Capítulo 14: Corazón

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Junté nuestras frentes y cerré mis ojos.

—Nunca te vayas de mi lado, Eisherz. —murmuré.

—No lo haré.

—Prométemelo.

Eisherz me sostuvo de las mejillas y se inclinó hacia atrás para poder conectar nuestras miradas. Sus ojos me transmitían bondad, tranquilidad... No existía una persona en el mundo en quien pudiera confiar que no fuera él.

—Necesito que lo hagas. —rogué.

—Lo prometo por sobre mi vida.

Y en cierto modo, sabía que no mentía.

—Lamento interrumpir cualquier momento asqueroso de romanticismo que se supone que ambos están teniendo ahora mismo. —ladeé la cabeza y observé a Aren recostado en el marco de la puerta de entrada del laboratorio con los brazos cruzados— Pero tienes visita.

—¿Visita?

—Tu preciosa vecina que desprende una fragancia tan exquisita que solo soy capaz de imaginármela...

—Por favor. —levanté la mano para que se detuviera— No quiero saberlo.

Aren se encogió de hombros.

Nos movimos hacia la planta superior, asegurándonos de que el laboratorio quedara completamente cerrado. El sonido del timbre comenzó a resonar en mis oídos ahora que estaba más cerca.

—¿Es en serio? —escuché la voz de mi chico y me giré a medio camino.

—¿Qué pasa? —masculló Aren mientras se deshacía de su ropa.— Ella me conoce como Mr. Hugs. No quiero presionarla con mi belleza deslumbrante.

Puse los ojos en blanco.

—¿Y tienes que desnudarte aquí? —espetó, Eisherz.

—Pues sí.

—¿No ves que está Madison delante? —las manos de Aren desabrocharon su bragueta del pantalón con un gesto de desinterés en su rostro.

Debería apartar la mirada. —fue lo primero que me vino a la cabeza en ese momento.

Pero no lo haces.

—¿Y qué? —ojos rojos elevó una de las comisuras mientras mi chico lo fulminaba con la mirada— No es nada que no haya visto antes. Sí recuerdas que el otro día cambié delante de ella, ¿no?

Cuando Aren intentó bajarse los pantalones, Eisherz lo sostuvo de la muñeca.

—Aren... —masculló entredientes. Su tono ocultaba una amenaza.

—Si no quieres que me vea, ¿por qué no le dices a ella que se de la vuelta y ya está?

Madison. Están hablando de ti. REACCIONA.

El timbre sonó una vez más y me sobresalté.

—¿Eh? —recorrí con la mirada a mi chico y a Aren y enseguida me di la vuelta— Lo siento.

Me mordí el labio inferior y me di dos golpes mentales.

Acabas de verte como una estúpida-pervertida.

Gracias por todo, conciencia. Eres de mucha ayuda.

—Ya puedes abrir la puerta, Mad. —murmuró mi chico. Ni siquiera lo miré antes de girar la manivela.

—¡Buenos días, vecina! —exclamó Betsy con una de sus grandes sonrisas.

No la había visto desde aquel incidente con mi jefe. Admito que pensé en hablarle, preguntarle el por qué de su arrebato. Pero no era mi vida, no me incumbía. Si ella hubiera querido contármelo, me lo habría dicho. A fin de cuentas, solo éramos conocidas.

EisherzTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang