Hongjoong se encontró en su habitación por última vez, caminando en silencio, trazando y esculpiendo los bordes de la casa de su infancia. Aterrorizado de olvidar. Quería recordar hasta el último detalle y cómo se sentían los muebles de madera y las tallas contra sus dedos. Le dolía el corazón, pero no podía hacer nada al respecto. Le habría rogado a Seonghwa que le permitiera tomarlo todo, pero no era realista y no tenían la capacidad para hacerlo.

"Ven cariño, lo verás todo de nuevo". La voz profunda como el chocolate hizo eco a través de la habitación casi vacía. La atención de Hongjoong se centró en Seonghwa, con el corazón lleno de dolor.

"¿Lo prometes?"

"Por supuesto. Tendrás lo que quieras conmigo".

"¿Está usted seguro de eso?"

"Tan claro como el día y la noche. Nunca dejaré que estés triste o molesto. No pasará un día. Solo dímelo y lo besaré".

Hongjoong sonrió y con fuerza apartó los dedos de la curva del marco de su cama para caminar hacia Seonghwa. Se abrazaron cordialmente, inhalándose el uno al otro. Hongjoong sintió el frío contra su calor.

Caminaron juntos, en silencio por los pasillos, a la gran escalera y al vestíbulo de entrada principal. Luego, afuera. Estaba el grupo y los caballos que Wooyoung había dejado en su lugar. Su familia ya estaba parada allí, esperando.

"Llegaremos a tiempo para tu boda". Su hermano habló, estrechando la mano de Hongjoong con firmeza. Todos se abrazaron, breve y fugazmente antes de que Hongjoong se encontrara montando un caballo. Aunque se sentía surrealista.

Después de más despedidas y suspiros sin aliento, la comitiva se alejó de la finca y desapareció en la oscuridad de la noche.

Viajaron durante una semana, descansando poco a poco. Hongjoong era el que se cansaba más fácilmente de todos, el menos viajado de todos.

Pasó una semana, una semana hasta que una mañana llegaron a la amplia finca de la familia de Park Seonghwa.

Había una presencia antigua y amenazadora, aunque estaba bien cuidada. La entrada principal estaba muy escondida, entre zarzas cubiertas de maleza y hermosos árboles. Hongjoong quedó prendado de inmediato, la intrincada arquitectura y la anchura de las tierras.

"¿Te gusta?"

"Es hermoso." No había nada más que decir.

El recorrido por los terrenos fue breve, teniendo en cuenta el cansancio del cuerpo viajado de Hongjoong. En cambio, Seonghwa le mostró su habitación, el lugar donde se hospedaría antes de que se casaran oficialmente y pudieran compartir una cama, que era un espacio bien iluminado y bien cuidado. No era tan grande como su habitación en casa, pero estaba destinada a ser temporal, por lo que Hongjoong entendió el propósito que tenía.

Sus huesos estaban cansados ​​y durmió durante muchas horas. Sin sueños, perdido en un manto de reconfortante oscuridad. Se olvidó de todo mientras dormía, cada preocupación y ligera ansiedad se desvaneció.

Los días siguientes fueron de preparación para su boda. Invitaciones y mensajeros enviados para viajar lo más rápido posible a todas las familias cercanas y aliadas también. Hongjoong estaba atrapado en las pruebas de un hermoso traje de marfil, destinado a representarlo como una virgen tonta, algo que ya le faltaba. Sin embargo, solo había sido con Seonghwa y, por lo tanto, no se sentía tan mal por el secreto que habían guardado entre ellos. Se hizo un velo y se llenó todo un salón de baile con adornos florales. Hongjoong no podía imaginar cómo se obtenían estas flores al borde del otoño y el invierno. Pero no se quejó, porque el olor del salón era como el de la primavera y lo regocijaba.

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