Capítulo 2

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Advertencia: Este capítulo contiene información real y fuerte. Por favor, tómese con discreción.

Nosotros somos ondas en el océano de la conciencia divina. Hay que aceptar la realidad, pero hay que concentrarse más en lo positivo que en lo negativo, porque lo que se piensa mucho, se agranda.

El hombre propone, pero Dios dispone.

En el fondo, más allá de la ilusión de lo múltiple y de lo separado, en realidad, todo es uno y todo es Dios el ser. Y el señor Dios, es, amor inmanente, y realidad transcendente. A lo máximo que podemos aspirar en la vida, es a tener disfrute en la alegría, consuelo en la tristeza, y una vida entera de esperanza, en la luz de la esencia divina interior.

Ganes o pierdas, siempre serás tú mismo, y ser uno mismo, ya es una victoria. Y recuerda que, a donde quiera que vayas, tú siempre estarás contigo mismo.

Año ???

En un recóndito lugar en algún universo desconocido; Roberto se hallaba desesperado en busca del regreso de su difunta familia, por lo que haciendo rituales frente a una estatua de bronce, en las afueras del pueblo. Se encontraba dentro de una habitación totalmente oscura, se agachó y encendió una vela negra, se dio vuelta y se mantuvo allí mirando a través del espejo, el reflejo del sigilo de la luz de aquella vela negra. Cuando terminó el ejercicio, encendió la luz, apagó la vela y se fue a dormir, colocando la vela debajo de la cama.

Roberto estaba en una cabaña con una estatua de lucifer caído hecha en bronce, muy bella frente a él.

En el momento que Roberto estaba por conciliarse con el sueño, una voz le sorprendió.

- Una estatua muy hermosa.

Los bellos de Roberto se erizaron, pues había entendido que alguien había respondido a su llamado. Abrió los ojos y allí estaba. Un hombre apuesto que se encontraba desnudo levitando sobre él, casi parecía pegado al techo.

- Sí, es muy hermosa la estatua –Respondió Roberto.

- Aprecio tu acto de sinceridad, al igual que muchos, reconoces quién es tu amo y anhelas ser libre de la autoridad de Dios.

- Antes pensaba que los gnósticos tenían un conocimiento sobre el dios verdadero. Pero cada vez estoy más decepcionado de ellos. Quizá alguno sabía algo, pero la mayoría sólo se oponía a la autoridad de Dios.

- Dios tiene su autoridad –Dijo mientras bajaba de lo alto y se colocaba de pie frente a la cama. –Y Satanás Lucifer tiene libertad. Pero ambas cosas no tienen por qué contradecirse. Mi padre es libre y al mismo tiempo es un siervo del creador. De hecho, somos libres porque tenemos algo de autoridad divina.

- Entonces podrás ser capaz de cumplir mi deseo, ¿cierto?

- Por supuesto... siempre y cuando cumplas con el trato –Sonrió aquel demonio.

- Sólo quiero... –Roberto entró en llanto. –Sólo quiero a mi familia de vuelta.

- Será demasiado fácil. Has invocado al correcto.

- ¿Quién eres?

- Roberto –Le extendió la mano. –Yo soy Sitri.





Me encontraba aturdido todavía por todo lo que había pasado en tan poco tiempo. ¿Dónde estaban los demás? ¿Dónde estamos? ¿Por qué el profesor Will sabe algo que yo no?

Sombre VoyageWhere stories live. Discover now