me sobraban dedos. 
Caminé torpemente hasta la bañera, abriendo el grifo de agua caliente y un poco de la fría, haciendo que ambas se mezclaran y consiguiendo una temperatura templada. Miré la estantería, curioseando los botes y sacando uno en concreto: sales de baño con olor a rosas. Ladeé la cabeza y vertí la mitad del contenido sobre el agua, haciendo pequeños círculos en el aire. 

El agua se encontraba a la temperatura correcta, las sales de baño crearon pequeñas burbujas, por lo que, en cuanto deslicé el cuerpo, éstas hacían cosquillas contra la piel. Desaté el pelo, haciendo que cayera en ondas flotantes sobre el agua. Parecían caminos, me puse a jugar con los mechones, girando sobre sí mismos y el dedo índice. Contraje las rodillas contra el pecho, apoyando la mandíbula en ellas. Cerré los párpados, intentando relajarme. Solo existía el silencio... y mi respiración.

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⏰ Last updated: May 06, 2023 ⏰

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PERFECTA CONDENA 【 Draco Malfoy 】「 +18 」Where stories live. Discover now