UNA HISTORIA X UNA CANCIÓN

♪°No hay más que hablar

• Canción: No hay más que hablar.

• Artista: Morat. ✨

«Ella se había ido.

No puedo explicar el dolor que sentí cuando la vi marcharse tan pronto, escondiéndose entre la muchedumbre que nos envolvía.

No pude decirle adiós.

Simplemente se subió en ese estúpido avión y se marchó a algún rincón de todo el jodido mundo.

Me dejó.

Sin mirar atrás, sin pedir perdón. Solo lo hizo.

Y no volvió a aparecer en mi vida por años.

Me sentía en soledad. Ella había sido mi única compañera. Llegué a amarla.

Y ella me hizo creer que ella había llegado a amarme a mi también.

No sé que clase de amor habrá sentido, pero no creo que amor sea llegar a la casa de esa persona en una mañana lluviosa y decirle que no querías tener ningún tipo de romance con ella.

Una parte de mi quiso odiarla. Pero sabía que por más que lo intentara, jamás llegaría a lograrlo.

Había oído por ahí qué ella había comenzado una nueva vida en Barcelona. Lejos de todos. Que vivía de fiestas y borracheras. Que estaba siendo "feliz" aunque nunca llegué a saber si con alguien más.

Aprendí a vivir sin ella, cargando el amor fallido que me dejó su partida, en medio del pecho.

Fueron cinco años en donde me obligué a olvidarla.

Y cuando por fin lo estaba logrando, por más mínimos que fuera.

Su fantasma tocó mi puerta, un día lluvioso de enero, casi similar al día en el que me había dejado.

Cuando le abrí la puerta, supe que había sido un error. Debí haberme fijado por la mirilla antes.

No había cambiado nada. Llevaba su cabello castaño mojado y pegado en el rostro. Debe haber tenido dos o tres maletas a su alrededor.

Recién llegaba del aeropuerto.

-Hola-susurró de manera casi inaudible.

Yo asentí en modo de saludo.

Si ella estaba sin voz, yo no podía siquiera pensar. Su presencia ahí me tomó por sorpresa, nunca imaginé un reencuentro ni en mis sueños más locos. Pero ahí estaba ella.

Pero... Fue difícil darme cuenta de que... Yo no quería verla ahí.

-¿Que haces aquí?-pregunté usando su mismo volúmen de voz.

-Quería... Quería... Verte.

Fruncí mis labios.

-Estoy llegando tarde al trabajo-mentí. Hice el amague de cerrar nuevamente la puerta, pero ella me lo impidió.

-Quiero hablar.

-Seguramente encontrarás a alguien con quien hacerlo-mascullé-. Hay muchas personas en el mundo, alguien podrá prestarte atención.

-Lu...

-No pronuncies mi nombre-le ordené a regañadientes. Sabía que si lo hacía, no iba a ser fuerte para alejarla de mí.

Ella hizo silencio y luego, soltó la bomba más explosiva que pudo haber soltado y a la que tanto temía:

-Aún te sigo amando.