-No, claro que no lo es, ella fue la que reaccionó mal, no tú

-Aún así no puedo evitar pensar que todo esto se pudo haber evitado si yo no hubiera venido a Inglaterra

-No digas eso Aila, de no ser así en estos momentos no estarías esperando un bebé y no hubieras conocido a Maxwell

-Si lo pones así, tienes razón -suspiré.

Henry me tomó una de mis manos y dejo un beso en estás, para luego sonreírme con cariño.

-Dime Aila ¿ya te sientes mejor del golpe?

-Un poco, me duele el corazón más que los  golpes

-Aún no puedo creer que Leahnor haiga hecho eso

-Perdió el control Henry, yo la engañé

-¿Todavía la justifícas?, Eres demaciado buena mi niña

Me quedé callada unos minutos, mis ojos se inundaron en lágrimas las cuáles no pude contener.

-Yo jamás pensé que amar fuera tan doloroso, Henry

-Amar duele porque uno quiere ser amado y también desea lo mejor para la persona que amas, pero esto es diferente, ese dolor que tú tienes viene del resentimiento no del amor

-Henry, ¿tu crees que mamá me va a odiar para siempre?

-Tú madre está pagando su propio dolor con los seres que ama -suspiró- Por eso yo no me opuse a qué estuvieras con Maxwell, porque se que el es el amor de tu vida

-Si, Maxwell lo es todo para mí, aunque sea un amor prohibido y por eso yo sé que mamá no lo va aceptar nunca y por eso tal vez yo... Yo tenga que renunciar a él y yo no quiero Henry, yo no quiero ser infeliz

Me cubrí el rostro con mis manos mientras las lágrimas caían con más intensidad, era cierto, yo amaba a Maxwell y estaba embrazada de él, pero a mí madre también la amaba, no podía imaginar una vida sin ella y tampoco quería, y sabía que mientras siguiera con Maxwell ella no sé volvería acercar a mí.

-No digas eso Aila, tú madre ya tomó su decisión, solo nos queda respetarla y dejar que ella misma vea el error que está cometiendo

[...]

Leahnor caminaba directo a casa de una vieja amiga, la cuál ella sabía que era la única que le podía ayudar a separar a Maxwell de su hija.

Al llegar a la casa ya la estaban esperando, ¿cómo es que ella sabía que yo vendría?.

La chica se paró frente a mi y me dedicó una sonrisa, luego se dirigió a los dos hombres que andaban con ella.

-Se pueden retirar -ordenó con voz firme.

Hombre 2- ¿Estás segura señora?

Hombre 1- Si, no queremos dejarla sola

-Dije que se fueran, tengo asuntos que hablar con Leahnor

Los hombres asintieron y luego salieron de la casa, ella se sentó frente a mí y me hizo una señal para que yo hiciera lo mismo, suspiré y me senté cruzándome de brazos.

-¿Cómo estás? -la saludé.

-Dejémonos de estupideces y dime de una vez que quieres -se cruzó de brazos.

-Veo que no has cambiado nada, sigues siendo la misma

-¿Y bien?, ¿Ya me dirás qué necesitas?

-Quiero que me ayudes a separar a mi hija de Maxwell, necesito que hagas que Aila se decepcione tanto de él que no quiera verlo nunca más

Una sonrisa malévola se formó en sus labios, parecía como si se hubiera escapado del siquiatrico, sentí un poco de miedo y ya me estaba arrepintiendo de pedirle ayuda a ella...

-No te preocupes, ya estoy trabajando en ello, intenté algunas cosas pero no me funcionaron, pero ya tengo el plan perfecto para acabar con ellos de una buena vez

-¿Acabar? -pregunté un poco alterada- No, yo solo quiero que los separes, no que los lastimes

-Yo lo hago a mi manera Leah, así que te callas, si Maxwell no fue para mí, tampoco lo será para tu hija, aunque tenga que matarlo

Sin duda esa chica estaba mal, yo no quería que mi hija saliera lastimada y por muy mal que me cayera Maxwell, tampoco lo quería a el muerto y por la forma de hablar de ella estoy segura de que eso es lo que planea, no debí venir.

-Olvídalo, yo no quiero tener nada que ver con una loca como tú

Me levanté del sillón y me dirigí a la puerta de la casa, pero su voz me detuvo.

-Pues estás loca, te puedo hacer mucho daño, así que más te vale que no digas nada sobre mi plan o te puedes ir despidiendo de tu hija

Mi piel se erizó solamente de pensar que Aila podría salir lastimada de todo esto, suspiré y me giré hacia ella.

-No diré nada, no te preocupes Melissa

Y sin más salí de esa casa.

¿En que demonios me había metido?

Pasión & PoderWhere stories live. Discover now