i wanna be free

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" — A lo largo de la historia han existido historias de padres e hijos imperfectos, y al igual que con Geppetto y Pinocchio, la historia del joven Candlewick y su padre no era la excepción. Sólo que, aquellas imperfecciones que hacían que se alejaran de sus padres, fueron las que los terminarán uniendo de por vida."


Fue en aquella fría y oscura donde algo dentro de ambos niños cambió, con un pequeño Candlewick temeroso por la guerra y la posibilidad de morir en la destructiva y cruel guerra, mientras que por el lado del niño hecho de madera una sonrisa y emoción ingenua era parte de su sistema, ambos mirando al mismo techo, pero con pensamientos totalmente diferentes.

El pobre niño humano estaba con la cabeza hecha un lío, temía, temía muchas cosas, el morir, no ser el orgullo de su padre, la incertidumbre de si esa despedida con su madre sería la última vez que la vería, lo mucho que la extrañaba...Apenas horas atrás se había despedido de ella, pero él ya la extrañaba como nunca antes lo había hecho, era su madre después de todo.


— ¿Tienes miedo de morir? — Preguntó en un tono tan temeroso como sincero el de cabellos castaños.

— ¿Yo? ¡No! Yo ya me morí dos veces, no es tan malo. — Respondería con total calma y alegría aquel que una vez fue llamado "marioneta sin hilos". — Allí hay unos conejos que juegan baraja. ¡Ah! ¡Y hay mucha arena! ¡Mucha arena azul! —


Aquello que podía sonar como una tontería logró sacar de su preocupación al hijo del general por unos momentos, incluso dejando salir una pequeña pero adorable risa a pesar de las lágrimas que caían suavemente por sus mejillas.


— Eres raro, pero me alegro que hayas venido. . . — Soltó Candlewick aún limpiando sus húmedas mejillas, pero con una sonrisa de oreja a oreja que decoraba su rostro. — Oye. . . ¿Pinocchio? ¿Puedes prometerme algo?

— ¿Hmm? ¿Qué es eso? — Preguntaría con una inocencia genuina de su edad el pequeño Pino.

— ¿No sabes que es una promesa? — El recién mencionado negaría con la cabeza, con esta respuesta, el otro niño suspiraría. — Una promesa es como un juramento, dos personas se prometen algo y tienen que cumplirlo, porque las promesas no se rompen. . .

— ¿Y qué es lo que se prometen? — Preguntaría nuevamente.

— Bueno, eso depende. Por ejemplo, ¿podrías prometerme. . . no lo sé, cuidarnos mutuamente mientras estemos aquí?


El nerviosismo y el pensamiento de que quizá era un tonto por estar diciendo ese tipo de cosas comenzaban a carcomerle nuevamente la mente, sin embargo, la respuesta del otro niño fue bastante contundente.


— ¡Claro Candlewick! Lo prometo.


Respondería con calma y su ya acostumbrada sonrisa, tomando por sorpresa al otro niño, quien no parecía esperar una respuesta positiva tan pronto.


— Wow, ¿De verdad? — El niño no podía ocultar lo feliz que aquellas palabras le habían hecho, viéndose reflejado en el brillo en sus ojos. — Y yo te prometo apoyarte y estar para tí, te defenderé de quien sea que quiera atacarte, y. . .


Sus palabras parecieron perder el rumbo en el momento que notó que aquel niño de madera lo miraba atentamente, cosa que le hizo ponerse ligeramente nervioso sin razón aparente, según el pensamiento del niño humano.
La cabeza de Pino ladearía ante el balbuceo repentino de su ahora primer amigo.

quit // pinowickWhere stories live. Discover now