Andres es un chico de 19 años que busca la manera de conseguir las pastillas para su madre y ara todo para lograrlo.
Ari es un empresario millonario de 27 años que hasta ahora no encuentro su otra mitad.
Un encuentro amoroso será el inicio de una he...
Era de madrugada, Ari y yo estabamos ya estábamos en el avión, la área de primera clase traía un pequeño bar con un buffet donde podías servirte lo que quisieras.
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El vuelo fue al rededor de seis horas, cuando llegamos fuimos a un hotel que Ari avía reservado hace un tiempo, era muy elegante, tenía comer, piscina, baños termales, una pileta grande en el centro del hotel y un gardin muy lindo.
Ari se acercó a una recepcionista de la entrada para pedir la llave de nuestra habitación.
─Buenos días, señorita, tengo una recepción.
─Bueños días, dígame su nombre para ver si lo tengo en el registro.
─Claro, es Ari Gonzalo.
─Perfecto Ari, si te tengo en el registro, su habitación en la 95 del piso 10, aquí tiene su llave.
─Muchas gracias, que tenga un lindo día.
─Igualmente.
Nos alejamos de la recepción y Ari me agarró de la mano para llevarme a la habitación.
─Amor, porque pediste una habitación tan arriba, me van a doler las piernas de subir tantas escaleras.
─No te preocupes Andy, los hoteles así tienen ascensor, además yo te dejo doliendo las piernas siempre.
Al principio no lo entendí mucho luego de unos segundos me dí cuenta a lo que se refería.
─Ari!, Nos te pueden escuchar!
─Solo digo la verdad.
─Aja.
─Aqui está el ascensor.
Ari preciono el botón para que el ascensor baje hasta el primer piso, duro unos segundos, cuando bajo entramos Ari puso en el ascensor el número 95, me quedé impactado cuando me dijo que avía más de 100 pisos con más de 1000 habitaciónes.
─¿Y que tal la estás pasando, mi amor?
─Amor, no tenemos que ir a lugares lujosos para pasarla bien, yo siempre que estoy contigo la paso de maravilla.
─Awww, pero igual era hora de consentir a mi niño, me ayudaste estos últimos años en todos, es lo menos que puedo hacer por ti, te amo mi amor.
─Yo te amo mucho más, tu eres mi todo.
Estuvimos dándonos piropos hasta llegar a nuestro piso, cuando llegamos Ari me agarró de la mano para buscar nuestra habitación.
─Esta es─ Ari saco la llave de su bolsillo, la introdujo en la perilla para luego darle la vuelta y habrír la puerta. ─Pasa tu primero, cariño
Entre a la habitación y quedé sorprendido, era muy linda, era como un departamento, avía una pequeña cocina, una sala, un baño con ducha, un pequeño comedor, un enorme balcón con un jacuzzi y una gran habitación, todo estaba con un camino de rosas rojas, avía dos copas de vino en la mena de la sala, yo me quedé en la puerta en shock estaba bastante sorprendido por esto, nunca nadie en mi vida me avia hecho tan feliz, hasta ahora.
─A-Ari?
─Dime, mi amor.
─Tu isiste e-esto?
─Sip, quería darle una sorpresa a el amor de mi vida y eso que está es una de las Miles de sopresas que te tengo, mi amor
Me dí la vuelta para abrazarlo de la cintura poniendo mi cara en su pecho.
─G-Gracias..
─Andy, no llores, no me gusta verte llorar.
─Es que nadie en mi vida me avía hecho tan feliz, gracias por aparecerte en mi vida, no sabes cuánto te amo.
─Awww, yo también te amo, mi vida.
Pase mis brazos por el cuello de Ari para besarlo, estaba muy feliz no podría explicar en palabras la felicidad que sentía.
Estuvimos en un beso de unos minutos para luego separarnos por falta de aire.
─Vamos pasa, cariño.
─Claro
entre en aquella habitación y me senté en el sofa, el se sentó a mi costado para agarrar las dos copas de vino de la mesa y darme una a mi.
─Salud, Andy.
─Salud, Ari.
Y con eso los dos nos tomamos nuestra copa de vino.
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Ya estábamos regresando de una discoteca que avía en el hotel, los dos estábamos totalmente hebrio, pero éramos consientes de lo que hacíamos, bueno no tan consientes pero algo.
Al llegar a nuestra habitación los dos estábamos en un beso apasionado, cuando entramos a la habitación, Ari me tiró al sofá para seguir besándote pero está vez con más lujuria y pasión.
Ari poco a poco iba bajando sus besos por mi cuello y hombros, al llegar a esos lugares mordía, lamía y succionaba.
