10.- El lobo se vuelve cursi

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Alejo la mirada de su cuerpo antes de perder el control. La sigo a través de las concurridas calles hasta un local de comida rápida. No se que hacemos aquí, así que la miro con la duda dibujada en el rostro. Ella se limita a sonreír y tomar mi mano libre, su piel es suave y cálida. Su mano encaja perfecta en la mía y al parecer ella también se dio cuenta, porque se quedo mirando nuestras manos unidas por un segundo y luego me jalo dentro del local.

El olor de la comida inundo mis fosa nasales y mi estómago se retuerce ante el hambre que siento. Me alegra un poco que ella no pueda oír a mi estomago rugir, o me daría mucha vergüenza que ella se riera de mi.

Tomamos asiento en una mesa libre cerca de la barra de comida, a pesar de la hora no esta muy lleno y solo hay algunas personas en la cola. Dejo las cosas de Scarlett en la silla que esta pegada a la pared, junto a mi bolso y el de ella. Scarlett se acomoda en el asiento frente a mi, mira alrededor y lame sus labios.

Río un poco al ver como acecha la comida de otras personas y decido ir a comprar de una vez. Le entrego mi móvil para que anote lo que desea comer y ya que es tan inteligente, capta mi idea de inmediato y comienza a escribir.

Me devuelve el móvil y me pongo en pie. Hay dos personas frente a mi en la cola, mientras espero aprovecho de leer que quiere ella. Mis cejas se alzan ante la sorpresa, miro a la chica y la encuentro leyendo uno de los libros que cargaba. La chica de la caja llama mi atención y le dicto la orden que es realmente larga.

-Dos bebidas grandes, un completo italiano, papas fritas, dos hamburguesas, doce empanadas.- y eso solo es de Scarlett.- También una pizza de queso, por favor.

La chica me dio una mirada incrédula y negando terminó de anotar mi pedido. Como si nadie hiciera ordenes exageradas de comida para dos personas.

Avanzo en la fila y un chico de mirada agria me entrega una bandeja con todo y apenas la tomo se aleja soltando un bufido. Recojo su aroma y lo identifico como un lobo de alguna manda vecina, nadie peligroso.

Regreso con Scarlett que sonríe al ver la bandeja y deja su libro a un lado. Espera a que yo tome asiento para comenzar a comer y eso me enternece. Es una chica amable y considerada.

Comemos en silencio, intento concentrarme en la pizza con queso derretido frente a mi, pero no puedo. El olor embriagador de Scarlett sobrepasa el de toda la comida del lugar y no puedo dejar de mirarla.

Sus mejillas se abultan mientras come una de las hamburguesas y da largos tragos a su bebida. Unos mechones de cabello se deslizan a su rostro y acerco mi mano, ella se aleja un poco y frunce el ceño, pero continuo avanzando y meto el rebelde cabello tras su oreja.

Las mejillas de Scarlett enrojecen y mi piel arde ante el contacto con su piel, aunque fuera mínimo. Retiro mi mano dejando que ella se calme, no quiero parecer un acosador o algo similar.

Creo que ella es muy perspicaz ya que toma su móvil y escribe rápidamente sin soltar su hamburguesa. Desliza el aparato por la mesa hasta que llega a mi mano.

¿No tienes hambre? tu pizza se enfriará

Sin borrar lo que ella escribió, respondo.

Nop, pero es muy entretenido verte comer.

Scarlett frunce los labios y teclea en la pantalla. Esa rapidez se consigue con horas de práctica, estoy seguro. El móvil vuelve a mi mano.

Aun si no me escuchas Where stories live. Discover now