Sleep after drinking [HyunBin]

01

Advertencias: HyunJin y ChangBin como pareja principal. Es un fic corto. Contiene momentos bonitos y mucho fluff.

Esta es una nueva historia, espero que les guste tanto como me gusto a mi escribirla <3.

ChangBin estaba empezando a creer que haber ido a esa fiesta no había sido una muy buena idea.

Los exámenes de mitad de curso habían finalizado así que él y sus amigos decidieron darse una pequeña recompensa como mérito a las buenas notas que habían obtenido.

¡Y qué mejor que una fiesta! Era fin de semana y sus mentes necesitaban desconectarse por un par de horas.

Ni bien pusieron un pie dentro de esa casa, la música y el alcohol se apoderaron de sus cuerpos. Conforme las horas iban pasando, los tragos seguían llegando, uno tras de otro y así hasta que el piso comenzó a moverse.

O al menos, a ojos de ChangBin, este se movía.

Se acercó a uno de sus amigos y le gritó que regresaba en un rato. No recuerda muy bien cómo pero luego de llegar al baño —por azares del destino—, empezó a deambular por el segundo nivel de la casa.

No sabe cómo pero, de la nada, apareció en una habitación, acostado encima de la cama.

Al principio se asustó, pensando que alguien lo había llevado ahí con tal de hacerle daño pero cuando se puso a revisar la habitación, se dio cuenta de que estaba solo. Completamente solo.

Trató de ponerse de pie para volver con sus amigos pero un mareo lo invadió fuertemente por lo que se vio obligado a acostarse de nuevo. Se acostó de lado, juntando sus dos manos debajo de su cabeza y suspiró con fuerza.

Se dijo a sí mismo que se tomaría unos minutos antes de volver a intentar ponerse de pie pero, cuando menos lo esperó, se quedó dormido.

— Alguien apague el sol —dijo ChangBin, poniendo ambos brazos sobre su rostro.

La cabeza le estaba estallando y no ayudaba para nada que esa jodida luz le esté dando en toda la cara. ¡Sentía que su cabeza le iba a explotar!

— Ouh, lo siento...

Destapó su rostro y parpadeó. Con pesar, se enderezó en la cama y miró en dirección de donde había venido la voz. Un chico alto, bastante alto, y rubio lo observaba desde la puerta.

No sabía si era el alcohol en su sistema o la abstinencia sexual que había tenido desde que inició la pandemia pero el chico le parecía bastante atractivo. Demasiado atractivo, maldición.

— Tú... —ChangBin no sabía muy bien qué decir—. ¿Qué haces aquí?

El chico puso la cabeza de lado, observándolo con curiosidad.

— ¿Qué hago aquí? Bueno, vivo aquí —extendió los brazos—. Este es mi dormitorio.

ChangBin se sintió más confundido que nunca. ¿Qué acaso no estaba en su habitación? Desorientado, miró alrededor de la habitación y se dio cuenta de que las cosas no estaban igual que en su habitación, al contrario, esa habitación lucía muy diferente a la suya.

Al final, su mirada se quedó quieta sobre la foto que estaba en el buró, a un lado de la cama. El mismo chico atractivo se encontraba en la foto, rodeado de personas que apostaba eran su familia.

El chico decía la verdad. Maldita sea, qué vergüenza.

— ¡Lo-lo siento tanto! Uh... Bebí demás y no recuerdo muy bien cómo llegué aquí pero... creo que me quedé dormido un momento... uh, lo lamento tanto, no sabía que era su dormitorio —confesó entre balbuceos. Sus mejillas se habían tornado de color rojo por la vergüenza.

El rubio, aún al lado de la puerta, negó con las manos.

— No te preocupes —el chico se movió y señaló el armario empotrado—. Solo vine por una camiseta limpia para un amigo... Yo, uh, lamento haber interrumpido tu sueño.

ChangBin negó con timidez.

— ¿Te molesta si continúo durmiendo aquí por unos minutos más? —preguntó con un hilo de voz.

— Puedes quedarte todo el tiempo que consideres necesario —dijo el rubio, acercándose hacia el armario.

El chico sobre la cama asintió con las mejillas pinceladas de un tierno color rojo. Sentía que estaba abusando de la amabilidad del chico pero al mismo tiempo se sentía muy agradecido. En verdad tenía demasiado sueño.

— Gracias —murmuró, acostándose de nuevo en la cama. Se hizo una bolita de nuevo, observando desde dónde estaba cómo el rubio se encargaba de acomodar las cosas antes de caminar hasta la puerta. Cuando vio que estaba por irse, ChangBin gritó—. ¡Espera!

El chico giró y lo miró con una ceja elevada.

— ¿Sí?

— ¿Podrías apagar la luz, por favor? —preguntó en voz baja. De pronto ChangBin empezó a sentirse adormilado, sus ojos estaban luchando por mantenerse abiertos.

Escuchó como el rubio gimió y la luz desapareció.

— Qué descanses.

—Qué te diviertas —balbuceó en respuesta, más dormido que despierto.

No pasaron ni dos minutos cuando el chico ya se encontraba respirando de forma acompasada. Se había dormido, otra vez.

El rubio, que aún seguía dentro de la habitación, se dedicó a observar al pequeño chico que estaba durmiendo en su cama. Le sorprendió ver lo rápido que se había dormido pero sonrió con ternura al ver que un pequeño puchero se formaba en los carnosos labios del chico.

Si no fuera porque escuchó a su amigo gritando su nombre en el baño, el rubio se hubiera quedado admirando por un poco más de tiempo al pequeño ser que estaba en su cama. Con cuidado y en silencio, salió de la habitación y cerró la puerta con seguro.

Muchas gracias por darle una oportunidad a esta historia, pronto estaré subiendo la siguiente parte.

¡gracias por leer!