Yo por mi parte, me quedé en California. No quería irme, me daba la sensación de que si me iba la estaba traicionando a ella y a todo lo que habíamos vivido.

Había aceptado ir a la Universidad aquí, esperaba que por lo menos eso me despistara un poco. Estudiaría idiomas, porque realmente me había parecido menos aburrido que estudiar algo como 'derecho' sin embargo, ni siquiera estudiar ruso, castellano y alemán me entretenía.

Me culpaba porque Arianne debería estar aquí conmigo, me frustraba cuando no entendía algo y me daba la sensación de que ma belle podría explicármelo y entonces lo entendería.

Había suspendido los primeros exámenes, pero me era indiferente.
Me lo merecía, no había movido un dedo para que eso fuera distinto.

Me sentía solo. Muy solo sin ella.

Los padres de Arianne se dedicaban ahora solo al trabajo. Se habían mudado junto con sus abuelos a Washington D.C. hacía cinco meses. Solo aguntaron un mes, mientras duraron los papeleos. Luego se evaporaron sin despedirse.

Últimamente mi única compañía era el viejo Mike.
Él era el único que me acompañaba en estos momentos. Nos teníamos el uno al otro para recordar buenos tiempos de nuestro ángel.

Ahora podía sentir el cosquilleo provocado por el alcohol en mi organismo. Entre las sombras de mi habitación podía ver su cara, como todas las noches, cuando cerraba los ojos.

Lea también había desaparecido después de ESE día. Cuando la ambulancia se llevó a ma belle, me llevó a la playa y allí hablamos. Me hizo meterme en el agua para que se me aclararan las ideas y pudiera entender lo que me iba a contar.

En ese momento no comprendí nada de lo que me explicó, pero después de pensar en sus palabras una y otra vez durante semanas acabé entendiendo el por qué mi novia había acabado con dos agujeros de bala en su pecho.

-Eric, te voy a explicar lo que acaba de suceder, pero tienes que prometer que no darás detalles a nadie... la muerte de Arianne quedará como un atraco que salió mal... la policía no dará detalles y si lo cuentas, nadie te creerá -su voz era firme aunque se le notaba triste.

-Ella...- fue lo único que conseguí articular. Nos sentamos en la arena lejos de dónde estaban los bañistas.

-Ella está muerta Eric, lo siento... -dijo esta vez llorando. Se limpió sus mejillas con el dorso de la mano y respiró profundamente.

-El caso es -continuó con voz ahora más firme- que Arianne te contó que su tía se había suicidado.

Asentí confundido, qué tenía que ver eso con la muerte de mi novia. Las gotas goteaban en mi cuerpo y aunque el sol brillaba, sentía frío, mucho frío.

-Ella nunca se suicidó, la asesinaron -me quedé en silencio para que ella continuara- Era un agente del gobierno infiltrada en una mafia que se dedicaba al contrabando de droga.

-Ella... ¿ella no era profesora de ballet?

-Sí, solo que se hizo amiga íntima de Julia Orwell.

-¿La directora?

-La misma, en el viaje a Paris en el que tu madre conoció a tu padre, Julia conoció a Aleski Kozlov, el hijo de Gael Kozlov.

-¿Quién es Gael Kozlov?

-El que le disparó a Arianne..

Me llevé las manos a la cabeza y levantándome pateé la arena con fuerza. No entendía nada.

-No entiendo nada.

-Calma -me pidió Lea, intentando esbozar una sonrisa- Julia decidió aceptar la profesión de su novio y durante años se dedicaron al contrabando sin que nadie pudiera demostrar nada. El gobierno captó a Helen desde muy joven, se le entrenó para que se hicera amiga de Julia y se infiltrara en la red. Nadie sospechó nunca de ella, porque Julia la había visto crecer, no olvidemos que mi madrastra también era amiga de tu madre.

Quiero darte un besoWhere stories live. Discover now