—señor lo siento llamaré al banco en este mismo instante—

Unos minutos después el hombre volvió a mi algo nervioso y balbuceó

—se-señor el banco requiere que usted vaya personalmente con la señorita si no es mucha molestia— Asentí

—no es ninguna molestia, ahora terminen de bajar todo para cuando regresemos ¿señora podemos ir a terminar esto de una buena vez por todas? y podría cambiar esa cara parece como si ha visto un fantasma—

su cara de asombro me tenía un poco incómodo era como si saber que era un hombre rico le afectara.

—mire señor Giordano, no me interesa que usted resuelva mis problemas, de alguna manera los iba a resolver para eso tengo mis ahorros ahora marchase de aquí y...—

—¿en serio? Llevabas ahorrados quince mil euros y no habías pagado al banco para evitar esto?—

—yo..—

—es lo que creí—

La tome de la muñeca antes de que vuelva a protestar y caminé prácticamente arrastrándola hasta el coche cerrando la puerta evitando que salga

—¿ESTÁ LOCO O QUE? ESO ES SECUESTRO DÉJEME SALIR—

Me di la vuelta y subí al coche cerrando la puerta y volteando hacia ella

—colócate el cinturón—

—¿Quién es usted para darme órdenes a mi?—

Suspire pesado y le coloque el cinturón sin tener que tocarle ni la ropa no sea cosa que esta fiera desgarre mi carne por haberla tocado pero, me agrado su aliento no lo iba a negar era cálido y suave

—así está mejor si no quieres que te de ordenes haz las cosas correctamente—

Cruzó sus brazos disgustada y nos pusimos en marchar al banco, en todo el camino iba de mal humor la miraba de reojo estaba muy molesta miraba hacia el lado de su ventanilla tratando de ignorarme como si la estuviera ofendiendo donde solo quería ayudarla a salir de todo ese problema, mujeres quien las entiende.

**
—me pregunto donde el hijo de Basilio habrá conocido a esta mujer tan desdichada—

—sigan su trabajo eso no es de nuestra importancia-
**

—hemos llegado—

Sus brazos aún seguían cruzados y ni si quiera me miró baje del coche para abrir su puerta pero al hacerlo se quedó dentro del carro ignorándome y sin querer bajar, tomé una bocanada de aire tratando de entenderla y de no enojarme el sol pegaba fuerte y me veía como un payaso tratando de ser amable y esta mujer ignorarme.

—puedo ser muy bueno por las buenas sabes—

Metí mi cabeza dentro del carro quedando a centímetros de ella su aroma me pegó en la nariz era suave me agradaba era distinto

—¿que le pasa? No invada mi espacio—

—no estoy invadiendo tu espacio de hecho estás en mi coche pero si no piensas salir por las buenas saldrás por las malas—

—estoy en su coche porque usted me obligó—

—baja la voz eres muy callada pero a la misma vez muy ruidosa—

Ambos alientos chocaban y sus manos trataban de alejarme, una voz masculina me hizo detenerme

—¿señor todo está en orden?— Era el seguridad del lugar

—si, el cinturón se había atascado y trataba de ayudarla—

Rápidamente lo quite y le di un jalón hacia afuera sin ser agresivo

—camina—

Ambos nos pusimos en marcha las miradas de las personas al parecer la incomodaban ya que agachaba la cabeza tímida

—¿te sientes incómoda?— pregunté

No recibí respuesta de parte de ella resople un poco y seguí, las puertas fueron abiertas por el personal del servicio, al entrar habían muchas personas y en seguida las miradas fueron encima de nosotros por un momento la vi por el rabillo del ojo izquierdo esconderse detrás de mi tímida y asustada, esta mujer trabaja con personas y le da miedo estar en público, no entendí aquello.

—señor bruno es un placer tenerlo aquí, habíamos recibido una llamada de parte de uno de nuestros empleados pero queríamos confirmar que sea cierto, ¿desea algo de tomar?—

—me imagino que si ¿difícil de creer cierto?—

Una gerente del Banco que ya conocía se acercó ella misma para recibirme ya que fue dada aviso de mi llegada aunque mi intuición me dice que quiso que viniera al banco con otras intenciones ya que no era necesaria mi presencia aquí, su mirada coqueta me hacía sentir un tanto incómodo, era una rubia de ojos verdes de aspecto favorable pero nada interesante a mi persona su nivel de arrogancia se me hacía un poco intolerable.

—estoy bien solo quiero firmar un cheque y marcharme ¿quieres algo de tomar?—

Ella me miro y pude ver la gerente mirarla con algo de desprecio

—oh no sabía que había traído compañía señor bruno—

—solo quiero agua—

Dijo cortante y fría sin levantar la mirada abrazando sus brazos y moviendo su pierna derecha con ansiedad

—debe observar más su alrededor señora Valentina así podría ver que no todo gira al rededor de usted— soltó una risa y espetó

—no me llames señora me haces sentir vieja—

—la llamó como es debido estamos en su lugar de trabajo las informalidades no son correctas—

—no cambias nada bruno sigues siendo el mismo hombre intachable y difícil—

**

Termine todo el proceso y pague el dinero al banco en el cual teníamos inversiones, pero negocios son negocios no me lucraba de los negocios de mi padre al fin y al cabo yo tengo mi propio dinero.

—y listo señor la deuda de la señora queda saldada aunque no se porque no pidió que se le cancelara sin tener que gastar su dinero—

Su tono cada vez que molestaba más, su voz me parecía chillona, no me gustaba que mis empleados o los de mi padre me coquetearan suelen querer usar sus atributos para recibir algún beneficio extra.

Millonario $in escrúpulos.Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum