Pasión & Poder

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AILA 2/2

El ambiente está sumamente tenso y la tristeza nos llenaba el alma a todos por igual, y es que dios mío, no podía creer aún lo que había sucedido, no podía concebir el hecho de que Samuell estuviera muerto.

El se había sacrificado por Maxwell, había dado su vida por la de su mejor amigo, Landon y Donnan estaba completamente destrozados, no habían parado de llorar desconsolados, y es que yo los entendía, los comprendía a la perfección, pues yo le había cogido muchísimo cariño en el poco tiempo que tenía de conocerlo, sin embargo, ellos eran sus mejores amigos y se conocían de toda la vida.

Su muerte había sido tan repentina y traumática, que estoy segura, siempre se quedaría grabada en la mente de todos los que estuvimos presentes.

Henry por otro lado, se mantenía fuerte a mi lado, dándonos el consuelo y la fuerza que todos necesitabamos, pero yo lo conocía y sabía muy bien que estaba destrozado por completo, sin embargo, él no se permitía mostrarlo libremente.

En estos momentos, nos encontrábamos en el hospital dónde Maxwell estaba internado, no habíamos sabido absolutamente nada de su estado y eso me tenía sumamente alterada, habían sido tantas novedades en tan poco tiempo que sentía que mi cuerpo y mente no podían más, estaba a punto de colapsar por complacer.

-Esa estúpida le hizo de todo -dije con voz temblorosa- Lo quemó por todas partes, la espalda la tiene llena de latigazos y golpes

Sollozé sin poder evitarlo, pues el solo recordar las deplorables condiciones en las que habíamos encontrado a Maxwell, hacían que me dieran unas inmensas ganas de llorar, gracias a dios que Melissa había recibido su castigo, lástima que se hubiera llevado a Samuell con ella.

-Sí, no cabe duda que lo puso muy mal -susurró Landon- Pero Melissa ya está muerta, y no debemos martirizarnos más con ella

-Oye, Aila- me llamó Donnan- Maxwell es de los que no se rinden, yo sabía que iba a salir vivo de todo esto

-Sí, pero Samuell no -intervino Landon con voz ahogada- Aún no puedo creer que esté muerto, dios mío

-Ya, por favor, no podemos pensar más en eso, tenemos que ser fuertes, es lo que Samuell hubiera querido -dijo Henry.

-Sí, Maxwell se va a levantar de esa cama, Aila -dijo Lillie a la vez que me abrazaba- Y por fin podremos olvidar toda esta maldita pesadilla

-No puedo creer todos los maltratos que soportó- dijo mi madre en un suspiro tembloroso.

-Maxwell es capaz de soportar cualquier cosa -intervino Henry- Y todo por tí hija

El simple hecho de que me llamara de esa forma, hizo que un escalofrío me recorriera completa, y para mí sorpresa, no me desagradó en lo absoluto, es más, me dió un poco de fuerza para afrontar toda la situación que estábamos viviendo.

Así que sin pensarlo, me abracé a él con fuerza, los necesitaba y sabía que él también. Observé cómo mi madre nos miraba atenta, sus ojos llenándose de lágrimas, conmocionada por nosotros, pero a mí sus lágrimas no me valían de nada, no podía perdonarla, no por ahora.

-Sí, yo sé -susurré.

Y sin poder evitarlo me volví a derrumbar, y es que de todas las ideas posibles, nunca pensé que así sería como terminaría está historia, no con uno de nuestros amigos muertos y Maxwell gravemente herido.

Y es que desgraciadamente comprobé que yo tenía razón, ese fuerte presentimiento de desastre que me invadió sé hizo realidad, no estuvimos todos juntos al final de esta batalla.

-Familiares del paciente Maxwell Jefferson

El médico que atendía a Maxwell se acercó a nosotros con gesto serio, yo me puse de pie sin dudarlo un segundo, siendo sostenida por Henry.