You Make It Feel Like Christmas

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— Oh, calla, estas hermosa. —Angel apoyó su mano sobre la rodilla de su hermana— Yo debería estar nervioso.

Y lo estaba. Oh, realmente estaba nervioso.

— Es la familia de Husk y él es importante para ti. Así que quiero hacer la mejor impresión posible. —Molly lo regresó a ver y se apoyó contra su hombro— Nunca te había visto tan feliz esta época del año y quiero que siga así.

Angel abrazó contra su costado a su gemela y la apretó contra su cuerpo. Una mezcla de gratitud y felicidad casi nubló su mirada y tuvo que parpadear múltiples veces para no arruinar su meticuloso maquillaje natural.

— Solo no huyas cuando las cosas se pongan raras. —Angel pidió, mitad en broma, mitad en serio— No estoy muy seguro de cómo es Rosie, pero Al no va a bajar su nivel de intensidad solo porque tú estés ahí.

— Oh, es solo canibalismo. —Molly se enderezó, agitando su mano para quitándole importancia— No me digas que no has querido arrancarle el apéndice a un idiota de un mordisco.

Angel lanzó su cabeza hacia atrás y rio con fuerza.

— Buen punto. Pero no he querido comérmelo. —Él se detuvo frente a lo que llamaría una mansión inglesa en medio de la ciudad, pero seguramente solo era una casa grande con chimeneas a los costados y seudo-torres— Bien... llegamos. No hay vuelta atrás.

— Tranquilo, son pecadores como nosotros. —Molly picó su nariz— Ellos también cometen una atrocidad a la vez como todos nosotros.

Angel rio entre dientes y se bajó de su auto, acariciando por última vez el costado. No era un fanático de estas cosas, pero había algo gratificante en tener su auto soñado y haberlo modificado a su gusto. La franja lateral era de fucsia y las llantas blancas tenían su marca de Overlord.

Si años atrás alguien le hubiese dicho que iba a ser uno, Angel se hubiese raído a carcajadas. Años atrás él ni siquiera tenía su propio dinero, menos aún una marca que el Infierno reconociera como suya. Y ahora ahí estaba, él había vencido sus propios horrores, había conquistado al hombre de sus sueños y por primera vez en su vida estaba entusiasmado por la navidad.

Eso último era lo más inverosímil de su existencia.

Angel arregló su cabello, jugando un poco con el peinado para que fuese una mezcla de un corte femenino sobre los hombros y los clásicos peinados de caballeros de un siglo atrás. Molly acudió a su lado, luciendo un hermoso traje con falda hasta los tobillos y de hombros anchos. La mezcla entre blanco y rosa resaltaba bien en ella. Angel había optado por un pantalón de vestir negro, de esos que iban hasta la cintura color gris, una blusa estilo victoriana con encajes a la altura de su pecho y ajustado a la cintura, resaltando sus curvas. Él ofreció su brazo a su hermana y se encaminó a la entrada de la mansión.

No había vuelta hacia atrás.

La sombra de Alastor apareció frente a ellos, abriéndoles la puerta y desapareciendo, solo para volver a aparecer al otro lado.

— Que encantador. —Molly sonrió.

— Oh, no lo alientes. —Angel bromeó.

Su corazón estaba latiendo con fuerza.

Ahí estaba.

Por primera vez en toda su existencia siendo invitado por una pareja a una reunión importante. Sin mentiras. Sin engaños. Angel estaba ahí siendo el novio de alguien.

— Al, cuando dijiste que tú te encargarías de la puerta, debí suponer que harías esto. —Rosie apareció frente a ellos, agitando su mano a la sombra para que desapareciera— ¿Qué van a creer nuestros invitados?

Probabilidades implícitasWhere stories live. Discover now