052

5.1K 425 56
                                    

Maratón 4/5

Cuando escuché el primer grito no aguanté más y entré a mi habitación, la fuerza con la que Benja había gritado me hizo estremecer. Sergio también le estaba gritando que era lo mejor para él y que iba a estar bien con su mamá, cuando el nene me vio, lo primero que hizo fue correr a mis brazos como mecanismo de defensa.

Sergio cerró los ojos y soltó un suspiro, tenía una cara triste e intentó acercarse a Benja pero él de aferró a mi cuerpo. Le hice unas señas al Kun para que no se acercara y él asintió así que me solté un poquito y miré a Benja.

—Benja, deberías escuchar lo que tu papá tiene para decir. Dejalo hablar —le pedí con el tono de voz más comprensivo que logré formar y él se negó rotundamente.

—¡Quiere que me vaya con Giannina!, ¡Se volvió loco! —gritó escondiéndose detrás de mi, como si tuviera miedo. Pero yo sabía que no le tenía miedo a su papá, a quien le tenía miedo era a ella.

—A mi no me grites, no hace falta que lo hagas —advertí mirándolo a los ojos, él no dijo nada—. Y ni siquiera te tomaste el tiempo de escuchar los motivos que tu papá tiene para hacerlo así que te vas a ir a sentar a la cama y vas a escuchar lo que tu papá tenga para decirte.

—Pero no te vayas —me pidió con ojitos de cachorro y no me pude resistir así que agarré su mano y los dos nos fuimos a sentar en la cama, para que el Kun pudiera hablar.

—Mirá Ben —Sergio se puso de cuclillas hasta la altura del nene y suspiró—. Yo sé que no soy el mejor padre y que me mando cada una, pero es por eso que yo tomé esta decisión. No quiero que crezcas viviendo de acá para allá, quiero que tengas un lugar fijo con una familia fija, yo te voy a ver todos los días y voy a trabajar en ser un mejor padre pero necesito que vos también pongas de tu parte. Te vas a ir a vivir con Giannina.

—No —soltó firme el menor de los Agüero, me pareció impresionante la postura que tenía ya que yo estaría llorando en su lugar. Tal vez sea porque soy demasiado sensible—. No pienso irme a vivir con esa gente, y si me obligas a hacerlo, me escapo. Así de fácil te la hago.

—Escuchame una cosa nene, yo podré joder y todo lo que vos quieras —lo obligó a mirarlo y apreté fuerte la mano de Benja para demostrarle que no estaba solo—. Pero que te dé todo lo que quieras no cambia el hecho de que soy tu papá, no tu amigo. Y te guste o no, tenés trece años y vas a hacer lo que yo te diga. Así que más te vale que alistes tu equipaje porque cuando tus tíos se vayan, vos te vas con tu mamá.

Sin decir otra palabra, Sergio salió de la habitación y me quedé pasmada. Nunca había visto que tratara de esa forma a nadie, muchísimo menos a Benja, siempre intentábamos ser bastante persuasivos con él para justamente no tratarlo mal.

No podía terminar de entender por qué Sergio estaba tomando esa decisión.

—Hacé algo por favor —pidió Benja en busca de consuelo entre mis brazos y sentí nuevamente cómo mi pecho se hacía más pequeño—. No dejes que ella me lleve, vos seguro que podés hacer algo... Siempre podés.

—Ya lo intenté —intenté darle tranquilidad mediante una sonrisa, pero en lugar de eso fue una mueca la que se instaló en mi cara—. Igual no pienses que todo va a ser malo, vas a poder estar con tu hermanito, con tus tías que te adoran. Yo te voy a visitar siempre, te lo prometo.

—Giannina te odia, no me va a dejar verte más —murmuró y sus ojos empezaron a cristalizarse.

—Giannina no tiene tu tutela, el único que me puede prohibir verte es tu papá y sabes que eso no va a pasar.

Unos golpecitos en la puerta de la habitación hicieron que Benja se tranquilizara, sabíamos que no iba a ser Sergio así que solté un pase y fue Paulo quien apareció atrás de la puerta.

—Ahora sí estoy listo para hablar, dulce amor mío —sonrió en mi dirección hasta que sus ojos se toparon con los de Benja y una mueca de preocupación se hizo prominente en su rostro—, ¿Qué te pasó, maquinita del mal? Contale al tío.

—Mi viejo me va a mandar a vivir con Giannina —habló y los ojos del cordobés se abrieron por completo con sorpresa, seguramente todos habrían reaccionado igual.

—¿Con la loca esa? Imposible, si vos te ibas a ir a Italia con nosotros hasta hace tres horas atrás —arrugó su nariz y se sentó al lado del nene, Benja me miró a mi y se levantó de la cama.

—Ella te va a explicar todo —me señaló y salió rápido de la habitación, que segundero por suerte.

—Ya sé que no vas con nosotros, lo dije solo para que él tuviera un poquito de esperanza —me informó y abrí los ojos impresionada, Leandro traidor—. Y me dijo Enzo, no Leandro si es lo que estás pensando. Intenté sacarle información a él cuando nos fuimos del monumental el otro día y no me quiso decir nada, corte gil.

—¿Y estás enojado? —pregunté impaciente.

—¿Tas loca vo? Estuve investigando y en Lisboa tienen el mejor equipo de patinaje así que puedo usar eso de excusa para ir a visitarte —me dió un golpecito en el hombro y sonreí—. No te voy a negar que te voy a extrañar como la puta madre pero siempre te podés arrepentir, mándame un WhatsApp y yo me tomo el primer vuelo para ir a buscarte.

Solté una risita y lo miré, sus pupilas estaban dilatadas y tenía una sonrisita divertida en sus labios. Seguramente había estado planeando lo que me iba a decir antes de entrar, Paulo solía hacer esas cosas cuando hablaba de temas serios.

—Y vos siempre te podés meter en mi valija así nos vamos juntos de contrabando —intenté bromear e hizo una mueca pensativa—. Aunque no creo que ese culo gordo entre en mi valija.

—Bueno, lo intentamos —levantó sus brazos en señal de rendición y yo lo imité para después darle un fuerte abrazo—. Cuando seas una patinadora famosa no te olvides de los pobres, y de quién fue tu fan número uno.

—Obvio que me voy a acordar de Lean —rodé los ojos divertida y me miró ofendido.

—Yo hablaba de mi.

—¿Cómo era tu nombre?

Una vez más, los dos reímos y Paulo me inspeccionó por unos segundos que parecieron una eternidad.

—Quiero que sepas que te adoro, aunque eso ya lo sabes —dijo sereno—. Pero no importa la distancia, siempre voy a estar con y para vos. Espero que encuentres eso que tanto buscas y que tu tiempo en Lisboa te llene de felicidad, amore mío. Las puertas de casa siempre están abiertas para vos, a fin de cuentas es de los tres.

—Dios, no te das una idea de lo que los voy a extrañar.

—Estos son nuestros últimos dos días juntos, así que ahora solucionamos lo de Benja y mañana nos ponemos en pedo hasta que olvidemos cómo nos llamamos —propuso y lo miré acusatoria—. La última idea fue de tu novio así que retalo a él, no a mí.

———————————————————
Pobre Benja ndeah.

Procedo a decirles que la historia está por llegar a su fin y pidoperdón, tampoco quiero que termine pero es algo inevitable. No podemos seguir alargandola ya que se volvería algo tedioso tanto para ustedes cómo para mí.

VIERON QUE SÍ ESTOY CUMPLIENDO CON EL MARATÓN? NI YO LO PUEDO CREER JAJAJAJAJA.

Rivales ||Enzo Fernández ✓Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon