SENTIMIENTOS SIN CORRESPONDENCIA

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Llevo mucho sin escribir de mi misma para ser precisa desde que dejé mi país de origen por culpa de mis captores.

Mi nombre es Vagatha Fernandez, soy hondureña, tengo 20 años de edad cumplidos muy recientemente, hoy día estoy completamente en libertad, a la edad de 14 años fui vendida por mi propio padre, mi madre había muerto cuando cumplí la edad de 10 años, desde ese entonces padre habría estado velando por mi seguridad, pero algo pasó cuando una nueva mujer le entró a la cabeza, se deshizo de todas las pertenencias de mi madre diciendo que era hora de continuar.

Papá había recibido al parecer muchas ofertas sobre vender a su hija, pero como estaba tal vez fue porque aún era muy pequeña por lo que no veía una gran ganancia de hacerlo, cuando cumplí los 14 años papá decidió que era hora tal vez, no sé si en algún momento hice algo tan malo como para merecer ser desechada como lo hizo, me llevó con él diciendo que íbamos a pasar un día especial de padre e hija pronto me di cuenta de que no era asi, por más que lo llamé, lloré y grité él jamás volteo a verme cuando los hombres me llevaban, ese sería el inicio de la mala vida que llevaría a partir de ese horrible momento.

Pasé muchos años esperando morir y deseando que la muerte viniese hacia mí, intenté muchas veces quitarme la vida, en un momento pareció funcionar quienes me tenían cautiva me encontraron inconsciente al parecer, tuve una sobredosis al ingerir varias pastillas para dormir, todo lo que supe es que desperté en medio de la nada, estaba reducida hacer nada, gracias a ellos no tengo uno de mis ojos, lo perdí en el momento en el que uno de sus clientes intento matarme, me lo saco cuando introdujo en el un lapicero, el dolor fue tal que me desmayé, prontó me hice a la idea que debería portar un parche, ese día deambule por aquel desolado lugar hasta llegar milagrosamente a lo que parecía un pequeño pueblo, una mujer me acogió en su casa y me ayudó a terminar los estudios, me dijo que yo le recordaba a la hija que había perdido años atrás, me adoptó aunque ya estuviere mayor, mi anterior nombre era María Ortiz pero ella me brindó un nombre nuevo Vagatha Fernandez, gracias a ella terminé mis estudios y mi vida tuvo un mejor rumbo, lloré su muerte fue la única que me ayudó y me hizo creer que no todo en el mundo está mal, me dejó lo que quedaba de su dinero, me dispuse a estudiar y conseguí un trabajo para mantenerme, vendí la casa y me quedé en un pequeño apartamento más cerca de la universidad y de mi trabajo.

Trabajo para una gran empresa líder en la ciudad y la mayoría del país, quien me entrevistó en ese momento era una hermosa chica de piel morena, llamada Verna, ella dijo hallar en mi todo lo que necesitaba justamente en ese momento en el que iba a salir por la puerta choqué contra algo o alguien y mi portafolio cayó al suelo, levante mi vista completamente furiosa pero mi irá quedo a medio camino cuando la vi a ella.

Un poco más alta que yo, cabello largo y rubio, tersa piel color melocotón, delicados labios rosa, mejillas sonrosadas, largas y gruesas pestañas y unos hermosos ojos color azul, no pude evitarlo enamorarme de ella a primera vista, lo empeoró cuando se detuvo a ayudarme y cuando escuché su dulce voz fue mi fin.

-lo siento tanto, discúlpame, suelo ser muy torpe a veces. -

No podía siquiera articular una palabra congruente con mi cerebro completamente entumido ante su belleza.

-no te preocupes solo venía a entrevista-

Dije torpemente puesto a ella ¿Qué le importaría si paso o no la entrevista?

-de igual manera lo siento muchísimo y espero tengas mucha suerte para tomar está vacante. -

Luego de ello ambas nos marchamos, varios días después me llamaron para esa vacante al parecer yo era la indicada para el puesto, pronto supe que tomaría el puesto de la chica que tropezó conmigo, la cual se llamaba Charlotte Morningstar hija de mi jefe Luzbel Fernando Morningstar, quien dejaba la empresa para trabajar en lo que se había especializado de lo que parecía ir de la mano con su proyecto personal.

FRAGMENTOS DEL CRISTALWhere stories live. Discover now