—cálmate necesito encontrar las llaves—

—podemos hacerlo en el cuarto del servicio del hotel-

—no seas ingenuo aquí está la llave—

Abrió la puerta entrando a la gran habitación de lujo el chico alzó las cejas y entro sutilmente pero de la nada la tomó por la cintura y la subió a la cama.

Besos, caricias entre otras cosas eran sinónimo de la buena noche que estaban pasando entre risas y besos, tiempo después ambos terminaron respirando profundo exhaustos pero Margaret no pretendía quedarse en aquel hotel se levantó y empezó a vestirse el chico se acomodó la sábanas en la cintura mientras la veía vestirse

—¿por qué te vas tan pronto? quedémonos a dormir-

Margaret soltó una risa y lo miró con lastima

—¿crees que estoy para jugar a los noviecillos? Manéjate esto solo fue una noche divertida estoy casada y tengo un hijo con mas edad que tú, a decir verdad podrías ser casi mi hijo menor o quien sabe si mi nieto—

Tomó su bolso y lanzó sobre él 500 euros

—cómprate algo lindo por si alguna vez te vuelvo a ver y por favor no tardes mucho las sirvientas vendrán a limpiar este desastre—

Le dio un beso en la comisura de los labios y espetó

—para tener la salchicha tan pequeñita la sabes usar muy bien y tu lengua aún más—

y se marchó sin mirar atrás el chico no puedo emitir sonido alguno estaba tan impresionando y muy avergonzado le había dicho salchicha pequeña sintió su hombría flaquear.

**

—es un atrevido—

—me haces una pregunta y luego te ofendes por mi respuesta, no logro entender—

—podia solo decir no—

—lo sé, pero es divertido ver tu cara avergonzada y como una línea se cruza en tu frente cuando juntas tus cejas—

—usted es un millonario sin escrúpulos—

Alce una de mis cejas y me rasque la barbilla mientras negaba con la cabeza.

—me ofende que usted tenga esa perspectiva sobre mi persona, tengo escrúpulos señorita Isabella ¿por que me juzga solo por una respuesta que usted misma me hizo darle? cuando usted es la que me ha preguntado que si soy gay ¿a caso no tengo yo derecho a ofenderme por dicha pregunta?—

Ambos guardaron un silencio incómodo Isabella no daba su abrazo a torcer y él no dejaba de acosarla con la mirada

—bueno ya, creo que es momento de que se marche necesi...—

—no me iré hasta que tenga tu consentimiento por escrito de que aceptaras ser mi novia falsa—

—¿en serio seguirá con eso? ¿Que pasa con usted señor bruno está seguro de las cosas que piensa?—

Bruno sonrió sentía que estaba muy cerca de su objetivo esta vez se dejó ver menos arisca al tema

—necesito a alguien con corazón y que no falte al trato y usted Isabella es la oportunidad perfecta también de alguna manera quiero colaborar con ver la cafetería en un alto tope quien sabe y ese perfecto café que preparas llegue tan lejos y seas reconocida—

Una sonrisa ladeada me regalo mientras colocaba unos mechones de cabello detrás de su oreja

—las monjas me enseñaron a preparar café, la hermana Luisa para ser exactos, era vieja pero todo lo que tocaba lo convertía en un majestuoso y delicioso bocadillo o bebida, sin olvidar los postres eran deliciosos ¡mmm ay!.. supongo que ya murió hace 7 años no se de ella—

La melancolía con la que dijo las últimas palabras suavizaron el rostro de bruno

—¿quieres volver al orfanato? Puedo hacer que...—

—NO, cuando esté lista, aún no me siento preparada para volver—

—lo siento solo quería ayudar—

—¡vaya! Es la primera vez que se disculpa por algo—

—¿en serio? No suelo hacerlo muy a menudo ya que rara vez me equivoco en las ideas que me surgen—

—el egocentrismo es lo único que no sale de usted—

—no soy egocéntrico digamos que se muy bien quien soy, lo que soy y la capacidad que tengo de lograr mis objetivos ya sea a corto o largo plazo en sí, nunca hay un tiempo definido—

Bruno se levantó del mueble mientras caminaba lentamente de un lado a otro explicándole a Isabella lo que era él exactamente, agitaba su mano al compás a lo que decía, ella lo observaba con mirada suave a decir verdad sabía muy bien que este hombre tan alto y apuesto nunca podría ser para ella por esa misma razón trataba de ignorarlo pero aquel porte tan varonil con tan buen aroma era posible ignorarlo todo el tiempo y menos cuando por primera vez entablaban conversaciones más profundas.

—El 99.8% logro mis objetivos sin olvidar que no me gusta perder, generalmente suelen llamar egocéntricos a las personas que son seguras de si mismas ya qué hay tantas personas que entienden que para mostrarse humildes deben acabar con su poco criterio moral, menospreciándose a sí mismos o entro ámbito solo para que las personas lo vean como un ser de luz. En sí las mismas personas que te exigen ser humilde son las que siempre querrán verte corriendo en el mismo círculo, ahora te pregunto Isabella ¿si logras salir adelante y llegar lejos, hacerte una mujer rica y fuerte ¿te quedarás aquí en esta casa o buscarás vivir más cómoda un apartamento más amplio, no lo sé cambiar tu estilo o tendrás todo el dinero del mundo y seguirás como hasta ahora?—.

Millonario $in escrúpulos.Where stories live. Discover now