Estaba abrazando de nuevo a Lexi, podía sentir sus deditos acariciando sus pendientes de perlas.

–¿Por qué estás llorando, mami?                                                                                                                                     –Porque las perlas hacen llorar –pronunció Patterson en voz alta, esbozando una temblorosa sonrisa y deteniéndose en medio de la calzada, hasta que la imagen de Lexi comenzó a desvanecerse lentamente–. Todo el mundo lo sabe, corazón... 'Incluso yo lo sé ahora'.

Convulsionada por los sollozos con la cabeza baja no oyó la voz que gritaba su nombre hasta que fue demasiado tarde... A ciegas alzó la mirada... Un autobús se le estaba echando encima.

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Con gesto cansado Natasha se frotó la barbilla mientras contemplaba la figura inmóvil que dormía en su cama con el cabello todavía húmedo por la lluvia, observaba como debajo de la línea del nacimiento del pelo tenía un rasguño se lo había hecho ella misma cuando se lanzó como cual placaje como cuando jugaba al rugby con los chicos del barrio.

–Por fortuna no tiene ninguna lesión física grave – le explicó el médico al que había llamado hacía apenas unos minutos – Aparte de agotamiento y el golpe en la cabeza no tiene nada que merite un ingreso, ahora que se ha quedado dormida es preferible no despertarla.

– No se preocupe doctor esta noche podrá descansar como es debido y mañana seguirá su camino el interés que tengo por ella es profesional no personal – y le mostró su placa del FBI.

–Vaya... esto sí que es una sorpresa... Esta mujer... ¿es que no tiene ningún lugar donde quedarse?

–Me temo que no – la respuesta de Natasha fue más cortante de lo que había pretendido – Ni siquiera estoy segura de que no se interpusiera deliberadamente delante del autobús doctor. Poco antes yo le había dado una mala noticia y... – se interrumpió incómoda – Diablos quién sabe... Quizá debí habérselo dicho de otra manera... —

–Entiendo... Bueno si mañana sigue aún preocupada por su estado emocional llámeme y me encargaré de ponerla en observación durante unos días – se dirigió hacia la puerta – Ha estado recientemente encarcelada ¿verdad? – al ver su mirada de asombro añadió – Por favor, señora Zapata... tiene la palidez típica de los presos, además de una herida hecha con algún tipo de arma casera en una mano y evidentemente ha estado sometida a una fuerte presión durante demasiado tiempo... Y usted es un agente del FBI...—

–Como ya le dije mi interés por ella es puramente profesional... No fui yo quien la encarceló... Aunque, si de mí hubiera dependido ahora mismo seguiría en prisión — Una vez en la puerta el médico se puso su impermeable recogió su maletín.

–Lo cual hace aún más asombroso el hecho de que usted haya arriesgado su vida sin la menor vacilación para salvar la suya, ¿no le parece? – le estrechó la mano– Llámeme si necesita cualquier cosa... Pero, señora Zapata no olvide ese antiguo refrán chino... «si salvas la vida de una persona, serás responsable de ella durante toda la vida» —

– Mis antepasados eran rígidos presbiterianos latinos doctor – le abrió la puerta haciéndose a un lado– Esa filosofía les habría parecido tan absurda como desagradable —

Esperó hasta que el médico hubo subido al coche para luego cerró la puerta y apagar la luz del porche, apenas había dado un par de pasos por el pasillo cuando se volvió para abrir la puerta corredera del salón.

–Lo siento amigo ya puedes salir — Al escuchar esas palabras el gran perro negro que había estado tumbado en el suelo, un labrador se levantó pesadamente meneando el rabo. Parecía muy viejo acercándose a su ama lo miró con expresión inquisitiva.

AMBIVALENCIA - Zapatterson - Blindspot [TERMINADA]Where stories live. Discover now