EL HOMBRE DEL TRAJE ENSANGRENTADO

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Era un hermoso día en el verano del 93, California sin duda era la mejor ciudad en la que una persona puede vivir, el día de hoy, noticias importantes llegarían a nuestro hogar, pues mi madre tiene un puesto de trabajo muy importante, quiero suponer que la subirían de puesto, bueno es mejor no hacerme ilusiones, pues uno nunca sabe que es lo que puede suceder.
-¿Raven, ya llegué, puedes bajar para hablar? - mi madre me llamó por mi nombre.
- Claro madre, ¿qué noticias tienes para mí? – al bajar la vi sentada en el sofá pensando, ojalá y no sea nada malo.
- bueno, en la junta me dijeron que me van a dar un ascenso-
-genial mamá...- mi madre me interrumpió
-pero.. tengo que mudarme a una pequeña ciudad en Montana-
-¿Qué?, ¿pero que pasara conmigo?¿Con California?-
-Yo te llevaré, obviamente, no te puedo dejar sola, y pues, no te hará mal salir de tu zona de comfort un buen tiempo, quizá, cuando seas mayor puedas regresar a California otra vez.-
-Genial, ahora tendré que ser infeliz por muchos años..-
No son muchos años literalmente, pues tengo 15, pero aún así, no me quiero ir de California, lo malo de todo es que no tengo más familia, supongo que tendré que ir, y bueno al menos así, salgo de la ciudad un buen rato, al parecer no suena tan mal..
Al pasó de las semanas, yo comencé a empacar, mis libros, mi ropa, todo, y mi madre comenzó a hacer llamadas para conseguir una casa decente para las dos, Un señor un poco misterioso, pero buena onda le vendió una casa demasiado barata a mi parecer, fue lo más extraño que pudo pasar, pero da igual, el punto es quedarnos en un lugar con techo y paredes, pueden mencionar que soy muy conformista, y es la verdad, si lo soy, con cualquier cosa estoy bien, con el tiempo sabrán un poco más sobre mí, aunque, solo diré unas cosas básicas sobre mí, mi nombre es Raven Gallagher, tengo 15 años de edad, mi padre falleció en una explosión de una de las empresas más importantes de la ciudad, soy una chica algo introvertida, no tengo amigos, solo una, pero siento que me hice su amiga por obligación, pues solo le pasé su lápiz en la clase con la profesora Wheleer y me comenzó a hablar de repente, pero no importa.
Mi madre y yo, ya estábamos guardando las maletas y las cajas en el camión de mudanzas, luego nos subimos a nuestro auto para comenzar a ir hacia Montana, estuve investigando un poco en un libro que encontré, y el pueblo o la ciudad a la que iríamos es Anaconda, el pueblo no se ve tan mal, pues es algo rural, la ciudad parece sacada de una película, se ve lindo.  En todo el trayecto del camino me la pase escuchando música, leyendo, estudiando, viendo la naturaleza, y me dormí un buen rato, pues el viaje seria de 19 horas y 44 minutos, la verdad, es mucho aburrimiento, nos deteníamos cada que se podía en un 7ELEVEN, para comprar comida y cargar gasolina, o para entrar a un baño, hubo un momento en el que mi madre se detuvo tanto para cargar gasolina como para ir al baño, y me encargo de llenar el tanque, así que yo estaba llenándolo y vi como un chico iba saliendo de la tienda, y creo que se estaba acercando a mí, ojala  no sea yo no quiero hablar con nadie.
-oye, lo estas llenando demasiado-ay no, si me hablo a mí.
-¿Qué?-
-Que estas llenando demasiado el auto de gasolina, ¿no querrás pagar de más o sí? -
-Y si, ¿si quiero?, me enviaras a la cárcel o me multaras? ¿Qué harás? -
- oh! No, nada de eso, la verdad solo quería avisarte, se nota que eres nueva en la ciudad-
-Voy directo a Montana, Anaconda, para ser más exactos. -
-Chica, ya estas en Montana, Anaconda esta a 20 minutos máximo. -
-Ok, bueno por lo menos no soy yo la que maneja este auto, es de mi madre-
-Valla que tu madre tiene buenos gustos en automóviles, en fin. Soy Drystan Reynolds-
-Raven Gallagher- nos estrechamos las manos y nos miramos fijamente, pero escuche que alguien me llamaba.
-Hija, ¿no quieres algo de tomar? -
-Qué?, ah, claro, un agua natural solamente, ¡por favor! - le grite, pues mi madre estaba aún en la puerta de la entrada, ella volvió a entrar al escuchar mi orden y yo note que aún seguía tomada de la mano con ese chico Drystan, así que lo solté y me limpie el sudor, el, nervioso también se limpió.
-Bueno, yo iré a el auto de mis padres, ¡bienvenida a Montana! Y fue un gusto conocerte. –
-Claro, como sea. – rodé los ojos y tome la manguera dispensadora de combustible del auto, para volverla a poner en su lugar, mi madre pago y regresó al auto, yo me subí, me puse mis audífonos para evitar cualquier pregunta que me quiera hacer mi madre sobre ese chico y nos fuimos directo a la casa.
Al llegar a nuestra nueva casa, salí del auto y me detuve a observar la casa por fuera, era muy grande, se veía muy vieja, ahora entiendo porque el vendedor le dio la casa muy barata, mi madre me llamo para ayudarla a bajar algunas cosas, le di una última observación y al dar media vuelta vi que habían muchos vecinos observándonos como si algo estuviera mal en nosotras, o en la casa, volví a voltear a ver la casa y de nuevo a las personas pero ellas ya no estaban.
-Hija!!, ¿todo está bien?-
-Ah mamá, tu viste a toda la gente que nos miraba?-
-Que gente hija?, yo no vi a nadie, tal vez solo eran los vecinos, no lo sé, pero por ahora ayúdame a meter estas cosas-
Di un gran suspiro y me encamine a tomar las cosas -bien!- las tome y entre a la casa pateando la puerta, se escucho un rechinido y supuse que era la madera vieja del suelo o tal vez la puerta, deje las cosas en la entrada y comencé a explorar todo lo que había, en realidad no había nada, pero solo quería observar, de un momento a otro el cielo comenzó a nublarse y yo comencé a escuchar susurros, comencé a seguirlos, aquellos susurros llamaban a mi nombre, después de subir las escaleras llegué a una pared muy extraña, al parecer los susurros provenían de ella, la toque y tuve unas visiones muy extrañas. Vi a una persona con un hacha, la persona estaba enmascarada, vi a muchos niños muertos, vidrios rotos, entre otras cosas que son muy difíciles de explicar.
Al salir de ese trance con la respiración agitada baje las escaleras casi corriendo y mi madre se asusto pues no me había visto.
-Mamá, hay algo malo con la casa-
-No te preocupes hija, lo arreglaremos, tal vez sea algo que no nos debemos de preocupar, digo toda la casa es vieja, con más calma lo arreglaremos, por ahora elige alguno de los muchos cuartos que tenemos-
-esta bien- tome mis cosas y me subí a elegir alguno de los muchos cuartos que menciono mi madre, al terminar de ver los cuartos había uno que me llamó mucho la atención, era grande, no mucho, tenia buena iluminación, y un baño, pero poseía algo que le hacía recalcar su apariencia, un armario viejo, con telarañas y dios sabe cuanto más, lo más raro de todo es que no hay ni una silla en ese lugar y solo estaba el armario, no le tome mucha importancia, pues tal vez no lo pudieron quitar, a lo mejor y tenia tornillos o estaba pegado al suelo, no lo sé, y decidiré dejarlo ahí, pues tal vez me pueda servir para poner algo de poca importancia en mis pertenencias, por ahora solo desempacaré mis cosas y descansaré.
Después de hacer todo, me puse a dibujar un poco, pues no tenia nada que hacer, siempre dibujaba lo que se me ocurriera primero, y lo primero que se me ocurrió fue lo que vi al llegar, solo espero que el dibujo explique mejor lo que sucedió o el porque lo vi, porque en serio no tiene nada de sentido el hecho de tocar una pared y ver todo eso, incluso el hecho de que esos susurros me nombraran, de hecho, nada en esta casa tiene sentido, todo es tan extraño. No pude terminar el dibujo pues mi madre me llamó para cenar, ya estaba en la puerta para salir de mi habitación pero, momentos antes escuche como una especie de rasguños, solo que aquellos se escuchaban más cerca de lo que creía, a pesar de tener mis audífonos puestos y la música muy alta, se podían distinguir esos sonidos, mire hacia atrás rápidamente y no había nadie, luego volvieron a escucharse los rasguños, me di media vuelta y comencé a seguirlos, yo se que a la gente muchas veces se les hace irónico el perseguir los sonidos extraños porque probablemente estén en peligro, pero en serio me gana la intriga y la curiosidad de saber de donde provienen y que es lo que lo provoca, me quite los audífonos para una mejor concentración y los deje en la esquina de mi cama, no sin antes pausar la música, me acerque al armario pues supongo que de ahí se escuchan, al abrirlo no vi nada más que un líquido viscoso incluso tenía un color extraño, no era mucho pero si me llamaba mucho la atención, estuve a punto de tocarlo para ver que era, pero mi madre me volvió a llamar.
-Raven, ¿puedes bajar ya?!, la comida se esta enfriando y no puedo volverla a calentar porque la maldita electricidad de la cocina esta fallando como no tienes una idea!!-
Voltee mi cabeza y le grite -Ya voy mamá, solo dame un segundo- me pare pues estaba en cuclillas y cerré el armario, llegue a la puerta y mire por última vez aquel armario tan misterioso, luego baje a cenar, pues la verdad si tenía mucha hambre.
-Que tanto hacías allá arriba, te tardaste mucho-
-Solo estaba guardando algunas ultimas cosas, es todo, por cierto mamá, ¿tu sabes que hace un armario en mi habitación?, fue lo único que encontré en ese cuarto, las ventanas no abren bien, y casi me quedo encerrada porque la puerta se atoró al cerrarla para vestirme-
-Pues respondiendo a tus quejas y comentarios, no se que hace un armario pero te puede servir de algo, aunque es extraño dicen que pusieron en venta toda la mueblería de esta casa que ya no quedaba rastros de nada, pero pues eso lo descubriremos después, por ahora cena y con lo de las ventanas y las puertas y la luz y todas las fallas de esta casa, tú no te preocupes, ya llamé a alguien y va a venir mañana, mientras tanto ponte a estudiar y disfruta lo que te queda de las vacaciones pues la semana que viene entraras a tu nueva escuela-
-ok, entonces supongo que mañana comprare pintura y otras herramientas para arreglar mi cuarto y tal vez salga a caminar y conozca un poco más la ciudad. -
-Eso suena de maravilla, de hecho, te quiero encargar más pintura para remodelar un poco la casa, puedes traerla y luego te vas a pasear a donde tú quieras, ¿ok? -
-ok, mamá bueno ahora que ya terminé de cenar, ¿me puedo retirar? Ya me dio sueño y quiero descansar-
-Esta bien hija, ve a tu habitación, buenas noches-
-Buenas noches- al terminar la platica me puse de pie y deje mi plato en la cocina, me retire y fui directo a mi habitación, aun quería investigar qué es lo que estaba haciendo esos sonidos, cuando entre a mi habitación escuche una canción en particular y me di cuenta de que seguía sonando la música, pero ¿cómo? Se supone que yo había pausado aquel casete, y vi la puerta del armario abierta, dios esto se está volviendo cada vez más extraño.
Cerré las puertas incluso las amarre con una cuerda, me recosté en mi cama y tomé un libro que tenía en mi buró, Cumbres Borrascosas una novela escrita por Emily Bontë, publicada en 1847, narra una historia sobre dos personajes situados en sombríos y desolados paramos de Yorkshire, es una historia muy interesante muy recomendada para los amantes de la lectura. A la mitad de la lectura me quedé dormida, a mitad de mi sueño volví a empezar a escuchar rasguños pero aquellos empezaban a formar parte de mis pesadillas, pues soñé lo mismo que estuve viendo, el hombre enmascarado con el hacha, a los niños muertos, los rasguños, aquella cosa viscosa, muy extrañamente la casa también, todo, de golpe desperté agitada, sudando, temblando y con la respiración muy acelerada, estaba mirando para en frente, pero mis oídos alcanzaron a escuchar cómo se abrían unas puertas, o solo los rechinidos, volteé rápidamente y note como ambas puertas del armario se estaban abriendo lentamente, seguido de eso volvieron a escucharse los rasguños, pero esta vez se veía una mano que se asomaba, aquella mano se movía muy extraño, sus movimientos no tenían sentido, juro que me quería parar de la cama para ir a ver, pero mis instintos o una voz en mi cabeza me decía que no fuera, aparte de que el miedo comenzaba a ganarme, me distraje un poco pues voltee a ver el reloj que tenía a lado mío, pues quería saber la hora, 3:33a.m. fue lo que mis ojos medio dormidos alcanzaron a leer, al volver a mirar al armario note que todo estaba normal, aquel tenia las cuerdas amarradas, no había ningún solo sonido de rasguños y la mano ya no estaba, la verdad tenía demasiado sueño como para ir a ver, así que solo respire y volví a dormir.
A la mañana siguiente desperté un poco asustada, tal vez aún tenia el miedo de anoche, y voltee a ver al armario, todavía seguía cerrado, pretendí una sonrisa y me levante, baje al comedor, no antes de ducharme y vestirme, cuando baje vi a un desconocido, creo que era el reparador, pues tenía puesto un uniforme azul y estaba revisando las tuberías del agua.
-Oh!, buenos días señorita-
-Raven, soy hija de quien lo contrató-
-bueno pues mucho gusto-
-ajá igualmente- después de aquella corta charla, tomé un vaso y un plato, metí dos panes a la tostadora y me serví un jugo de naranja, y me senté a esperar a que salieran, después de esperar un poco saque los panes y los prepare, les puse mermelada y me coloqué en el comedor a comer, mientras veía como trabajaba aquel hombre reparar las instalaciones, la verdad me gusta observar a la gente, y analizar como hacen las cosas, se ve interesante o al menos pienso que así aprenderé algo, no lo sé, solo estoy siendo yo.
Al terminar mi almuerzo, me pare y deje los trastes en la mesa, pues aún no los podría lavar, tome el dinero que mi madre me había dejado para las pinturas, y me fui por ellas, al llegar de regreso a casa, vi que ahora el reparador estaba arreglando la luz, pero noté que ya no estaban las pinturas que aún quedaban en aquella pared donde tuve las visiones.
-Disculpe, ¿y las pinturas que estaban colgadas en esa pared? -
-Perdoné señorita, pero no sé de qué está hablando, yo en ningún momento vi una pintura colgada en esa pared-
-Valla, creo que me confundí, lo siento, es que aún tengo recuerdos de mi antigua casa-
-No se preocupe-
-Claro, bueno voy a salir, si ve a mi madre digale que ya traje la pintura que me encargó-
-Esta bien señorita, valla con cuidado- le di una media sonrisa sin mostrar los dientes y me fui, la verdad no se a dónde iría, no conozco muy bien la ciudad, tal vez valla a una heladería o a un centro comercial, comencé a caminar lentamente, pues no tenia mucha prisa, lo que más quería era estar alejada de esa casa, en serio que la mano que vi anoche me dio demasiado miedo. El tan solo recordarla me provocaba escalofríos.
Después de caminar hacia la nada, encontré una cafetería, estaba eligiendo la canción correcta para reproducirla, iba a pedir la orden
-Buenas días, ¿puedo tomar su orden? -
-Me das un café cremoso por favor- aún seguía buscando la canción
-Claro, ¿cuál es su nombre? -
-Raven-
-Valla que el mundo es muy pequeño, ¿no? –
- ¿Qué?- y voltee a ver hacia la persona, al parecer aquella persona tenia razón, pues me re encontré con quien menos quería hacerlo – hola, otra vez, Drystan-
-Hola, bueno, toma asiento en un momento te traigo tu café-
-claro- y fui afuera a tomar asiento, por fin elegí la canción correcta Forever Young esta canción sin duda es esplendida, muy relajante, la letra pues es algo romántica, no me gusta mucho hablar de ese tema, tal vez porque nunca me he enamorado, o solo porque no me interesa, pero a veces me identifico con la letra porque yo si quiero ser joven para siempre, obviamente sin tener que poseer miedo a un armario, a veces siento que soy como una niña pequeña por estar escondida y tenerle miedo a una cosa sin sentido, pero no es el armario a lo que le temo, es lo que hay dentro de él, me dan muchas ganas de ver que se oculta dentro de ella, pero no se como tener la fuerza y las agallas para descubrirlo. Drystan interrumpió mis pensamientos, pues me dio mi café.
-Y aquí tienes tu café cremoso, ¿necesitas algo más? -
-Mmm no gracias así estoy bien-
-Claro- tomo una silla desocupada o eso parecía ser, y se sentó frente a mí, yo lo mire con el ceño fruncido, pues se me hacia raro que alguien quiera convivir conmigo, digo, yo soy la seria y callada, tal vez fría y molesta, pero aun así nadie quería hablar conmigo por segunda vez, pero se nota que el lo hacía por obligación.
-Y bien, ¿dónde estas viviendo? ¿O solo estas de visita? -
-Vivo en la calle Wain-
-WOW, pero según yo no hay ninguna casa desocupada en esa calle, excepto la vieja casa de los Campbell, a menos que estes viviendo en ella- y me miro, pero su rostro mostraba aprensión, sus ojos estaban un poco sobre saltados y tenia la boca medio abierta, hasta parecía que vio un fantasma.
-Oye, ¿estas bien? ¿Porque te pusiste tan pálido de un rato a otro? ¿Hay algo malo en esa casa? ¿Quiénes son los Campbell? –
-Ammm si perdón, estoy bien, solo que hay ciertos rumores sobre esa casa, toda la ciudad la conoce por algo que no tiene perdón, oye, ¿estarás bien sola? Tengo que atender a los clientes que acaban de llegar-
-Si, esta bien, suerte con ellos- el solo me sonrío y yo le correspondí la sonrisa, luego me puse seria cuando el se dio media vuelta, yo deje lo que debía del dinero, tome mi café y me pare del lugar, tenia que investigar todo sobre la casa y los Campbell y que tenia que ver con lo que me esta pasando en estos momentos.
Al primer lugar que se me ocurrió ir a investigar fue en la biblioteca, supongo que ahí tienen registros de periódicos pasados y otras cosas que me puedan servir.
Entre a la biblioteca y ahí estaba la bibliotecaria.
-Hola, ammm ¿cree que me pueda dar un poco de información sobre la casa de los Campbell y la familia que vivía ahí?-
-Claro, están en el piso de abajo, sección tres y busca entre la letra A y la C-
-Claro, gracias..- me fije en el nombre se su placa – Juliet-
-No hay problema- le sonreí y me fui rápidamente hacia donde me había instruido la señorita,
Encontré la sección tres y comencé a buscar entre las letras, comencé en la letra C para encontrar más fácil la información Construcciones Compañías había mil cosas iguales a estas pero nada de los Campbell, lo cual me dio de elección buscar en la letra A, Asesinato de los Campbell Asesinos entre todo esto comienzo a dudar de mi existencia, tome los artículos y los puse en la cámara para empezar a reproducir las diapositivas.
Los Campbell no eran una familia normal. En 1945, la señora Beatriz Campbell junto con su esposo James Campbell, eran una pareja muy unida, lo malo de estos era que no podían tener hijos, lo cual los llevo a empezar a adoptar a algunos niños, bebes y adolescentes, por lo tanto ya no tenían un hogar adecuado para tener a sus diez hijos adoptivos, así que se mudaron a una casa mas grande, con el dinero que tenían construyeron mas habitaciones, pues ambos eran una pareja de mucho dinero, la gente parloteaba que ellos mataban a los padres de los niños para dejarlos huérfanos y poder adoptarlos, otras personas solo creían que querían tener una familia grande y no querían dejar a esos niños solos, a otros simplemente no les importaba. Tiempo después se decía que el señor Campbell estaba endemoniado, pues empezaron a haber hechos de asesinatos, de hecho algunos vecinos insinúan que lo vieron cortándose la mano para atraer a algo que atormentara a esa familia, pues la mayoría de sus hijos fueron asesinados a  sangre fría con armas, cuchillos, e inclusive algunos se incitaban a suicidarse, uno por uno hasta que no quedo nadie, claro que los esposos aun eran jóvenes, así que impartieron a volver a adoptar a más niños, según en una entrevista el señor Campbell reacciono de una manera extraña al hacerle una pregunta Usted cuál cree que fue la causa de la muerte de sus anteriores hijos dijo el entrevistador, Callen, que él los escuchará fue lo único que aquel hombre pudo decir, aquel comenzó a actuar de una manera extraña, al parecer se le estaba yendo el aire, pues comenzó a respirar muy rápido y comenzó a retorcerse, sus movimientos eran  incomprensibles "Es todo por ahora" dijo aquel hombre, se puso de pie y se fue a su habitación, la señora los despidió y los acompaño a la puerta, ningún otro hombre volvió a entrar a esa casa, una noche en 1970 hubo un tiroteo en esa casa, aunque estuvo extraña la situación pues no solo fue con pistolas ni otro tipo de armas, un hombre con una hacha entro a la casa atravesando las paredes, el hombre estaba enmascarado o al menos eso fue lo que nos dijo el único sobreviviente, era el más pequeño de la familia, pues aquel solo tenía 5 años de edad, aquel respondió todas nuestras dudas en 1985, también nos informó que mató a todos los niños, a algunos les cortó la cabeza, en otros tuvo más "piedad" y solo les disparó, a sus padres los descuartizó, mientras que aquel niño que se quedó encerrado por accidente en  el sótano fue quien se salvó, aunque el no pudo ver cómo pasó, pero tuvo sueños constantes con ese hombre en algunos sueños decía que el mato a su familia, siempre despertaba a las 3:33 de la madrugada por los sueños y siempre veía que una mano salía de su armario, aclarando que el siguió viviendo en aquella casa, el tuvo que independizarse a su corta edad, el suponía que el armario era un portal o una entrada por dónde aquel hombre enmascarado salía y cada noche se quedó despierto por si algún día se aparecía, pero tiempo después prefirió vender todo, y se mudó, nadie sabe a dónde, el solo desapareció de la faz de la tierra, se dice que aún sigue vivo".
Este artículo fue escrito el 15 de mayo de 1987.
-Señorita, señorita- escuché que estaban llamando a alguien, pero no tome importancia quería ver qué otra información habría en aquellos artículos que encontré, pero sentí que alguien tocó mi hombro, así que di un salto por el susto que me dieron, al parecer me estaban llamando a mí. -Señorita, disculpe la molestia, pero ya es tarde y es hora de cerrar- señalo el reloj seguido de la puerta de salida, mire la hora eran las 10:35 de la noche, dios como se me pudo ir el tiempo tan rápido, en serio estaba tan interesada en lo que pasó que se me fue el tiempo, imprimí rápido el artículo y tome mi chaqueta, me pare de aquella silla, me estire un poco y me fui, baje las escaleras casi corriendo en serio tenía prisa, mi madre se enojaría al saber que llegue súper tarde a la casa.
Pasé por la cafetería donde trabajaba Drystan aquella apenas se estaba cerrando, y no ví a aquel último nombrado por ningún lado, supongo que ya se había ido de ahí, seguí mi camino hasta llegar a mi casa, antes de entrar le di una pequeña observación, al parecer la luz de afuera ya funcionaba, y las ventanas ya se veían bien, al abrir la puerta escuché, bueno en realidad ya no se escuchaba nada, pues al parecer sí que el reparador trabajo muy bien, ni el piso, ni la puerta rechinaban, ahora el punto es que sentí otra vibra diferente al entrar a la casa, pues ya sabía que era lo que había pasado me dieron escalofríos, pero se me pasaron cuando note que aún seguía en casa el reparador, pero ahora estaba tomando una taza de café en el comedor con... Mi mamá?, estaban riendo, cuando pase por ahí, solo me miraron y me saludaron, como si mi mamá no se hubiera dado cuenta de que yo no estuve en casa todo el día, cuando estaba a la mitad de subir las escaleras mire para atrás y no solo seguí observándolos hablando sonrientes, si no, también Vi como las paredes ya estaban totalmente pintadas, literalmente todo ya estaba muy diferente, valla que hizo un buen trabajo el reparador,  seguí con mi camino y llegué a mi habitación, cerré la puerta me acosté en mi cama, saque lo que había impreso la última vez y volví a leerlo, no me lo podía creer, cómo puede ser que me haya tocado este tipo de "suerte" valla que el universo me odia, al quedarme pensando por un rato, comencé a darme cuenta que mi estómago estaba vacío pues no había comido nada en todo el día, excepto ese café, seré sincera, la verdad... si me gustó cómo preparó el café aquel chico de ojos cafés, a decir verdad lo prepara mucho mejor que yo, mis respetos para este chico, aunque me cae un poco mal, aunque es lindo, no me cae bien, no sé porque, bueno dejando el tema de lado, lamentablemente decidí bajar a comer algo, si fuera por mi hubiera esperado a que el reparador y mi madre terminarán su... No sé cómo llamarle a eso, ¿"Cita"? Bueno lo que sea, pero hubiera esperado a que ambos terminaran para poder bajar, pero en serio juro que no aguanto el hambre.
Al llegar a la cocina ninguno de los dos se dio cuenta que yo estaba ahí hasta que dije algo
-En serio que la casa quedó muy bien reparada-
Ambos me miraron y el reparador me agradeció, mi madre me sonrió y me presento con él.
-Supongo que ya conoces al reparador no hija? -
-En realidad no, ¿cuál es tu nombre? - se que suena grosero hablarle de tu a un desconocido, pero, la verdad no me interesa ser amable y mucho menos con el.
-Martin Owens, un gusto -
-Claro el gusto es mío- al terminar de preparar mi sándwich de mantequilla de maní con jalea lo mire y le sonreí casi sarcásticamente, me di media vuelta y camine para salir de ahí, pero antes quería decirle algo a mi madre.
-Mamá, que te parece si cuando terminen... lo que sea que estén haciendo, ¿nos quedamos despiertas viendo la televisión, como los viejos tiempos? -
-oh! Pero claro que sí hija, de hecho, solo le invite un café, pues me ayudó demasiado, pero yo te llamó cuando terminemos, por mientras tu ve a tu cuarto o si quieres quédate a convivir aquí -
-Ok- me di media vuelta y me fui, no me quiero quedar hoy en mi habitación tengo miedo de que más cosas puedo ver, tampoco no me quiero quedar a convivir con ellos, la verdad es que el amor me da asco, creo que eso no es para mí.

EL HOMBRE DEL TRAJE ENSANGRENTADO Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang