𝘁𝗿𝗲𝗰𝗲

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Me levanté a las 8 y lo primero que hice fue bañarme, salí y me puse una pollera de jean con una remera corta blanca

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Me levanté a las 8 y lo primero que hice fue bañarme, salí y me puse una pollera de jean con una remera corta blanca. Me puse mis zapatillas y agarré mi mochilita con lo mismo de siempre, iPad, AirPods, billetera y celular.

Salí de la habitación y caminé hacia la de Julián. Toqué la puerta y esperé a que me abriera.

—Buen día, Lunita. —Me saludó agarrándome de la cintura y dándome un beso en el cachete.

—Buen día, Araña. ¿Cómo va ese tattoo? —Pregunté entrando a su habitación.

—Justo me lo estaba por desinfectar, pero no llego. ¿Me ayudas? —Me preguntó colorado.

—Obvio. —Asentí.

Fuimos hacia el baño y él se sacó la remera.

—Sentate en la bañera. —Le ordené.

Juli asintió y se sentó en el borde de la bañera. Abrí la canilla y primero me lavé bien las manos con el jabón, y después le enjuague bien el tatuaje.

—Me duele. —Se quejó.

—No mientas, no duele esto. —Me reí.

Sequé la zona con papel y después le puse un poco de crema.

—¿Está bien? —Me preguntó.

—Está hermoso. Seguro se te salga la pielcita pero es normal, tranqui. —Respondí esparciendo bien la crema. —Listo, Juli.

El morocho se levantó y se volvió a poner la remera. Salimos del baño y volvimos a la habitación.

—¿Ya nos vamos? —Pregunté.

—Sí, en 10 nos encontramos abajo. —Respondió. —¿Vos desayunaste algo?

—Todavía no. —Respondí.

Julián me miró mal y después negó con su cabeza.

—Ahora desayunas en el micro. —Habló serio.

Rodé los ojos con una sonrisa y asentí. Él se terminó de preparar y pasados los 10 minutos bajamos al lobby.

Saludamos a los jugadores y empezamos a caminar hacia el micro. Nuevamente me senté con Julián al final de todo, y al lado nuestro iban Enzo y De Paul.

Julián cebó un mate y me lo pasó, mientras sacaba galletitas y me las daba.

—Acá hay sanguchitos. —Habló Enzo al lado mío.

—Dale a ella que no comió. —Le respondió Julián.

Enzo me miró mal y me pasó un sanguchito, rodé los ojos y agarré uno mientras le devolvía el mate a Julián.

—¿Seguiste haciendo diseños? —Me preguntó el cordobés.

—Hice uno más pero ese era porque estaba aburrida. —Respondí.

𝙏𝘼𝙏𝙐𝘼𝘿𝙊𝙍𝘼 | 𝙟𝙪𝙡𝙞𝙖́𝙣 𝙖́𝙡𝙫𝙖𝙧𝙚𝙯Where stories live. Discover now