T2 Capitulo 5:Revelación

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[Perdonen los errores ortográficos]

Maddie había estado rara estos últimos días, pero ahora ha estado un poco más normal. Si, sigue con esa mirada sospechosa de tristeza, pero no creo que sea algo grave... espero.

No quise meterme mucho en su problema, odia que lo haga. Pero si esto empieza a ser algo recurrente, quizá deba empezar a interferir, soy su novia después de todo.

Kenna había venido a casa el otro día, me dijo que también le parecía raro que Maddie este así. Pensé que ella sabía el por qué, es su mejor amiga actualmente, debe de saber todo.

La duda de saber que le pasaba atormentaba mi mente a la hora de dormir, aparecían miles de pensamientos por mi cabeza. Algunos peores que otros. Llegué a denigrarme a mí misma por algo que no pasó, o pasará.

Dejar de pensarlo fue difícil, pero por un momento deje de hacerlo. Decidí escribirle, porque si esperaba a qué ella lo haga, estaríamos sin vernos 2 semanas.

"Hola, Madds. Recuerda que hoy es la cena con mis papás. Debes venir, ya sabes. Ven ahora, así estamos juntas estas horas. Necesito un abrazo tuyo:(("

Ahora estoy esperando a que llegué con su bicicleta negra, sus converse del mismo color y su cabello negro bailando con la brisa. Con sus camisetas cortas y pantalón ancho. Sus pulseras de color gris y negro. Esperando que ella pase haciendo algún truco. Esperando a que deje su bici a un costado de mi porche. Esperando a que toqué mi puerta, que al abrirle me esté esperando con esa sonrisa que me eriza la piel. Esperando, solo para verla.

Pasaron 20 minutos.

Me canse de esperarla. ¿Lo habrá olvidado? Subí a mi habitación para mandarle un mensaje. No podía suspender esta noche. Abrí mis notificaciones y vi un mensaje de ella. «Hola. lo siento. Me quede dormida. Ya voy para allá ¡espérame un poco más!» Lo mando hace cinco minutos.

Baje casi corriendo las escaleras. Podría perderme la llegada de Maddie. Verla llegar a mi casa es mejor que cualquier película. Es como mi vista preferida. Me asomé a la ventana de la entrada y ahí estaba.

Su cabello se movía al compás del viento. Con su bicicleta llegando lento, como si disfrutara cada pedaleada. Sus pulseras brillaban con el sol. Su sonrisa estaba un poco apagada, pero ahí estaba. Dejo de pedalear y se bajó de la bicicleta. La dejo en mi porche, atada con su cuerda para bicicletas. Cerré la cortina y corrí a la puerta, esperando su típico toque, para así abrirle.

Toco. Sonreí y bajé la perrilla para poder así abrir la puerta y verla. Abrí, en la puerta entreabierta pude ver cómo me sonrió. Su sonrisa tan pura, tan inocente, tan especial. Hacía que mi cuerpo se estremeciera y mi piel se erice.

—Hola. —suspire.

—Hola. Lo siento, am... Me dormí. —se encogió en hombros apenada.

Mis padres aún no llegaban, estaba sola en casa. Perfecto para oír música y estar como Koala debajo de ella.

—No importa. Al menos llegaste.

Pasó a la sala, dejo su chaqueta, que estaba atada a su cadera, en el perchero de entrada, yo cerré la puerta, lo hice rápido para así irme con ella. Nos sentamos en el sofá grande de la sala, donde ella y yo a veces vemos películas.

Se tiro encima de mí, recostando su cabeza en mi pecho.

—Te bañaste con el jabón que te compre. No tienes el mismo aroma de siempre.

¿Cómo se da cuenta de esas cosas?

—Das miedo, Maddison. Ni yo podría adivinar eso —la abrace—. Estas loca.

¿𝑌𝑜𝑢 𝐿𝑒𝑡 𝑀𝑒 𝐿𝑜𝑣𝑒 𝑌𝑜𝑢?//𝑺𝒕𝒂𝒄𝒆𝒚 𝑴𝒄𝑮𝒊𝒍𝒍Where stories live. Discover now