—Necesitas relajarte y esta fiesta es lo ideal para eso. La vida sigue, no puedes pasarte la vida deprimido y lloriqueando por alguien que no vale la pena. En serio, hay muchos peces en el mar, ¡tienes que salir a pescar!

—¡De acuerdo! Lo intentaré—aceptó luego de meditarlo un poco. Quizás es mejor salir a quedarse solo encerrado en su casa llorando por una relación fallida.

—Prometo que estaré contigo en todo momento.



Y como lo había dicho, acudió a la fiesta en compañía de Loki, el cual lo termino abandonando en el primer instante que un alfa guapo se le cruzo por el camino, rompiendo la promesa que le había hecho, sintiéndose un completo tonto por creerle a alguien que es bien conocido por sus mentiras.

Para empeorar la situación, alcanzo a vislumbrar a Steve Rogers entre los invitados, lo que le hizo sentir incómodo y tan fuera de lugar. Sin poder soportarlo y sintiéndose abrumado, salió de la casa en busca de aire fresco y un lugar más tranquilo, hallándolo en el porche. Ahí, sentado en las escaleras y rodeado de varias latas de cerveza, vio a Stephen con un rostro taciturno. Curioso, se acerco a él y tomo asiento a su lado.


—Lo extrañas—afirmó Natasha perspicaz al notar como los ojos de Steve siguieron el camino de Tony hacia el porche.

—Un poco, sí—reconoció débilmente y cabizbajo, arrepentido de haber terminado su relación con Tony.

—Síguelo, habla con él y trata de arreglar las cosas—lo alentó.

—No estoy seguro.

—¡Vamos! Se nota que él también te extraña y te sigue amando.

—¿Tú crees?

—¡Por supuesto! No creo que de la noche a la mañana haya dejado de quererte.

—Ok, lo intentaré.


Tony estaba a punto de decir algo, pero ver a Steve salir de la casa lo detuvo y lo hizo mirarlo. Rápidamente se percato de como todos sus rasgos endurecieron en clara señal de molestia y, sin pensarlo, aprovechando la oportunidad, paso un brazo por los hombros de Stephen, provocando aun más molestia en el rubio quien no tardo en regresar furioso al interior de la casa.

—Oye, ¿qué haces?—preguntó Stephen desconcertado, mirándole con extrañeza.

—Oh, tenías una basurita en el hombro—se excusó alejando su brazo con una sonrisita en el rostro—. Y... ¿Por qué tan solo?

—Wong está ligando con una chica y no quiero hacer un mal trío.

La risita de una chica tomo por sorpresa a Tony y frenaron sus palabras. Observó a Christine Palmer, con su cabello recogido y un vestido pomposo, arribar e ingresar a la casa tomada de la mano de un muchacho poco agraciado. Giro su mirada hacia Stephen solo para apreciar la tristeza en sus ojos y como de golpe bebe su cerveza.

—Eeeh... ¿Estás bien?—inquirió Stark confundido, contemplándolo con atención.

—Sí, es solo que... se suponía que íbamos ir al baile de graduación juntos, estudiar medicina juntos, graduarnos juntos, trabajar juntos...—confesó, poniéndose hablador por el alcohol.

—...ir al baño juntos—completó Tony burlón.

—Y no puedo creer que me haya cambiado por el idiota de West—escupió ignorando la burla del omega.

—Sí, ciertamente es algo difícil de creer. Yo tampoco entiendo como pudo cambiarte por ese tipo.

El que ella lo haya terminado por Nicodemus West, su declarado archienemigo, es un golpe bajo para su ego; no sabe cómo lidiar con eso y la desmedida frustración que ahora siente.

—Christine era todo mi universo—continuó el alfa—. Y ahora que no esta a mi lado, me siento como un cachorro perdido.

—Te entiendo, yo también me siento del mismo modo.

—Salud por eso—dijo chocando su bebida con la de Tony.

No sabe si es la cerveza o el hecho que Stephen Strange este pasando por una situación similar a la suya y haya compartido su sentir al respecto lo que lo orillo a abrirse con él y desahogarse sobre su relación con Steve, encontrando una buena compañía y una enorme comprensión en el otro.

Después de beberse varias cervezas, un poco ebrios, echaron andar para regresar a sus respectivos hogares.

—Somos dos perdedores desafortunados en el amor... Tenemos tanto en común, deberíamos salir—bromeó Stephen entre risas.

—Oye... ¡Sí!—asintió con entusiasmo.

—Stark, era broma.

—Pero no es mala idea, eh, ¡hip!

—Ya se te subió esa cerveza. Mejor ya me voy antes de que quieras cometer alguna locura.

—Ok, nos vemos mañana en la escuela—espetó risueño agitando su mano. 

—Definitivamente estás muy borracho, ¡mañana es domingo!—aclaró.

—Entonces, nos vemos algún día. ¡Adiós! ¡Hip!

—Sí, adiós para ti también.



El inicio de clases del día lunes tuvo un sabor agridulce para Tony. Caminando por un pasillo alcanzo a escuchar los murmullos de unos estudiantes afirmando que él esta celoso de Barnes.

—...sí, he escuchado eso—confirmó Bruce Banner un poco incómodo, acomodándose sus gafas.

—¿De dónde sacan semejante mierda?—cuestionó muy ofendido, con ojos amplios.

—Uhm...

—Ok, a veces lo miro con desagrado y desdén, pero eso no quiere decir que... que yo estoy celoso. ¡Por favor! Sería la última persona en el mundo de la que estaría celoso.

—Tranquilo, Tony. No le des importancia, solo son rumores—dijo tratando de consolarlo y que olvidará el tema—. Ya sabes como son, inventan cosas increíbles.

Pero para Tony no solo eran rumores, era su reputación, así que cansado de toda esa mierda y empoderado se dirigió a la única persona que lo puede ayudar a callar bocas. Demostraría que Tony Stark no esta celoso y que no le sigue llorando al mismo hombre, demostraría que ya lo supero.




Muchísimas gracias por sus comentarios y sus lecturas, en serio los aprecio mucho. 

Espero les guste este capítulo. 

Una relación falsa (IronStrange AU)Where stories live. Discover now