Kisses in the light of day. «Besos a la luz del día »

Especial.

Especial para el 14 de febrero.

Gaahina.

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Viajar, ¿por qué debíamos hacerlo? Solo por ser una fecha «especial» era obligado a salir de la comodidad de mi cuarto.

Ver tanta vegetación me hace ver lo que no me gusta.

Odio el campo.

O bueno, no el campo.

Odio el calor, la vegetación, los animales, los insectos, los...

Oh sí, odio el campo.

Pero es que con solo sentir el sudor correr por mi nuca provocando que mi cabello se adhiera a mi piel me hace estremecer.

No, eso no era para mí.

Pero al ver lo que mis padres habían comprado no sabía si reír o llorar.

Era una casa rodante, maldición.

El viaje fue tan aburrido como de costumbre, mis hermanos mayores molestando como solían hacerlo y mis padres mostrándose muy acaramelados por ser su aniversario.

Que asco.

Al llegar a la zona en la que acampariamos hice una mueca mental del lugar.

Era demasiado verde para mí gusto, la luz que estaba por sobre los árboles me golpeaba con fuerza en mis ojos provocando que debiera cerrarlos con fuerza por el drástico cambio.

Ya que para una persona acostumbrada a la oscuridad, esto era una molestia en su máxima expresión.

Al bajar de nuestro nuevo «transporte» note que habían otras familias las que se encontraban de camping.

«Pobres de los niños, deben venir obligados al igual que yo.»

Restándole importancia a los sentimientos del resto, me enfoque a observar mi entorno.

Niños por aquí, adultos por allá.

Mis hermanos por aquí... Pero ella... Ella estaba allá.

Una pelinegra con ojos tormenta estaba a unos metros de mí, con un conjunto lila con negro más unas botas de campo.

Ella era... Era muy linda.

La sonrisa de su rostro provocó que mi rostro se calentará.

Era como si los rayos del sol me ubieran abofeteado y provocado que mis mejillas estuvieran hirviendo.

¿Qué es eso?

¿Sabaku No Gaara se había sonrojado?

¿Y por una sonrisa?

¿Qué me está pasando?

—Tal vez no fue una mala idea venir después de todo...