Capítulo 2: Razones

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Cuando la chica despertó, se encontró con un par de ojos azules y un ceño fruncido que la miraban con desaprobación. Sobresaltada, intentó ponerse de pie, pero estaba mareada y débil, por lo que apenas fue capaz de sentarse sobre el futón.

- No te agites- le dijo el chico, que seguía mirándola con molestia.

- ¿Tu eres Tanjiro? – le preguntó ella, confundida.

- No- negó él- ¿Por qué lo buscas con tanta desesperación?

Antes de que pudiera despertar, Tanjiro y Nezuko entraron a la casa con leña y plantas medicinales respectivamente. Ambos se acercaron a la chica que los miraba confundida.

- Yo soy Tanjiro Kamado- gritó el pelirrojo con una reverencia exagerada- Es un gusto.

- Yo soy su hermana, Nezuko- dijo la chica con una voz suave y más baja- ¿Se encuentra mejor?

- Sí, gracias- asintió- Me llamo Bryony y vengo de Inglaterra así que por favor perdonen mi mal japonés, pero necesitaba venir cuanto antes para hablar con ustedes.

Los hermanos se miraron en silencio y tomaron asiento junto a Bryony, quien, si bien tenía un acento particular, hablaba el japonés perfectamente. Respiró profundo antes de comenzar su historia.

- Hace un tiempo, quizás un año, una serie de asesinatos de lo más extraños han comenzado a ocurrir en la ciudad donde vivo y se han extendido por el país. También han desaparecido personas- Bryony se detenía de vez en cuando para reacomodar sus ideas y formar una frase coherente- Los cadáveres tienen mordidas y garras, pero no calzan con ningún animal conocido.

A ese punto del relato, los tres escuchas ya suponían de qué iba todo aquello.

- Algunos dicen que se trata de vampiros, sin embargo, los marinos japoneses aseguran que se trata de demonios que surgieron aquí, en Japón. Uno de ellos me habló de Tanjiro Kamado y me dijo que era un joven espadachín capaz de derrotarlos. Que él y su grupo habían acabado con todos los demonios del país pero que al parecer unos pocos alcanzaron a huir hacia mi tierra. Viajé hasta acá con la esperanza de que Tanjiro me enseñe a destruir a esos seres, y luego de preguntar por él incansablemente, unas personas muy amables me dieron las indicaciones para llegar hasta tu casa.

Bryony suspiró y fijó la mirada en las sábanas que curbían sus piernas. En ese punto de la historia, fácilmente podrían creer que estaba loca.

- Me topé con ex cazadores de demonios que me dijeron que todos se habían retirado y que muchos quedaron con severas secuelas luego de la batalla definitiva, por eso no vengo a pedirles que peleen por mí, sino que me enseñen a derrotarlos. Quiero salvar a mi gente. Por favor.

Tanjiro, Nezuko y Giyuu la miraron en completo silencio antes de que cualquiera se atreviera a decir palabra.

- No tienes ni idea a lo que pides enfrentarte- dijo Giyuu por fin, con el ceño aún más fruncido que antes.

- Se que es difícil, pero lo hemos intentado de todo para acabar con ellos y nada funciona- se lamentó Bryony- Y ya nadie quiere seguir tratando. Solo yo.

- En aquella batalla... perdimos a mucha gente y perdimos parte de nuestros cuerpos- sollozó Tanjiro- Creíamos que había sido suficiente para acabar con todos los demonios. No puedo creer que sigan existiendo.

Bryony se acomodó sobre el futón y, de rodillas y con la cara en el piso, le rogó a Tanjiro que la entrenara, quien la miró acongojado.

- Estás cavando tu propia tumba- murmuró Giyuu. Nezuko lo miró molesta, pero no le dijo nada ¿Desde cuándo se quejaba tanto?

- Bryony-san- dijo Nezuko con dulzura- Por favor continúe descansando y mañana hablaremos sobre esto. Para nosotros es un asunto delicado y no podemos contestarle sin pensarlo antes.

- ¡Por supuesto! – contestó la extranjera, esperanzada- ¡Y disculpen las molestias! No era mi intención desmayarme apenas llegara.


...


Mientras Bryony dormía, los tres ex cazadores de demonios hablaron largo y tendido sobre lo que la chica les había contado. Aunque no querían creerlo, les parecía poco probable que la chica estuviese mintiendo Y respecto a su petición, les resultó difícil aceptar que en realidad era bastante sensata; Bryony reconocía a los demonios de Inglaterra como su responsabilidad y no quería involucrar a ningún ex cazador para que arriesgaran sus vidas nuevamente. Eso era bastante admirable.

- Me llama la atención la facilidad que tuvo para dar contigo- dijo Giyuu en un momento- ¿Cuántos ex cazadores saben dónde vives?

- Bueno...- rio Tanjiro, cuyo exceso de amabilidad había hecho que los invitara a todos a visitarlo en cuanto pudieran- Varios...

- Entonces ¿Van a decirle que sí? – preguntó Nezuko.

Tanjiro asintió y Giyuu negó. Ambos se miraron sorprendidos de la respuesta del otro. Nezuko se limitó a sonreír, ya que había esperado que algo así pasara.

- Es débil. No alimentaré sus esperanzas en vano. Además- Giyuu hablada con completa seriedad- Me falta un brazo.

- Pero- murmuró Tanjiro- Podemos enseñarle de todas formas y podemos pedirle ayuda a los demás ¡Se que ayudarán!

- No lo dudo- aceptó Giyuu- Y tampoco me sorprende que aceptes, pero la verdad estoy cansado de todo esto. De verdad que quiero una vida tranquila en donde no tenga que pensar nunca más en una espada ni en un demonio, por enclenque que este sea.

Las razones de Giyuu eran completamente válidas y tanto Tanjiro como Nezuko lo comprendieron a la perfección. Él tenía razón; después de tanto sufrimiento, merecían una vida tranquila. Sin embargo, aunque el Cuerpo de Exterminio de Demonios se hubiese disuelto, Tanjiro sentía que mientras un demonio viviera, seguía siendo su responsabilidad como cazador el darle un final y así proteger a las personas. Y si su físico ya no le permitía tales cosas, entonces su voluntad y sus conocimientos moldearían a Bryony san y la harían una cazadora aceptable. Sin la presencia de Muzan, seguramente esos demonios serían sencillos de acabar con una buena espada (necesitarían una) y unas cuantas técnicas de respiración que se adecuaran a la chica (habría que intentar con varias...)

- Bueno, fue un gusto visitarlos. Vendré más adelante, o vayan ustedes a mi casa- dijo Giyuu poniéndose de pie.

Se despidieron de un abrazo como acostumbraban y los hermanos Kamado lo vieron alejarse por el pastizal hasta perderse de vista. Junto con él, un cuervo viejo volaba con lentitud y los últimos rayos de sol iluminaron sus plumas oscuras antes de esconderse tras las montañas nevadas. Ambos decidieron dormir temprano ese día. La llegada de la extranjera había sido, en cierta forma, agotadora. 

Cazadora (Giyuu x OC)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon