-No es cierto -negué firmemente- En ningún momento esas palabras salieron de mi boca

-Aila Saldivar, tú me dijiste que estabas con él, incluso escuché tus gemidos

Me sonroje notablemente, ¿mi madre no tenía pudor alguno acaso?, Cómo es que podía hablar tan fácilmente de esos temas, cuando a mi me daba muchícima vergüenza tan siquiera pensarlo.

-Ya lo sé, pero te mentí, no era Donnan el hombre con quién estaba -confesé.

-¿Por qué lo hiciste? -me miró dolida- Tú nunca me has mentido, esto es lo que ocurre por venir a vivir con Maxwell

-No lo metas en esto -bufé enojada- Él no tiene la culpa

-¿A no?  -Alzó una ceja- Entonces explícame, porque quiero saber cuál es la razón para que mi hija me haiga mentido 

Sabía que mi madre tenía razón, en parte si era por Maxwell, pero cómo decirle la razón, no podía decirle que me estaba acostando con él.

-Ya te dije que no es por él mamá -suspiré- Y si no te dije la verdad es porque no quiero que sepas quién es la persona, al menos por ahora

Ella me soltó las manos y se levantó del haciento, estaba enojada, lo sabía muy bien, ¿pero que podía hacer yo?, era mi madre y la conocía, si le decía la verdad, ella reaccionaría mal, muy mal.

-No debí dejarte venir a Inglaterra-dijo con duresa- No debí dejar que vinieras a vivir con Maxwell, el no es un buen ejemplo para tí, llevas menos de dos meses con él y ya te crees con derecho de ocultarme cosas y encima mentirme, ésta no eres tú, no es la hija que yo crié, la que confiaba en mí

Ahora la que se estaba enojando era yo, nunca antes le mentí porque nunca tuve una razón, pero ahora sí, ahora tenía que proteger algo que me hacía felíz, tenía que proteger mi relación con Maxwell, o lo que sea que tuvieramos, pues aún no le poníamos nombre.

Me levanté igualmente del sillón y me pare frente a ella, plantanole cara, ella  estaba con los brazos cruzados y el ceño levemente fruncido.

-Por eso no te lo dije, eres una histérica -la señalé con un dedo- No te lo conté porque te conozco, tu nunca piensas con claridad, solo reaccionas sin pensar, te dejas llevar por tus impulsos y lo terminas arruinando todo

-No me hables así Aila, soy tú madre y me debes respeto

-Se supone que este momento iba a ser muy diferente, que íbamos a pasar tiempo juntas, pero no, tú siempre lo arruinas todo -alcé un poco la voz- Es mi vida mamá, así que no te metas y déjame vivirla

-Claro que me meto, me preocupo por tí, has cambiado, te has vuelto altanera, no puedes hablarme así, dejar que vivieras con Maxwell fue la peor desición que tomé en toda mi vida

Mi madre estaba subiendo el volumen de su voz, no me gustaba que me gritara y ella lo sabía.

-Pero yo me encargaré de que vuelvas a ser tú -sentención con dureza- Recoje tus cosas, nos regresamos a Estados Unidos inmediatamente

Y ahí lo entendí todo, por esto fue que ella vino, quería que yo regresará con ella, por eso estaba discutiendo, quería provocarme y obligarme a volver, ¡Dios Mío!, la conocía a la perfección, esta visita repenteina no tenía otro objetivo más que obligarme a regresar con ella. 

-No lo haré, así que vete sacando esa idea de la cabeza -protesté- Aquí estoy muy bien, no pienso volver contigo, no puedo hacer siempre tu voluntad

-Es una orden Aila, eres mi hija y me tienes que obedecer, nos iremos a Estados Unidos de nuevo y nunca más volverás a ver a Maxwell, de eso me encargaré yo

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