Capitulo 40.

366 34 5
                                    

Carlos suspiró aliviado. Al fin, después de cuatro largas horas de viaje ya estaba de vuelta. Caminaba apresurado por el aeropuerto con su maleta en la mano. "De seguro _____ ya debe de estar extrañándome", río tontamente al pensar en ello. ¿Ella, extrañarlo?, ¿Sería posible? Porque él si la había extrañado. Muchísimo. Lo único que quería era poder llegar rápido a casa, abrazarla fuertemente y besarla. Tan solo sentir la suave piel de ella formar contacto con la suya, al mismo tiempo que le susurraba frases cariñosas al oído mientras le hacia el amor lenta y tiernamente. Su corazón anhelaba estar junto a ella otra vez. Sonrió, enamorado. Los últimos días que los había pasado junto a su padre entendió lo importante que era para él. No podía negar que disfrutó de su compañía, pero aun así estando con él no podía quitar de su mente la hermosa imagen de _____ diciéndole cuanto lo quería.

"Te quiero".

Tan solo quería escuchar esas dos palabras desde los labios de ella una vez más. Su cabeza y corazón solamente tenían lugar para _____.

- ¿Qué me has hecho, _____?- susurró Carlos, mientras cruzaba las puertas automáticas del aeropuerto para tomar un taxi.

Lo había cambiado. Definitivamente ya no era el mismo. Y de repente, se dio cuenta de algo.

_____ Pearce lo hacía desear querer ser mejor persona.

Y oh Dios, cuanto la amaba. Debía decírselo, ya no lo quería ocultar más. La amaba y se lo diría apenas cuando llegue a casa. De pronto, su celular comenzó a sonar en el bolsillo de su pantalón. Rápidamente lo sacó y se dio cuenta que era David quien lo llamaba.

- ¿David?

- Carlos, ¿Dónde... dónde estás?- preguntó David con la voz temblorosa.

- Ya llegué. Estoy en el aeropuerto a punto de tomar un taxi.

- No te muevas de allí. Pasaré a buscarte.

Carlos frunció el ceño ante la rapidez con que hablaba su amigo. Tenía la respiración agitada y se le notaba nervioso.

- No te preocupes, David. Tomaré un taxi así llegaré más rápido a casa.

- ¡No, no vallas a tu casa!- exclamó, y eso a Carlos le extrañó.

- ¿Por qué? ¿Le ha pasado algo a _____?

Él permaneció en silencio. Sólo entonces Carlos empezó a entender lo que pasaba y se imaginó lo peor.

- David, dime donde está _____.- dijo Carlos, aunque su voz era suave, demostraba firmeza al mismo tiempo.

- Carlos...

- ¡Dime!- exigió, a punto de perder toda la paciencia.

- Se la llevaron. Han encontrado a _____.

Agua helada corrió por las venas de Carlos. La furia se plasmó por todo su rostro, y apretó con tanta fuerza el celular en su oído que lo escuchó crujir por dentro. Cuando habló, su voz era ronca y grave.

- ¿Cómo pasó?- preguntó Carlos, en un intento por mantener la calma. Pero le era inútil. Sentía tanta ira en ese momento, que quería destruir todo a su alrededor. Iba a golpear algo... alguien.

- No lo sé. Iba a tu casa para ver a _____ cuando vi todos los autos policiales alrededor.

- Imbécil, te dije que la vigilaras bien.- gruñó.

- ¡Lo sé y lo lamento! Pero ahora lo importante es saber cómo ubicar a _____.

- ¿Cómo supieron donde estaba mi casa?

- Por lo que supe... Dani te delató.

Carlos apretó los dientes. Siempre había sabido que Dani era un obsesionado con el dinero, pero lo que nunca pensó, fue que lo iba a traicionar de esa forma.

- Hijo de la grandísima puta.- masculló.- él me las va a pagar.

- Carlos, concéntrate. Pasaré por ti al aeropuerto.

- No te preocupes, iré a tu departamento. En cinco minutos estoy allá.- dijo y colgó antes de que David pudiera responder.

Carlos guardó su móvil y se subió al primer taxi que encontró. Mataría a Dani... a él y todas las personas que querían alejarlo de _____.

- αcσѕα∂α. {carlos marco y тu}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora