El cansancio al final hizo de las suyas, provocando que Neteyam cayera dormido, sintiendo en los últimos instantes un calor familiar, agradable, que lo hacía sentir protegido y cómodo.

Las atokirinas lo rodeaban, esperando que eso le brindara paz.

Tuk le entregó el plato a su hermano, este agradeció con su mirada

ओह! यह छवि हमारे सामग्री दिशानिर्देशों का पालन नहीं करती है। प्रकाशन जारी रखने के लिए, कृपया इसे हटा दें या कोई भिन्न छवि अपलोड करें।


Tuk le entregó el plato a su hermano, este agradeció con su mirada.

—¿Estás preparado? —Kiri lo tomó del hombro, mirándolo con preocupación.

Neteyam asintió.

—Creo que ya es momento —murmuró—, ya estoy bien conmigo mismo, y estoy decidido a verla.

Kiri le sonrió.

—Te acompañaré a la Caleta, y estaré al pendiente de cualquier cosa.

—Gracias Kiri —este la miró—, tu apoyo es de mucha ayuda.

Comieron con tranquilidad, notando como el atardecer se avecinaba.

Antes de anochecer total salieron en los ilu, un viaje tranquilo y silencioso, Neteyam se preparaba mentalmente para cualquier posibilidad.

Tenía miedo, nervios, unas ganas de llorar se acomulaban en su pecho, era un remolino de sensaciones, pero eso no lo iba a desanimar a su objetivo principal.

Kiri se quedó en su ilu, observando como su hermano bajaba al árbol, mirando cada ramificación de este antes de establecer el vínculo.

—Por favor Gran Madre —Kiri susurró, cerrando sus ojos—, dale una oportunidad como me la diste a mí.

Kiri estaba consciente que Neteyam solo visitaría un recuerdo, pero Kiri misma había conectado con su madre cuando nunca compartieron momentos.

Pidió a Eywa de que Neteyam tuviera esa misma oportunidad.

Neteyam tomó una ramificación de aquel árbol con cuidado, estableciendo el vínculo con temor, sus manos temblanban. Cerró sus ojos, sintiendo como pasaba por el ojo de Eywa.

Era la primera vez que sucedía, había conectado antes, pero no de aquel modo.

Tomó conciencia en la Caleta de los Ancestros, caminando por inercia cerca a las aguas.

La vio, pero no como realmente esperaba.

Aún así sus ojos se llenaron de lágrimas, se encontraba jugando con un Payakam bebé.

Ella reía y disfrutaba de aquel momento, su mano permanecía vendada, con algunas manchas de sangre.

El sonido de unas hojas siendo destruidas la hizo voltear, en alerta.

—¿Quién es usted? —cuestionó, acercándose a Payakam—, ¿por qué es diferente a mi?

Neteyam se miró a si mismo mientras secaba sus lágrimas.

Aloha Oe - Neteyam Sully (Avatar) जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें