Diluido en Miel

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Saltar... Saltar la cuerda, era un juego muy bonito, simple y sencillo; miraba el ondear de la cuerda tensarse de un lado a otro, ¿Por qué mirar la cuerda, si debía estar saltandola?, Era un simple y sencillo sueño también, pues era la sensación que su mejilla le brindaba.

-¡Tigresa despierta! -Pronto ella abrió los ojos, el agua ondeaba en su mejilla, cómo el tensar de una cuerda. - Sigue lloviendo, debemos irnos pronto - dijo Po temeroso al notar que el nivel del agua había subido en tan solo una noche, mientras el estridente sonido de las gotas de lluvia se hacía cada vez más fuerte. Más pronto la felina se levanta, asustada también.

-Sa-salgamos de aquí - miró atrás, la olla de la noche anterior flotaba con cenizas en su interior y las prendas secas se habían perdido en la corriente. Tomó a Po del brazo y ambos salieron de la casa. Aquel lugar donde se habían quedado era un aldea acentuada en la cima de unas colinas, justo daba forma de un huevo el lugar.

El agua le llegaba a la cintura, sumado a ello el lodo; dificultaba su andar, apresurado con ese incesante tambor en sus pechos, gritando de terror. No podían dar vuelta atrás, pues de dónde venían era un lugar más bajo; las aguas habían cobrado esos lugares ya. Siguieron con prisa y desaliento hacia la parte de arriba del poblado, de entre las subidas y algunos escalones se deslizaban escombros, utensilios, ropas... Cuerpos, ante los ojos de ambos a pocos metros de ellos mientras subían por ahí.

-No-no mi... - intentó decir ella, pero ya sabía que de nada hubiera servido. Po había visto ya, muy de cerca, las catástrofes, no podía ignorarlas. Él paró un momento en las gradas mientras veía estacas y cadáveres recorrer dichas gradas cuesta abajo, siguiendo la corriente; se mareo, cerrando los ojos con fuerza; pero seguirán estando ahí, aguantó las ganas de vomitar un segundo, ante la mirada impotente de la felina. Ella solo tomó su mejilla y unió sus frentes unos segundos - debemos seguir, no podemos quedarnos aquí, no veas.

Ambos siguieron subiendo por la zona alta del poblado, llegando al camino principal, saliendo del pueblo; viendolo desde aquella zona elevada, parecía un pozo. Había perdido su bastón de bambú y mientras Tigresa miraba algunas casas derrumbarse, Po se dispuso a caminar sin ella a paso más apresurado, rápido la felina se puso a su lado para ayudarle. Po estaba serio viendo al suelo, a la vez que la lluvia caía fuerte encima de ellos. Hubo silencio por unos metros, Tigresa empezaba a sentirse... Mal.

-Po...
-Estoy bien... - responde enseguida. Apretaba su mandíbula a la vez que pronto cayó de rodillas y empezaba a vomitar - está bien... No estoy bien - la felina lo mira, poniendo una mano en su espalda. El se separa dando unos paso adelante tambaleandose

-Debemos buscar un lugar donde estar... - dijo ella viendolo parado frente a él; estaba preocupada; la lluvia era turbia sus pelajes estaban empapados, tal cual trapo mojado chorreando agua sucia.

-¿¡Dónde!?, Mirá a nuestro alrededor... Agua por allá, lodo por allá, muerte por allá... Esto es un infierno - se sentía muy frustrado señalando, el panda, estaba abatido por la situación, siguió caminando; pronto Tigresa se le aproxima para ayudarle y seguir andando.

-No... Lo sé... Solo salgamos de aquí...

- lo siento tanto Tigresa, no debi... Decir esas cosas... - ambos estaban en un sendero hecho de piedra, pero cubierto de lodo.

Ambos siguieron el sendero, bajo la torrente y fría lluvia machacando sus espaldas y cabezas. Tigresa tenía muy metido su rostro en el cuello de él, en parte para que no hiciera tanto peso en su pierna lastimada... Y por otra parte por su calor. El panda solo podía ver al frente... No había nada ahi, un camino infinito bañado en blanca lluvia, cada paso dolía su pierna, después de todo el frío hacia doler sus huesos, estaba débil, sin comer... Había perdido sus tablillas y el bastón de bambú.

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⏰ Última actualización: Feb 23, 2023 ⏰

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