...14...

1.2K 75 2
                                    

Al día siguiente.

Estaba viendo a Robby golpear un saco con demasiado enojo, supongo.

— TN: ¿Te ocurre algo?
— Robby: No.
— TN: ¿Seguro?
— Robby: Si, LaRusso. (Me acerco a él)
— TN: Te conozco, Keene. Te ocurre algo ¿Qué es?

— Sam: Mira, Miguel no...

Ambos volteamos a ver a Sam.

— Sam: No puedo hablar ahora. ¿Puedes decirle a Aisha que me llame?... Creí que era Aisha.

Conozco a la "good girl" que es mi hermana, esa explicación no era para mi.

— Robby: Puedes hablar con quien quieras.

No me esperaba esa respuesta, casi me río.

— Papá: Hola chicos.
— TN: Hablamos luego.
— Robby: No es nada, de verdad.

— Papá: Muy bien. Asistencia perfecta el primer día.
— Sam: Entonces... ¿Nuestra primera lección?
— Papá: Ya lo verán. Síganme. Vamos.

Los tres lo seguimos hasta el patio delantero, donde toma un saco de cal y hace un círculo en el suelo de arena.

— Sam: Si jugaremos en la arena ¿porque no vamos a la playa?
— Papá: No, hoy no. Hace mucho tiempo que este dojo no tenía más que un alumno. Y creerán que con tres tendrá el triple de defensa, ¿cierto?

Los dos asiente, yo niego. ¿Porque? por la simple razón de no seguir la corriente.

— Papá: Correcto, TN. Lo que dije anteriormente es completamente falso. Uno de los principios del karate Miyagi-Do... Es siempre moverse en círculo. Y con la técnica de la rueda pronto verán que tres personas pueden ser tan fuertes como treinta. Bien, ¿están listos?

— Robby: Si, señor LaRusso.
— Sam: Hagámoslo.
— TN: Si.

— Papá: Muy bien, entren al círculo.
— TN: ¿Los tres?
— Papá: Empecemos con dos. Robby y... Sam.

Ambos entran al círculo, hacen su saludo hacia el sensei, luego se miran y se saludan entre sí. Empiezan a practicar.

— Papá: Tu y yo tenemos una platica pendiente.
— TN: ¿Enserio? ¿Cuál?
— Papá: Ven.

Entramos al dojo, nos sentamos.

— TN: ¿Qué pasa?
— Papá: TN... No entiendo ¿porque dices que preferimos a tu hermana?
— TN: ¿No lo sabes? (Lo miro seria) Siempre priorizan a Samantha, hace años peleabamos, TN no moleste a tu hermana, TN eres la mayor compórtate, TN deja en paz a Sammy, TN esto, TN lo otro.

— Papá: Eso n-
— TN: Me mandaron a un internado en Japón.... JAPÓN. Les importo tan poco que ni siquiera me fueron a traer al aeropuerto. ¿Alguna vez me visitaron? No. Así que ahora no me vengas conque no sabes porque digo que prefieren a Sam. Creo que hasta Antony lo siente asi. 

— Papá: Pensé que ahora se llevaban bien.
— TN: Estar en tregua no es lo mismo que estar bien. Si la tregua no funciona, se va ella, porque yo ya me fui una vez y si hablamos de posición, yo llegue primero a esta familia.

Papá solo suspira y ambos salimos. Vemos a Robby y Sam como bailando.

— Papá: No. Ambos deben estar sincronizados. Si no, está técnica no funciona.
— Robby: ¿Técnica?
— TN: Eso parece más un baile.

— Papá: Sam, ven acá. TN entra al círculo.
— Sam: Pero yo estaba entrenando.
— Papá: Chicos confíen en mí, si dominan esta técnica, nadie se meterá con ustedes. Vamos, intentenlo.

Entró al círculo y empezamos a intentar la técnica con Robby.

— Papá: Abajo, TN, brazo izquierdo arriba. No, juntos, al mismo tiempo.
— Robby: ¿Cómo hacerlo al mismo tiempo cuando no podemos vernos?
— Papá: Deben sentir lo que hace el otro, aunque no puedan verlo.

— TN: ¿Como se supone que se hace eso? ¿La fuerza de Star Wars? (Su teléfono suena)
— Papá: Si debo ir a ayudar a su mamá con algo. Solo sientanlo ¿bueno? Volveré lo antes que pueda. Turnense y sigan practicando. (Seguimos entrenando y papá se va)

A los minutos recibo una llamada.

— TN: ¿Alo?
— Papá: Sé que estás enojada pero Tom Cole se llevó a los mejores vendedores, necesitamos vender 10 carros hoy para cumplir la cuota, te necesitamos.
— TN: ¿Porque no llamas a Samantha?
— Papá: TN... Vamos.

— TN: Solo porque el dinero me importa. (Le cuelgo y salgo hacia el concesionario)

Nada más llegó mamá me espera con un vestido.

— TN: Esto no es lo que tenía planeado.
— Mamá: Lo sé, cariño. Pero necesitamos tu ayuda.

Me cambio y los tres nos paramos en la puerta, cliente que entraba, cliente que atendíamos.

Continuará

La otra LaRusso - Robby Keene ©Where stories live. Discover now