Tormenta

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Después de un día completo jugando junto a los niños del pueblo de Lazy Town para que sean más activos y sanos Sportacus regresa a su gran nave que sobrevuela en la ciudad, todos los días se encargaba de su deber, volver a los chicos menos perezosos, ayudar a las personas en la ciudad e impedir los malvados planes de Robbie para que los niños fuesen haraganes y comieran toda clase de comida chatarra.

Aunque para ser sincero estos meses Robbie había bajado mucho su número de intentos para sacarlo de la ciudad...

Esto resonó una alarma en Sportacus, y si lo que ahora tramaba podría ser algo mas grande?, y si está enfermo o algo malo le pasó?, es decir, ya llevaba un gran tiempo en el que robbie no salía de su guarida.

Decidido a saber que le ocurría al morado refunfuñon, decidió que mañana por la tarde sería genial para visitarlo, después de todo ya era muy tarde y el invierno estaba tomando mas fuerza cada vez, diciembre siempre había sido un mes frío, pero a la vez cálido en el pueblo de Lazy Town.

Llegándo a su nave la calefacción tibia lo hizo entrar de nuevo en su burbuja de determinación, tomó un baño caliente para quitarse el poco sudor que tenía y se puso su pijama favorito, cenó una ensalada valanceada y apagó las luces para irse a dormir.

Al despertar temprano en la mañana se dio cuenta de un gran detalle muy lindo, estaba nevando en pequeñas cantidades sobre la ciudad, hoy sería un gran día, los niños estarían muy emocionados al amanecer con ésta sorpresa.

Como de costumbre, lavó su cara, peinó su cabello, se puso su uniforme de invierno y su gorro, y tomó una manzana de la repisa mientras revisaba los niveles de gasolina y anticongelante de su nave, tampoco es como si quisiera que su hogar dejase de funcionar.

Una vez el sol de la mañana se asomó Sportacus dio su paseo habitual en las calles del pueblo, visitó al alcalde pero aparentemente no había nada en lo que pudiese ayudar.

Los niños en la plaza hacían pequeños muñecos de nieve, o jugaban a guerras de bolas de nieve, Sportacus se unió un rato hasta que a las 3 de la tarde el frío se volvió mucho mas fuerte como para tentarse a que niños jugaran a esa temperatura.

Después de convencer a los niños de entrar en casa de Stingy y beber el té de canela que Bessie les había preparado, tomó su rumbo a las afueras del pequeño pueblo para ver a lo lejos la casa de la persona que le preocupaba.

Al llegar a la entrada tocó la puerta un par de veces, no había razones de nada, hasta pensó que tal vez, Robbie habría salido de la ciudad, hasta que pegó su oreja a la puerta y pudo escuchar lo que claramente era el sonido de la televisión en un programa de caricaturas.

Sportacus volvió a tocar la puerta un par de veces. -Robbie sé que estás ahí- exclamó de manera amable.

-Qué quieres Sportabobo?- preguntó Robbie de mala gana.

-Solo vengo a verte, está todo bien?- Sportacus intentó mirar a través de la mirilla de la puerta pero Robbie abrió la puerta de golpe haciendo que se desvalanceara un poco.

-Aquí estoy, eso es todo?, ya me puedes dejar en paz?- dijo con un tono sarcástico.

Sportacus se encontraba un poco confundido, Robbie se veía un poco mas delgado de lo normal, y se cuestionó si alguno de los artefactos del pelinegro le habían hecho encogerse o solo había sido él el qué creció. Antes Robbie lo rebasaba por una cabeza, y ahora tenía que agachar un poco su mirada para verlo.

Rotten iba a cerrar la puerta de golpe pero Sportacus interpuso su pie antes.

-Desde cuándo te volviste tan pequeño?- preguntó con duda.

Slumber Party [Sportarobbie]Where stories live. Discover now