-'◇'-
Quería hacer esto específicamente con dottore porque, ¿Quién no quiere a este desquiciado?
Así que voy a escribir guiándome de cómo creo que seria Dottore y también de otras personas que leí pero solo por como serian sus reacciones, solo por e...
Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou mettre en ligne une autre image.
Estabas frente a la puerta del laboratorio, temblando y aguantamos las lagrimas que te traicionaban. Presionaste aquellos papeles sobre tu nariz, apretándolo con fuerza.
— "Tranquilízate, lo conoces desde hace años, no va a pasar nada malo. Todo va a salir bien!" — Dijiste para ti misma.
Detestabas lo vulnerable que eras cuando se trataba de él y en general, no eras parte del ambiente sadico y despiadado de Snezhnaya. Eras mucho más pacífica e inocente, de una manera muy extrema al contraste de la nación.
Abriste la gran puerta de dura madera, te asomaste con cautela esperando a que no te viera, pero a tu fortuna, lo hizo. El volteo a verte, diste un sobre salto asustada, al notar como él te miraba majo aquella típica máscara.
Suspiraste tragándote tus miedos que no paraban de consumirte, a pasos inquietos te adentraste en la habitación, mirando el suelo en todo momento. Cerraste la puerta detrás de ti.
— M-me llamó S-señor? — Preguntaste en un hilo de voz.
Te asustaste al escuchar sus pasos apresurados hacia ti, apenas pudiste alzar la mirada cuando él ya estaba frente a ti mirándote preocupado.
— Estas bien? Te hicieron algo? — Pregunto con preocupación.
Con delicadeza pasó su pulgar sobre los bordes de tus ojos, limpiando tus lagrimas. Te quedaste sin aliento, como pudiste como eras tan ingenua? Con pena bajaste la cabeza quitando tus lagrimas y suspirando temblorosa.
— Que alivió... — Jadeaste aliviada — Creí...creí que...yo.. — Tartamudeaste sin poder terminar la frase.
El más alto, con cuidado te rodeo con sus brazos llenándote de calor, aunque no sabia con exactitud lo que sucedió, sabía que habías mal interpretado las cosas. Después de todo te conocía lo suficiente como para entender tus desorden emocional.
Parecía que ayer fue el día que se encontró de casualidad contigo...
Era un día lluvioso, el agua consumía y se apoderaba de cada hoja y ser vivo en la gran nación de Sumeru, estás al aire libre con este clima era peligroso dado a que las bestias crecían de manera extraña en número.
Un pequeño e 'inofensivo' niño de cabellos celestes huía de los guardias de la verde nación, tal y como cualquier niño huérfano se dedicaba a robar para poder sobrevivir si es que no cazaba animales.
Se escondió tras un grueso y alto árbol, haciéndole pequeño para que no lo vieran con facilidad. Los pasos de aquellos hombres se escuchaban demasiado cerca pero no se dejó dominar por ello, espero quieto y atento, notando como en pocos segundos se alejaron en manada.