— Nada mujer, solo era una pequeña charla. — Dijo mi abuelo.
— Gilberto no me mientas, ya sé que quieres vender la granja pero no lo voy a permitir.
— Abuela, el abuelo no venderá la granja porque yo buscaré otro trabajo para mantenerla a flote.
— No es posible que me quieras dejar sin nada Gilberto, esta granja es mi hogar; mi vida. No dejaré que alguien la bote para construir un centro comercial o algo lujoso.
— No hay nada que hacer, solo que llueva dinero, así podremos salir de tantas deudas.
— Algo llegará, no piensen en eso. Terminemos de comer — Opiné, mi abuela estaba de los nervios al saber que mi abuelo quería vender su hogar por más de cincuenta años.
« No podía permitirlo »
« Tenía que buscar una solución pronto »
— No dejes que Gilberto actúe por un impulso, Adeline ayúdanos....
— Tranquila abuela, nadie venderá nuestra granja, ¿Oíste abuelo? La granja no está en venta.
— Con las mujeres no se puede dialogar — Mi abuelo habló, se terminó su sopa y se levantó de la mesa, con esa acción dejó el tema por terminado, yo continué con mi comida y mi abuela por un momento quiso llorar.
Sus ojos tenían lágrimas y odiaba verla sufrir, si no buscaba una solución pronto, mi abuelo vendería la propiedad y mi abuela no lo soportaría.
Ella amaba vivir en el campo.
(...........)
— Buenos días señor — Entré en la oficina del jefe del Solcito, el café en donde trabajaba.
— Buenos días ¿Qué la trae por acá?
— Solo quería pedirle un adelanto de mi pago, sé que a penas estamos terminando el mes, pero lo necesito urgentemente....
— Sé de tus necesidades, tu abuelo es mi amigo pero no puedo ayudarte; el café ha estado muy bajo de ganancias últimamente y los fondos no son lo mismo.
— Lo entiendo, pero...
— Adeline no tengo dinero en estos momentos, el café está en su punto bajo y....
— Lo sé, muchas gracias por su ayuda.
— Eres una buena muchacha, solo espera estas dos semanas...
— Ese es el problema señor, no tengo tiempo — Me despedí de mi jefe y salí de la oficina muy desilusionada, no sabía que le diría a mi abuelo una vez llegara a casa.
« No me habían dado el adelanto »
« Los animales no tenían comida »
« Tenía todos los gastos y deudas encima »
Mi abuela estaría muy preocupada, no tenía dinero y la hipoteca de la casa tenía que pagarse.
Ignoré el hecho de que nada estaba saliendo como lo quería, mi día estaba siendo complicado.
— Buenos días, Me puedes dar un café con leche semidescremada, dos cucharadas de azúcar y una gota de vainilla. — Asentí hacia el cliente que llegó, me di la vuelta y empecé hacer el pedido, mientras hacía el café seguí pensando en la manera de encontrar una solución definitiva a todos mis problemas.
— Disculpa ¿Te podrías sentar un momento conmigo? — Miré al extraño que pidió el café, no sabía a qué se refería y esperé que continuara:
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Entre dos placeres ©
Teen FictionAtlas Bradford es estudiante de medicina, su vida está llena de tranquilidad hasta que su padre se vuelve a casar, una extraña llega a su casa y él no la soporta. Pero ¿Qué hará cuando la chica demuestre su lado verdadero? ¿Seguirá existiendo el od...
1. [La granja de los Riggs ]
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