⁕One Last Time ⁕

⁕ V ⁕

"¡Ajá! ¡Un verdadero hombre!" San rió de buena gana, sosteniendo su copa dorada de cerveza con una sonrisa.

"Sí y de alguna manera el resto de nosotros no somos hombres". Yeosang puso los ojos en blanco, sin gracia.

"No, no, todos ustedes lo son, pero no *verdaderos* hombres", San se sintió de una manera particular mientras bebía el resto de su cerveza y dejaba la copa a un lado. Un sirviente que se apresuró a llenarlo, agitó la mano con desdén, no deseando emborracharse demasiado si todos iban a salir y entrenar.

"¿Entonces Jongho y yo pelearemos, y el resto mirará?"

"Depende de Lord Hongjoong", pronunció Seonghwa. Tenía la costumbre de hablarle solo a Hongjoong si hablaba, y cuando su voz resonó para que el resto del grupo la escuchara, todas las cabezas se giraron con curiosidad. Su voz era seductora e imposible de ignorar. Era como respirar aire, se sentía necesario.

Hongjoong también había mirado a Seonghwa en ese momento, pero poco después, apenas logró apartar la mirada de los rasgos más finos de la mesa solo para mirar hacia San y Jongho. Luego se dirigió al resto con una lenta intención. Yeosang y Wooyoung parecían ser los más disgustados con la propuesta, al menos así se veía en sus rostros. Pero el resto no parecía inclinarse en un sentido u otro.

"Bueno, no veo ningún daño en hacer una actividad grupal". Hongjoong finalmente habló, sin recibir respuestas inmediatas. En cambio, terminarían sus conversaciones y San terminaría de comer antes de que todos se pusieran de pie y comenzaran a caminar hacia el patio principal donde estaban todas las armas y los maniquíes de combate.

Seonghwa estaba en la parte de atrás del grupo, Yunho y Mingi estaban justo detrás de Hongjoong, aunque estaban hombro con hombro. Yeosang parecía desinteresado y se había apartado del grupo, inspeccionando en cambio la arquitectura de la propiedad. Wooyoung y San estaban cerca de Hongjoong, flanqueándolo con una cantidad persistente de interés, mientras que Jongho lideraba la manada deseando obtener la primera selección del arma con la que entrenaría.

La zona estaba como siempre. Había estantes con una plétora de diferentes opciones de armas, aunque la mayoría eran diferentes tipos de espadas. Era inusual en esta época luchar con este tipo de armas, pero los nobles participaban en este entrenamiento por afición, entretenimiento y defensa personal fuera de un verdadero campo de batalla. Después de todo, en estos tiempos de paz era poco probable que alguno de ellos tuviera que luchar.

Jongho estaba inspeccionando un arma grande, una gran espada de dos manos. Era una cosa grande y fea, sin adornos particulares. Era simple, un arma que hablaba solo en combate, y el metal oscuro con el que estaba hecho parecía una tormenta siniestra, las nubes que surgieron de la nada y se apoderaron de todo lo que era precioso y bueno. Al final, Jongho lo recogió, arrastrándolo por el suelo. Ninguna de las espadas estaba particularmente afilada, pero el señor más joven de todos parecía particularmente amenazador cuando se situó en un lado de la zona de combate, una arena improvisada de gravilla marrón y llena de tierra y arena. Era para facilitar el movimiento, libre de hierba y malezas.

Mingi murmuró algo, una mirada de pura concentración en sus rasgos mientras los seis se acercaban para observar el espectáculo que se avecinaba. Yunho miró a Mingi, aunque no reconoció completamente lo que se dijo.

El estómago de Hongjoong estaba dando volteretas, las apuestas no estaban destinadas a ser altas. Entonces, ver un arma tan grande ser sacada de los bastidores y arrastrada a la batalla, fue preocupante.

A diferencia de Jongho, San había elegido un arma delgada. Una espada también, aunque era mucho más corta y tenía hermosos grabados a lo largo, la empuñadura estaba impecable con una joya roja de origen desconocido clavada en la parte superior.