Capitulo 1: Nuevos alumnos

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Enid Sinclair sostenía orgullosamente su diploma en la palma de su mano derecha. En la mano izquierda, sostenía una rosa de color roja la cual su padre le había enviado como regalo de graduación; finalmente era profesora de Literatura.

Giró su cabeza hacia atrás al notar agua golpeándole la espalda y luego papeles de colores rodearle el cuerpo de arriba abajo. Divina sabía perfectamente como hacerla sentir bien. Comenzaron juntas la escuela primaria, con tropiezos la castaña había acabado el secundario y ahora ambas portaban su certificado universitario. Las metas que habían puesto para compartir finalmente se estaban cumpliendo.

Ahora, con sus veintiún años recién cumplidos, comenzaba ese largo camino a forjar su vida dedicándola a su vocación; la enseñanza era en ella lo que Van Gogh pintaba o Poe plasmaba como poema. Era lo que el resto de sus días quería hacer, saltando aquello que podía llegar a obligarla para abandonarlo.

-Anne dará una fiesta ahora en su departamento, Vienes? - Divina, al igual que Anne, se habian formado como profesoras de danza y juntas soñaban con fundar una academia a comienzos del año siguiente

-No lo creo, Div, mañana tengo una entrevista, debo acostarme temprano y descansar.

-¡Enid! - le reprochó ella. Las fiestas para Divina eran algo indispensable cuando las cosas salían bien - Solo un rato, luego yo misma te llevo al departamento.

-La última vez que me dijiste eso me dejaste en el equivocado, ¡A casi veinte cuadras del mío! No Divina, gracias pero iré a casa en taxi - refutó ella guardando su chaqueta bajo su brazo y alistándose para salir del edificio que ya no tendría que volver.

-Está bien, pero este sábado no te salvas. Me voy, Yoko debe estar esperando para que nos bañemos juntas - se despidió alegremente saludando con la mano. La castaña soltó un corto adiós e imitó el gesto.

Terminó por bajar los escalones de la Universidad y, en la calle, detuvo un taxi dispuesta a llegar a casa en un horario en el que pudiera terminar de arreglar las cosas para el día siguiente; cenar, darse una ducha y finalmente descansar en su cama leyendo la parte final de Captive Heart de Sarah Mc Kerrigan; aquel libro romántico que comenzó a leer la mañana anterior durante el desayuno.

Estaba cerrando el libro cuando su teléfono comenzó a sonar desde la mesa de luz, con cansancio, estiró la mano para tomarlo y atender rápidamente.

-Hola.

-Hija, ¿Te ha llegado mi regalo?

-Hola papá, sí, la rosa estaba preciosa, gracias por el detalle.

-Oh hija, para nadie un regalo es una rosa, hablo de lo otro.

-¿Qué otro? No, lo siento, aún no me ha llegado nada, ¿De qué se trata?

-¿Si te lo dijera seguiría siendo sorpresa? No seas tonta, Enid! - bromeó el hombre con una pequeña risa que contagio a la pelinegra. Seguramente llegará mañana, estate atenta que tal vez llegue temprano o tal vez no.

-Papá, mañana tengo muchas cosas que hacer.

-¿Sigues con esa idea de viajar a ese pueblo? ¿Cómo se llamaba...?

-Jericho, y si aún sigo con eso, allí faltan muchos profesores por lo que sería una oportunidad agradable aprovecharla.

-¿Viajarás sola?

-Sí, Divina se fue de fiesta con Yoko por lo que dudo quieran acompañarme

-Pasaré por ti, no irás a ese lugar sola, es un pueblo olvidado en el que solo los delincuentes lo habitan.

-Papá, no hables asi, no conoces nada de allí.

-Por favor, Enid, leo periódicos y miro el noticiero, con eso me basta.

Language of love - WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora