𝐋a 𝐇ija 𝐃e 𝐊akucho. [𝐁onten]

O11 | 入札

Él cumple sus promesas.

—Es promesa —contestó luego de unos largos segundos que para la menor fueron minutos—, tus tíos están durmiendo, sino ya te los hubiera pasado.

—No, está bien —sonrió—. Deben estar cansados por el trabajo ¡dale mis saludos mañana!

—Lo haré, pequeña —habló su padre— Ve a descansar tu igual. Mañana tienes escuela ¿Cierto?

—Sip~ —río—. Te estaba esperando para que me des mi beso de buenas noches.

—Acerca tu frente a la cámara —pidio, a lo cual “____” hizo caso. Se pudo escuchar a través de la pantalla el sonido satisfactorio «Mwaah~»—. Buenas noches, bebé.

—¡Buenas noches papi! —chilló con felicidad. Su padre mostró su mano que hacía el ademán de despedida para luego ver cómo la llamada colgaba.

Su sonrisa disminuyó, nuevamente se sentía sola pero feliz al ver su padre por unos minutos. Miró su alrededor para ver que las mucamas ya no estaban ahí, suspiró para dejar el celular en la mesita de noche y dirigirse a la habitación de su padre.

Está estaba acomodada y limpia por las mucamas, se dirigió al armario de su padre para agarrar una camisa blanca doblada. La acercó a ella para oler el perfume de su padre, sonriendo mientras pensaba que era su progenitor.

Salió del armario con la camisa en su mano y, se tiró en la cama mientras abrazaba la prenda con ilusión.

♡ ۫ . 🚲 : AGARRÉ LA VARA ROJA, mis piernas se movían a una velocidad increíble, pasando a varios de mis compañeros en la carrera de atletismo. Era la última y mis compañeras aprovecharon mi resistencia y agilidad.

—¡Vamos “____” – Chan! —gritó Jeannette eufórica, estaba corriendo a la par de Asa, su vara era una amarilla resplandeciente. Pero su rostro era todo lo contrario al amarillo, una seca y cansada. Me di un pequeño impulso para pasar a mi contrario, la línea roja cayó cuando mi cintura y abdomen choco con está.

—¡Ganaste! —gritaron mis amigas, amontonandose encima mío con felicidad y risas. Tío Ran me entrenaba a escondidas de vez en cuando, pero aunque no fuera constante tales prácticas yo las reforzaba todos los días.

—Eres la primera en ganarle a ese chico —escuche una voz más grave, era nuestro entrenador de educación física—. Si le pones empeño puedes participar en su lugar.

—Profesor —lo miré sorprendida, me gustaba mucho correr ya que parecía un conejo sin rumbo alguno. Pero quitarle el puesto a alguien más, no me gustana—, me gustaría, pero.. mi papá no me deja.