Lory titubeó un momento y luego decidió tomar la opción de su padre. Probablemente pensó que, si iba a regresar a su encierro, aprovecharía cada segundo para que estuviéramos juntos.

 Probablemente pensó que, si iba a regresar a su encierro, aprovecharía cada segundo para que estuviéramos juntos

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Loriann

Esto es la guerra, en cuanto Alex y su madre se vayan, comenzarán las hostilidades. Alex no hace otra cosa que mirarme con pena y eso lo odio.

-No me mires así. No quiero sentirme mal -le dije y me abrazó.

-No te preocupes. Las cosas mejorarán; siempre mejoran.

En ese momento quise tener su optimismo, pero mi madre nunca me dejaría quedar sabiendo que estaba teniendo una relación. Recordé lo de mi tía y comencé a comprenderla mejor. Así que mi madre estaba igual que los abuelos. Pero Alex era diferente. Él no...

Volvió con la cámara en las manos y puse las mías sobre las suyas y juntamos nuestras frentes.

-Todo se arreglará - me dijo en un susurro.

Quería creerlo, pero se me hacía muy difícil tener el optimismo de Alex.

Cuando volvimos, tía Clara charlaba muy amena con Katherine y mis padres se habían retirado a otra habitación. Ojalá hubiera sido para charlar civilizadamente, pero sabía que se estaban arrancando los ojos; «no literalmente».

A modo de reto, Alex me tomó de la mano y nos acercamos a la conversación de mi tía.

-¿Todo bien? -preguntó la madre de Alex.

-Sí. Todo está muy bien -solté tratando de oírme optimista.

-No te preocupes, Lory -me dijo tía Clara acercándome -. He decidido hacer la lucha por ti.

-Y como esto es algo íntimo de familia, nosotros nos retiramos.

-¿¡Qué!? -exclamamos juntos y apretamos aún más nuestras manos.

-Alex -dijo su madre -. No es el momento de ser rebeldes. Esto es un asunto muy íntimo y debemos respetar.

-Pero mamá...

-Nos vamos Alex. Solo queda esperar.

Alex y su madre se alejaban y a punto de cruzar la puerta, corro hacia él para besarlo. No podía dejarlo así. Mi madre no me llevaría de regreso a Tennessee. De regreso a la prisión por un crimen que no cometí.

Sentada sobre el sofá de la sala, veo a los tres «adultos» discutiendo sin ton ni son

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Sentada sobre el sofá de la sala, veo a los tres «adultos» discutiendo sin ton ni son. Mi tía, quiere explicarse con mi madre, mientras esta le recrimina y estalla contra mi padre por estar tan tranquilo con la idea de que yo tenga un novio. O como ella prefiere llamarlo, un acosador.

Desde mi punto de vista, estaba viendo a tres personas mayores que yo, comportándose como niños y tomando decisiones por mí. No lo pude soportar.

-¡Basta! ¡Basta! ¡Basta! -grité con todas mis fuerzas. Ya me habían llevado a la desesperación - ¿Acaso no puedo decidir yo, mamá? Mi padre y mi tía respetan mi relación. ¿Por qué no puedes considerar que estoy en secundaria y que me puedo enamorar?

-¡Eres muy joven aún, no tienes idea de lo que puedes pasar! -replicó mi madre.

-Y si por ti fuera, nunca pasaría por nada -argumentó papá -. Es ley natural Claudia. Admite que está creciendo.

-Yo sé que está creciendo - por un momento calló.

-Loryann es muy responsable -intervino tía Clara -. Tiene los pies bien puestos en tierra.

-¿¡Cómo los tuviste tú!?

También me sorprendí y me llevé las manos a la boca. Tía Clara abrió los ojos, tanto como podía, tras esa pregunta y sin decir más, se alejó y salió afuera. Los de mi madre parpadearon como si se hubiera dado cuenta de que había tocado un tema muy doloroso. Mi padre solo negaba con la cabeza.

-Mira lo que está pasando, Claudia -dijo mi padre -. Desde nuestro divorcio, has cambiado mucho. Quieres controlar tanto a tu hija para que se quede contigo, que la estás perdiendo. Déjala vivir. Le romperán el corazón, tal vez más de una vez, pero deja que ella decida, deja que crezca con la experiencia. No puedes protegerla del mundo por toda su vida.

-No quiero que viva una desgracia como... como...

-¿Cómo tu hermana? Esa es la única carta que usas para justificar tu proceder. ¿Acaso conoces al chico? Tu hermana Clara cometió un error que la atormenta hasta hoy. Y tú cometiste uno, que no te ha hecho la menor mella. - No pude contener las lágrimas. Realmente se lastimaban.

El silencio que se posó sobre ambos me estrujaba el corazón. Y la angustia de que pasaran a lastimarse físicamente, me atormentaba. Pero de pronto mi madre suspiró profundo y se volteó hacia mí.

-Si eso es lo que quieres -habló mirándome directamente -. Ya no me voy a oponer.

Guardó silencio y bajó el rostro como si pensara en algo que debía añadir:

-Te llamaré desde el hotel donde me hospede. Por si acaso cambias de opinión.

Por supuesto que negué con la cabeza y ella se dio la vuelta alejándose; con la mirada en alto. Me quedé un momento pensando y entonces supe que era lo correcto. Corrí a buscarla, pero el auto que había rentado arrancó y alcanzó rápidamente la esquina en la que dobló.


Ladrón de Besos(Completa)Where stories live. Discover now