-Tengo que irme- dije con la voz más calmada que pude encontrar.
-Agarrenla- ordenó el mayor.
Intenté correr pero ni siquiera pude avanzar 2 pasos cuando entre varios me habían atrapado y ahora me arrastraban con ellos.
Quise zafarme de su agarre pero eran por mucho más fuertes que yo, gritar tampoco era una opción pues uno de ellos tenía su mano sobre mi boca.
Caminaron hacia las duchas e insistí más en intentar que me soltaran, el pánico empezó a invadirme. Entraron aún arrastrándome y una silla se veía bajo una de las duchas al fondo.
Al llegar a ella me sentaron ahí y varios me obligaban a quedarme quieta mientras los demás amarraban mis manos y pies a la silla, la cinta cubrió mi boca impidiendo que pudiera hablar.
Las lágrimas empezaron a salir cubriendo mis mejillas a la par de que escuchaba la risa de todos, intenté mover la silla pero era demasiado pesada para mí.
Se quedaron todos frente a mí una vez que se aseguraron que no podía moverme de ahí. El mayor de todos ellos se puso frente a mí y me sonrió burlón.
-El Sargento sigue tan miserable desde que murió su esposa que se desquita con nosotros y necesitamos un poco de diversión por aquí, no lo tomes personal-
Uno de los chicos abrió la regadera al máximo haciendo que al agua cayera justo encima mío, el agua estaba helada haciendo que mi piel se lastimara con el contacto.
Lloraba e intentaba salir de ahí mientras el agua ahora cubría mi rostro y sentía que me ahogaba debido a la presión con la que caía.
Aún con la visión borrosa debido al agua y a las lágrimas, vi cómo después de reírse un rato, iban saliendo uno por uno de ahí hasta que quedé solo yo pensando qué había hecho mal una niña de 13 años para recibir esto.
*******
Estaba sentada en el suelo frente a las duchas cuando sentí unos brazos rodearme. Me escondí entre sus brazos mientras intentaba dejar de temblar.
-Esto nunca debió pasarte, Solecito- papá murmuró antes de dejar un beso sobre mi cabeza.
Cerré mis ojos intentando calmarme, por mucho tiempo, luego de sacarme de aquí, papá había sido mi lugar seguro y lo seguía siendo hasta el momento.
Nos tomó varios minutos ahí sentados el que yo pudiera respirar mejor y aún cuando estaba mejor, él no me soltó, lo cuál agradecía.
-¿Cuándo llegaste?- dije con voz cansada.
-Unos 5 minutos antes de encontrarte, un cadete me dijo que te vio entrar-
-¿Sabes porqué el 7 es mi número de la suerte?- pregunté sin soltarlo.
-¿Porque es un número relacionado con la perfección, la naturaleza y las deidades?- lo miré sorprendida pero negué -Escuché en alguna ocasión a tu mamá decir eso, pero yo también sé cosas- reí.
-Es porque cuando fui contigo, fue la casa número siete a la que llegaba, y fue lo mejor que me pudo haber pasado- sonreí y él me abrazó con más fuerza -Me aplastas-
-Sí, pero es con amor-
Salimos de ahí minutos después cuando yo ya estaba tranquila, Reid nos vio a lo lejos y se fue acercando.
-¿Podemos hablar?- me preguntó a lo que asentí.
-Nos vemos en la casa, iré con los demás- avisó papá y caminó lejos.
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Creating a Legacy
ActionLily Booth Brennan. Hija del mejor agente del FBI y de la mejor Antropóloga Forense del mundo. ¿Un poco de presión para no defraudar a sus padres? Tal vez. Al entrar a la UAC se da la oportunidad de darse a conocer por todo lo que tiene que ofrecer...
Sargento Bray
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