-¡Quítame las manos de encima, Melissa!

-¿Por qué te pones así?, sabes que te gusta

-Suéltame ya, Melissa

Alcé un poco la voz, mientras que ella me repartía besos por el cuello. ¿En que momento habíamos llegado hasta este punto?.

-¿Qué está pasando aquí? -una voz a nuestras espalda nos hizo sobresaltar.

-¡Maxwell, suéltame!

Gritó Melissa a la vez que se separaba bruscamente de mí, mientras que se cubría con sus manos su cuerpo semi desnudo, me giré hacia la puerta y me encontré con la mirada enojada de Aila, ella se cruzó de brazos analizando la situación.

Yo la miré nervioso al darme cuenta de la situación, parecía que yo estaba tratando de violar a Melissa desde esa perspectiva y más con ella haciéndose la inocente.

¡Jodida Mierda!

No podía dejar que Aila le creyera, no podía dejar que se alejará de mí solamente por la mentira de Melissa.

-¿Alguno de ustedes me que quiere explicar lo que está pasando aquí? -preguntó Aila con voz cortante.

Me acerque a ella y la tomé de los brazos, ella no se alejó pero tampoco se notaba muy cómoda en esos momentos.

-No pasa nada Aila, yo vine a tratar un negocio con Samuell y me dejó con ella, pero ya sabes que está completamente loca -trate de explicarle.

-Claro que no, Maxwell no mientas, yo vine porque me mandó Samuell para entregarle unos papeles a Maxwell y yo no sé que pasó Aila, de repente se empezó a poner como un loco

Me tensé, la furia empezaba a correr por mi cuerpo y tuve que apretar los puños para no hacer algo de lo que me arrepintiera después, ¿cómo podía ser tan mentirosa?

-¿Me puse qué?, Me puse así por tu culpa Melissa -me giré hacia Aila- Se me hecho encima en cuanto llegaste Aila, no entiendo que paso

-Maxwell, eso no es cierto, fuiste tu quién lo hizo, tú me estabas amenazando- dijo con fingido dolor- Maxwell, por favor confiezalo todo, dilo de una vez

Aila seguía en la puerta, mirándonos a cada uno, decidiendo a quien creerle, Melissa se acercó a ella, fingiendo estar desesperada he incluso algunas lágrimas falsas caían por sus mejillas.

¿Cómo podía ser tan buena actriz?

-Aila, lo que escuchaste fue porque Maxwell me estaba maltratando para que ocultara lo nuestro delante de tí, ¡Atrévete a negarlo en mi cara Maxwell! -alzó la voz.

-¿Eso es cierto, Maxwell?

Dijo mientras se adentraba en el despacho, se acercó a mí dándole la espalda a Melissa, la cuál tenía una cara de dolor y miedo bastante fingida.

¿En serio estaba dudando de mí?

-¿Tú tienes una relación con Melissa y la estabas obligando a mentir?

La miré perplejo y dolido
ante su desconfianza.

-No, Aila... ¿Cómo puedes ser tan descarada, Melissa?, estás completamente enferma, no se cómo le hiciste para que Samuell te mandara a que me trageras los papeles, para estar cerca de mí, vamos dilo, seguro mandaste a llamar a Aila también, ¿qué te traes?

-Maxwell, yo solo la mandé a llamar para terminar con esto de una buena vez, ¿porqué te cuesta tanto aceptar lo que sientes por mí delante de ella?, Tú sigues con ella por qué está embarazada de tí y me convenciste de ser tu amante a escondidas

Aila se giró hacia ella y la miró curiosa y asustada, ¿cómo Melissa supo que Aila estaba embarazada?, A lo mejor se lo dijo Samuell, después de todo es su novio.

-Maxwell,  por favor ya basta, ya basta yo no puedo más con esto, no puedo -me imploró con falsas lágrimas Melissa.

-No no no, esto no puede estar pasando

Dijo Aula mientras se pasaba una de sus manos por su pelo y miraba incrédula la situación, yo le tomé el rostro he hice que me mirara.

-Aila, está mintiendo, no le vayas a creer

Aila me miró fijamente a los ojos, yo traté de trasmitirle toda la verdad y la sinceridad de mis palabras a través de ellos. Luego de unos segundos se giró hacía Melissa, acercándose hasta quedar frente a frente.

-Aila, escúchame, el me dijo que solo se va a manter contigo porque estás esperando un hijo suyo, el te iba a dejar, pero al decirle tal noticia te cogió lástima y ya no pudo hacerlo

Mi paciencia llegó al límite, me acerqué a ella amenazante, importándome poco que fuera una mujer, pero Aila me detuvo y se puso en medio de los dos.

-¿Cómo puedes ser tan mentirosa? -pregunté con furia.

-Ya, Maxwell -dijo Aila.

-Aila, tú eres mujer, y de verdad, me alegra que entiendas lo que está pasando, ese hombre, no es el que tú crées

No sé que pasó, pero de la nada Aila levantó la mano y le dió una fuerte cachetada a Melissa en el rostro que hizo que lo girará hacia un lado.

-Voltéame a ver, estúpida

Le dió otra cachetada pero está vez de lado contrario, haciendo que el rostro de Melissa quedará frente al de ella nuevamente.

-No pienses que le voy a dar crédito a las palabras de una histérica como tú

Aila alzó la voz, se le veía un poco agitada, por lo que yo me acerqué a ella quedando tras su espalda, no quería que se alterará demaciado y eso pudiera afectarla a ella o al bebé.

-Escúchame bien, Maxwell es mío y estoy esperando un hijo de él ¿Sí?, Y ni tú ni nadie me van apartar de él ¿oíste?

Melissa no dejaba de llorar, pero estaba vez sus lágrimas si eran de verdad, se tocaba con su mano el lugar del golpe que le dió Aila.

Yo giré a Aila hacia mí y la abracé muy fuerte, ella correspondió al instante, sin embargo, la sentía temblar en mis brazos.

-Bien hecho, muñeca, estoy orgulloso de tí

Me giré hacia Melissa y la miré con tanto desprecio, como nunca pensé que le podría llegar a tener.

-Espero que no te vuelvas acercar a mí nunca más en la vida

Tomé la mano de Aila y la saqué de aquel lugar, nos montamos en el carro y yo conducí hasta la casa, me olvidé de que tenía que ir a la empresa, eso podía hacerlo luego de asegurarme de que Aila estaba bien.

El camino en el coche fue de silencio total, solo se escuchaban nuestras respiraciónes.

Al llegar a la casa, ayudé a Aila a bajar del auto, la cuál se giró hacía mí y me abrazó por el cuello y me dió un pequeño beso en los labios.

-Gracias por acompañarme muñeco, pero no hacía falta, deberías estar en la empresa ahora

-Claro que hacía falta, tenía que asegurarme que llegaras bien, además la empresa puede sobrevivir sin mí

Volví a besarla, me encantaba tenerla en mis brazos, bajé una de mis manos al vientre y lo toqué suavemente.

-Te portaste muy valiente y le diste su merecido a Melissa, estoy orgulloso de tí

-Esa mujer no se va a volver a meter en nuestras vidas, ya no hay nada que te impida ser mío para siempre

-Siempre he sido tuyo, muñeca, desde el primer día -sonreí.

-Mnnn, que te parece si te preparo una cena deliciosa y pasamos la noche abrazados y me mimas un poco

-Me encantaría, lo que sea con tal de verte felíz

Y la volví a besar.

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