Después de lo acontecido en la escuela
Nevermore, Enid Sinclair regresa a San Francisco con su familia, lo que no muchos saben es que su familia es una real y más antigua que existen en todos los clanes de lobos, aunque eso no importará mucho cuando...
Largo redujo un poco la velocidad cuando llegamos a la entrada de mi hogar, la mansión se encontraba después del panteón familiar, podía notar que todas las luces estaban encendidas, claramente mi familia estaba haciendo algo o esperando mi regreso de Nevermore.
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Apreté un poco los puños en mi falda para luego mirar a Dedos quién estaba alfrente con Largo, espere unos minutos más y el auto se estacionó en la entrada de la mansión, Dedos rápidamente corrió para subirse encima de mi hombro, Largo bajo del coche para luego abrirme la puerta, baje lentamente hasta sentir el frío golpeando mi rostro, dándome una gran satisfacción, hasta que el sonido del gruñido de Largo llamo mi atención.
-Bien, lleva mis maletas y cuidado con mi cello si no quieres que vuelva a cortarte dedos de la mano-. Inquirí con tono frío para luego volver mi vista al frente.
-Parece que pasaré torturando a mi hermano Pericles este descanso, hay muchas nuevas hipótesis que hacer, Nevermore me ha dado muy buenas ideas ¿No crees Dedos?-. Le pregunte a mi acompañante quién alzo su pulgar para estar de acuerdo en mi hombro.
-Pero eso tendrá que esperar para mañana, es momento de encontrarme con mi detestable familia ¿Has apagado ese detestable aparato eléctrico? No quiero escuchar ningún sonido de esa cosa, ahora es momento de entrar al hogar-. Aseguré mírando alfrente para notar una nube oscura formándose en lo alto por encima de la mansión.
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Comencé a caminar mírando de reojo a Largo lanzando mis maletas a la esquina de la casa donde los arbustos tomaron vida para atrapar con sus ramas mis maletas y subirlas hasta llegar al ventanal abierto de mi habitación, una gran satisfacción corrió por mi cuerpo hasta que la puerta principal se abrió con un sonido chillante.
-¡Mi querida victimaria! Te hemos extrañado ¿Cierto cara mia?-. Dijo mi padre con una sonrisa alzando sus manos por encima de sus hombros con una sonrisa en su rostro.
Que asco, mi madre y mi hermano estaban a su lado, los tres con una sonrisa simple que me daba náuseas cada vez que los veo con tanta felicidad, más de parte de mi padre y hermano que de mi madre, ella solo sonríe a ciertas personas, es muy selectiva.
