Cápitulo IV: Antes Que Ver El Sol

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Julián no era una persona ajena a las decisiones dificiles, pero casi siempre el camino parecía labrado ante él, las decisiones, aunque dificiles en el momento, eran claramente el paso en la dirección correcta. Esta vez, sin embargo, no tenía idea de que era lo que debía hacer, cual era el paso a seguir para que pudiera hacerle entender a Erling cuanto significaba para él.

La noche cayó sobre la ciudad y tuvo que emprender su viaje de vuelta a la concentración. Caminó lo mas despacio posible para alargar el camino, no estaba de animos para cenar con el equipo o para nada en realidad, solo quería dormir.

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El partido contra el Chelsea llegó y se fue como un suspiro, o así lo sintió el argentino que tuvo que verlo en su totalidad desde el banco de suplentes. Había discutido con su técnico acerca de ponerlo en el banco otra vez cuando anunció a los 11 titulares unos días antes del partido y con el pretexto de enseñarle una lección, Guardiola le dijo que ahí mismo se iba a quedar hasta que se le bajaran "los humitos de campeón del mundo, que la copa ya acabó, hombre. A ver si espabilas de una vez, que andas distraído desde que regresaste de Argentina". No podía creerlo, realmente no podía.

-Este club de mierda -maldijo cuando salió de la oficina de Pep.

-Epa, ¿que ha pasao', Juli? -era Rodri que pasaba camino a su habitación.

El español era de una naturaleza tranquila, era bastante querido por todos y muchas veces había querido acercarse a Julián, al ser uno de los pocos que hablaban español en el club inglés. Sus intentos habían cesado este último tiempo ya que interpretaba la timidez de Julián por apatía, así que se limitaba a algún saludo amable o preguntas casuales.

Rodri no sabía que acababa de hacer la pregunta que Julián más necesitaba que le hicieran desde hacía semanas.

-No, boludo, pasa que... ¿Tenés un chachito pa' charlar? Te invito un café.

El asombro se hizo notar en la cara de su compañero, era la mayor cantidad de palabras que había conseguido arrancarle al argentino en su corta temporada en el Manchester, Julián por su parte también estaba aturdido por su propio ataque de confianza y se arrepintió al instante, que tarado que soy, pensó. Estuvo por disculparse y salir corriendo cuando el español lo sacó de sus pensamientos rodeando sus hombros con el brazo.

-Claro que si. Que me habías tomado por sorpresa, no te hacía un hombre de café.

Comenzaron a caminar por el pasillo que los llevaba al comedor.

-¿Y un hombre de que me hacías?

-Pues de mate, hombre, que sé yo.

-Da, culiao'. Si nadie toma mate acá, no me gusta tomar solo.

-No lo sé, solo te digo que al Kun le cumplía el capricho de tomar mate de vez en cuando.

-¿Vos me estás diciendo en serio?

-Pero claro, tío. Pero te advierto que solo lo tomo dulce, aún no pillo como os gusta amargo.

-Pero si el Kun lo tomaba amargo.

-Era nuestro secreto, no se lo digas a nadie, ¿eh? -el tono de Rodri era tan relajado, tan fácil de seguirle la charla que Julián no pudo contener la sonrisa.

-Dale, dale. Yo no digo nada, aparte me sirve porque yo lo tomo dulce también.

Entraron en el comedor y se acercaron a la parte con las cafeteras, el juego de mate de Julián estaba en su habitación y por mas que Rodri se hubiera ofrecido no quería cruzarse a Erling en ese momento.

-Estamos de suerte, entonces. Vamos, araña, dime que anda pasando en esa cabecita tuya.

Fue así como con un café de por medio, Julián se permitió hablar de sus inquietudes, la mirada atenta y amable del hombrre sentado frente a él le dio seguridad y el hecho de que pudiera hacerlo en español le daba una rara sensación de confidencialidad, aún si alguien los escuchara no los entenderían. Primero habló sobre lso comentarios de Guardiola, que era la razón de la conversación en primer lugar, Rodri le dijo que no se lo tomara personal.

notice me • erling haaland x julián álvarez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora