𝟬𝟭𝟱. 𝗍𝗁𝗂𝗌 𝗅𝗈𝗏𝖟

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—¿Que hacemos con el regalo si se va?—Daniela hablo en un leve susurro.

Julieta, Sabrina, Daniela y Marcos habían planeado hacerle un regalo a Alfa y a Romi. Obviamente a esta se la darían el día de su cumpleaños, que era el viernes, pero debían tener una idea.

El regalo eran algunos chocolates que Marcos y Dani habían traído del súper esta tarde, por lo que cuando los carritos llegaron, Julieta y Sabri tomaron rápido las golosinas y las ocultaron en el cuarto para luego armar bien el regalo.

—Para mi no se va, chicas—Julieta hablo dudando

—Yo tengo mis dudas, pero tampoco creo que se vaya—Sabrina estuvo de acuerdo

—Pero si se va en serio, ¿el regalo se lo damos ahora?—Dani las miro

—Y no se—La morocha hablo—O se lo damos ahora o lo juntamos con el de Romi después

—Para mi no tenemos que preocuparnos tanto, chicas—Julieta negó—Es una joda para que le den lo que él pidió para el cumple, estoy segura

—Eso también puede ser—Sabri asintió—Hay que esperar nomás

—Si, no nos queda otra—Dani suspiró un poco y en ese momento Camila, quien había salido del baño, pasó por adelante de las tres chicas limpiándose las lágrimas. Había estado toda la tarde mal por Alfa

—Chicas, les juro que me parece re raro que llore tanto por Alfa—Julieta exclamó

—Ya es rara la relación que tienen—Sabri hizo una mueca

—Si, más allá de que sean muy unidos, parece que se están tirando onda todo el día—Daniela estuvo de acuerdo

En ese momento, Alfa salió del confesionario, por lo que todos corrieron hacia el para ver que hacía.

—¿Te va' a ir en serio?—Marcos, quien no estaba muy convencido pero igual estaba preocupado, hablo

—Si, ya tome la decisión—Alfa habló caminando por el pasillo mientras se paraba en medio de la mesa y comenzaba a sacarse el micrófono

—¿Que haces?—Sabri lo cuestiono

—Alfa, no—Julieta lo miro—Ay, dale, Alfa

—Te queres reír—La Tora lo vio con una sonrisa y el hombre negó

Todos seguían insistiendo en que no se vaya y que deje el micrófono donde estaba, pero en medio de la discusión, Santiago apareció en la televisión.

La casa corrió a sentarse en el sillón mientras Lucila le repetía a Del Moro que no creía nada de lo que estaba pasando.

—Chicos, la verdad que odio estar en este momento, en esta situación. Es una mezcla de sensaciones encontradas, porque por un momento digo que triste por un lado y por el otro, bueno, que alegría por otro—El conductor hizo un silencio mientras bajaba la cabeza acomodándose las mangas de su traje—No se que decir. Nunca me ha pasado nada así, no me gustaría estar en esta situación y creo que no hay mucho para hablar—Santiago suspiro—Alfa ya hablaste con gran hermano, así que cuando quieras, agarra tus cosas y estás fuera de juego. Muchas gracias.

𝐋𝐀𝐁𝐘𝐑𝐈𝐍𝐓𝐇, 𝗆𝖺𝗋𝖌𝗈𝗌 𝗀𝗂𝗇𝗈𝖌𝖌𝗁𝗂𝗈Kde ÅŸijí příběhy. Začni objevovat