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Era el día en donde se declararía.

Eunwoo le había pedido pasar su celo con ella y ella accedió, porque estaba más que enamorada de ese Alfa con rostro pequeño, facciones que dan un aura delicada. Sus musculosos y definidos brazos, su complexión varonil y delgada. La manera en que sus ojos se cerraban cada que sonreía con ese "eye smile" que ambos compartían. Lo alto que era y como sus manos conectaban bien con las suyas, como sus brazos se sentían bien envolviendose en su grueso cuello al momento de besarse. Todo de Eunwoo le encantaba.

Eunwoo, eunwoo, eunwoo.

Siempre fue Él, incluso desde antes de presentarse como Alfa y Omega. Estuvo toda su vida enamorada de ese tonto y amable chico, a veces muy antipático con ella y a veces la mejor persona para todos. Era él, siempre fue Él de quien Lia estaba enamorada.

Así que se levanto con ganas de ese día, se arreglo lo más bonita que pudo. Maquillo su rostro con tonos rosas y dulces, sus labios gruesos estaban pintados de rojo y sus mejillas con un lindo tono melocotón. Era tan linda, con o sin maquillaje y solo esperaba que a Él le gustase.

Salió rápido de su casa, siendo acompañada por sus madres quienes notaron el entusiasmo de su pequeña.

—¿Qué tienes, Jisu? —Una voz femenina se escuchó en el auto, su mami Omega la estaba viendo con una sonrisa y una ceja levantada. Mientras que la Alfa manejaba serena, su cabello rubio caía por sus hombros y algunos cabellos locos por su rostro. La Omega mayor acercó sus manos al rostro de su esposa y acomodó su cabello detrás de su oreja y posteriormente, un beso en su mejilla sorprendió a la Alfa, misma que sólo sonrío, se amaban mucho.

Ella pensó que podía estar así con Él algún día. 

—¿No vas a responder, mmh? —Volvió a preguntar, inconscientemente sus orejitas se comenzaron a mover con emoción. Sus labios se apretaron y soltó un pequeño chillido. 

—Ya no puedo, llegamos. —Soltó mirando por la ventana. Ryujin suspiro y asintió, sonriendole como despedida. —Nos vemos en casa.

—Hasta pronto, cachorra. Cuídate. —Murmuro Yeji, mirando de reojo a su hija. Posteriormente suspiro. Hyunjin, el mayor, ya no se iba en auto con ellas, pero siempre que llegaba Jisu las saludaba. Esta vez fue distinto, porque ni siquiera apareció en la entrada.

—¿Qué pasa, Hwang? —Ryujin dijo, tomando una de sus manos. Su esposa tenía un deje triste en la mirada. —¿Yeye?

—No es nada. —Soltó, forzandose a sonreír. —Solo...Realmente no quiero aceptar que están creciendo. No quiero que de un momento a otro se vayan, no quiero que sigan creciendo, Ryu.

—Yo tampoco quiero eso... Pero solo es lo que pasará. —La Omega de Yeji no era buena con las palabras, y esa frase especialmente le dolió, bastante. —Solo tenemos que apoyarlos en todo, que es con quien más tiempo tenemos aún.

Yeji asintió y se escondió unos cuantos segundos en el cuello de Ryujin. Y luego partieron a sus trabajos. Ryujin era dueña de una cafetería, mientras que Yeji era profesora de baile en una academia. Ambas eran jovenes, habían tenido a Hyunjin a los 17, quien estaba por cumplir 18. Mientras que a Lia a los 21, quien en unos meses cumpliría 17. Hyunjin cursaba último año, y Lia por su parte, Penúltimo.

Ahora esa Omega con aroma a Fresas con Chocolate blanco se encontraba frente a su mayor, diciéndole todo lo que sentía por él. Él mantenía una sonrisa...

Gone - ChaerLiaWhere stories live. Discover now