-Quiero ver eso

Maxwell me tomó de la cintura con su mano derecha, mientras que con la otra me volteaba hacia el, para luego tocar mi mejilla delicadamente.

-Te quiero, Aila,  como no tienes idea

-Yo también te quiero, Maxwell

Me acerque más a él, cortando la distacia que separaba nuestros labios, los junté en un casto beso que me llevo al cielo, haciéndome jadear y temblar levemente.

Después de dar un paseo por la playa, regresamos a la casa, Landon y Lillie estában sentados en el sofá mientras se devoraban a besos, no pude evitar sonreír, me gustaba verlos asi, hacían una pareja increíble. Maxwell tosió falsamente dándoles a entender que ya estábamos ahí, ellos se levantaron al instante y nos miraron fijamente, Landon con una sonrisa y Lillie con un leve sonrojo.

-¡Qué bueno que llegaron! -exclamó Lillie con una sonrisa- La cena ya esta lista

-Sí, ya los íbamos a llamar para que regresaran -secundó Landon.

-Si, me imagino- dijo Maxwell en tono burlón.

-Bueno ya, pasemos a la mesa -sonreí.

Todos nos encaminamos al comedor, mientras que Landon terminaba de poner algunas cosas en la mesa y luego se sentó.

-¿Qué les parece si primero brindamos? -preguntó el anterior mencionado.

-Me parece perfecto -dijo Lillie.

Landon saco las copas y las lleno de Champán, ellos las alzaron y después le dieron un pequeño sorbo, yo ni siquiera la probe, no podía beber por mi embarazo.

-¿Por qué no bebes, mi amor? -Maxwell me miró intrigado.

-No, ella no puede -intervino Lillie.

-¿Por? -preguntó Landon.

-Es que me ha dolido la barriga últimamente, no quiero ingerir nada de alcohol -mentí descaradamente.

-Si tu lo dices -Maxwell de encogió de hombros- Entonces espérame aquí, te traeré un refresco

Maxwell se levantó de la mesa y se dirigió a la cocina, mientras que Lillie empezó a servirnos con la ayuda de Landon,, el teléfono de Maxwell, que se encontraba a mi lado empezó a sonar, así que lo contesté.

-¿Hola?

-Necesito verte, Maxy

Me congelé al escuchar la voz de Melissa al otro lado del teléfono, es que acaso no se cansaba de rogarle a Maxwell por un poco de atención, al escuchar que nadie contestaba continuo hablando, con un tono bastante desesperado.

-Maxwell, ¿me escuchas?, tengo que verte, te extraño

Observé atentamente a Maxwell, el cuál llegó a mi lado, puso el refresco sobre la mesa y yo le tendí su teléfono, el dudó pero al final lo cogió, eso sí, sin apartar su mirada oscura de la mía.

-Es para ti

El se lo llevó al oído sin quitarme la vista de encima, yo solo me cruze de brazos, obviamente molesta, es que

¿Quién se creía ella que era?, no podía dejarlo empáz de una maldita vez.

-Hola… ¿Melissa?... búscate a alguien más Melissa, no me molestes de nuevo

Sin más le colgó y dejó el móvil en la mesa, yo me levanté muy enojada y fruncí en ceño con fastidio.

-Esto me parece el colmo, Maxwell -me crucé de brazos.
-¡Cálmate, Aila!

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